A 30 minutos del distrito de Kimbiri, La Convención, Cusco, se encuentra un bastión rocoso que para algunos sería la última fortaleza de los incas. Otros, sin embargo, aseguran de que el presunto bastión es una formación natural. Cuál será la verdad. ,Gunther Félix / Revista Rumbos ‘A cocachos aprendí’ -como los de mi vieja escuela- que para redescubrir el pasado del Perú era obligado hojear los libros de historia que testifican en sus páginas: que los españoles nunca descubrieron el Perú, lo conquistaron; que los incas nunca fueron subyugados, resistieron, y, que su último bastión fue Choquequirao (Cusco)… ¿lo fue? PUEDES VER: VRAEM: estampas asháninkas | FOTOS Realmente ¿lo era?... Perdón por dudar de esa afirmación sobre la última fortaleza del imperio más grande de Sudamérica durante el siglo XV y XVI, pero la sombras de la incertidumbre se acrecentan cuando uno se acerca a la fortaleza pétrea de Manco Pata o ‘Bastón del Inca’. Las ruinas de Manco Pata fueron descubiertas el 29 de diciembre de 2007. Foto: Jorge Calderón Los kilómetros se acortan y mientras eso sucede, se recuerda que en diciembre de 2007 se anunciaba oficialmente el descubrimiento de una ‘ciudad de piedra perdida’ de 4 000 metros cuadrados en el distrito cusqueño de Kimbiri, en medio de la selva de los Valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). El vestigio arqueológico, señalaron los funcionarios del municipio, resultó ser un misterio para la provincia de La Convención (Cusco), un enigmático regalo que surgió en el mismo año en que Machu Picchu se consagraba como maravilla del mundo. Pero allí estaban las estructuras rocosas de aquella ‘fortaleza incaica’, calificada así por los campesinos… frente a nosotros. Escondida entre las malezas y los arbustos. Olvidada en una jungla de temer e ignorada por los libros de historia. ¿Qué hacían en la selva? ¿Quiénes la construyeron?, era la ola de preguntas que surgían al ver esas enormes paredes y aquellos laberintos de rocas de cinco a ocho metros de altura, con cuevas y pasadizos subterráneos. ¿Lo hizo el hombre? “Por historia sabemos que cuando llegaron los españoles al Perú, los incas tuvieron que refugiarse, huir y emigrar a otras zonas. Y una de ellas fue el distrito de Vilcabamba, con el cual somos frontera. Por lo tanto, existe la hipótesis de que en la huida, los incas se asentaron en estas zonas (Kimbiri)”, suelta la primera versión el jefe de imagen de municipio, Alex Lizaraso. La posibilidad de que fuera el Paititi o ‘el reino secreto de los incas’ es una idea descabellada para la mayoría, pero algunos vecinos y autoridades no lo descartan o al menos tienen cierto grado de incertidumbre. “Las fortalezas son colocadas en lugares estratégicos. Desde esta zona (Unión Vista Alegre) podemos divisar gran parte del VRAEM”. Una joven asháninka sale de uno de los pasadizos de Manco Pata. Foto: Jorge Calderón ¿Y por qué no? Si lo vemos como una táctica militar, desde Manco Pata, los incas rebeldes habrían alertado a sus líderes sobre la llegada de los españoles o invasores. Sin embargo, ningún arqueólogo o investigador respalda esa hipótesis. Tampoco han podido determinar a ciencia cierta si todo es una 'construcción' natural o si intervino la mano del hombre. El último estudio, recuerda Lizaraso, se realizó en 2009. Un grupo de expertos de la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo del Cusco, visitó la zona y concluyó que el ‘Bastón del Inca’ era una formación natural. El lugar quedó ahí, nuevamente ignorada hasta que unos especialistas de Huamanga (Ayacucho), rememora un campesino de la comunidad Unión Vista Alegre, determinaron que las estructuras fueron talladas por la manos del hombre. Sí, lo sé... otra vez a lo mismo. Pero, siendo obra de los incas o de la naturaleza. Bastión o no bastión. El mismísimo Paititi o una hipótesis alucinada, igual se debe explorarla y fotografiarla. Lo demás, es parte de un enigma que los arqueólogos tendrán que descifrar. En Rumbo Ruta: Por carretera de Lima hasta Ayacucho. Tiempo: 10 horas. Viaje con Cruz del Sur (www.cruzdelsur.com.pe). La travesía continúa en colectivo hasta Pichari (cuatro horas) y, desde esta localidad, un recorrido final de 30 kilómetros hasta Unión Vista Alegre. Tour o exploraciones: Zumag Perú Tour Operador. Correo: tours@zumagperu.com.