Hija del pastor José Linares: “Quiero que atrapen a ese monstruo”

El pastor evangélico José Linares Cerón es un operador político en la sombra muy temido por su poder e influencia. Él mismo se encarga de demostrarlo al publicar fotografías en las que aparece con líderes políticos, congresistas y jueces. Y alardea de haber conseguido la aprobación de leyes de inspiración ultraconservadora. Ese poder e influencia que ejerce José Linares probablemente explica por qué ha sorteado gravísimas denuncias de mujeres por acoso, tocamientos indebidos y violación sexual.

Desde que ejerció como pastor de la iglesia El Aposento de Dios, en Surquillo, ha sido señalado incluso por sus propios seguidores, según pudo documentar La República, en 1991 y 1998. Pero este año, su propia hija, L. L. A., lo ha acusado ante el Departamento de Investigación Criminal de Surquillo, a las 3 y 12 de la tarde del miércoles 8 de febrero. Según el santoral católico, el 8 de febrero es el día de San Jerónimo Emiliano, patrón universal de los huérfanos y la juventud. Una ironía.

Treinta y dos años después de la primera imputación documentada contra el pastor José Linares Cerón, su hija L. L. A. decidió que es hora de que su padre sea recluido en prisión por los abusos que perpetró desde que era niña. Pide que encierren a su progenitor y a sus tíos Pablo y Robert Linares Cerón, quienes también abusaron de ella.

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“Quiero que atrapen a ese monstruo”, dijo L. L. A., de 33 años, refiriéndose a su padre. Ella nació el 11 de febrero de 1990, un año antes de que se registrara la primera acusación contra su progenitor.

“Quiero que los metan presos y paguen sus culpas por todo lo que me hicieron, tanto a mi padre, José, como a mi tío Robert, porque son escorias para la sociedad. Ellos me violaron durante muchos años y ahora busco justicia”, manifestó con determinación, con fuerza, con furia. La indignación estaba incrustada en su voz.

Este diario buscó en repetidas ocasiones a José Linares, incluso en su domicilio, pero nunca respondió. Tampoco ha asistido a las citaciones de la fiscalía que lo investiga.

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Depredadores sexuales

José Linares es el mayor. Nació el 8 de enero de 1967.

Robert es el menor. Nació el 2 de marzo de 1978.

L. L. A. también acusó a otro tío, Pablo, nacido el 10 de octubre de 1972. A este le atribuye tocamientos indebidos. Pero a su padre José y a su tío Robert les imputa asalto sexual repetidas veces.

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Su padre la violó y embarazó, según el testimonio de L. L. A. El niño nació el primero de noviembre de 2003. L. L. A. contaba con 13 años.

Su tío Robert engendró su segundo hijo, el que nació el 21 de octubre de 2006, cuando había cumplido 16 años.

Pero los asaltos sexuales empezaron desde muy temprano.

“En 1997, aproximadamente, tenía entre 6 y 7 años cuando llegué a vivir en la casa de mi progenitor (José Linares). Mi mamá me había dejado con él, porque no me sentía bien con ella, pero todo eso tiene una explicación que lo contaré más adelante. La casa era de adobe y el techo de calamina. El cuarto era compartido con sus hermanos. En un inicio pensé que iba a tener un cuarto para mi solita. No había un ropero para guardar mi ropa, tampoco un baño. Solo había un silo y así viví varios años. La casa de mil metros cuadrados está ubicada en La Calera de la Merced , en Surquillo, y en esa época era un canchón donde también funcionaba la iglesia El Aposento de Dios, donde mi padre y mi tío Carlos Linares Cerón eran pastores. Yo era la única niña que vivía en ese lugar con los siete hermanos de mi papá. Prácticamente todos eran hombres, excepto mi abuela”, relató L. L. A.

“Con el tiempo sacaron a mi tío Robert del cuarto y lo mandaron a otra habitación. Finalmente, me quedé sola con mi padre, quien me obligó a dormir con él hasta los 12 años. Recuerdo que todo el tiempo que estuve con mi padre, él me tocó y me violó durante muchos años con mi tío Robert. Los dos me violaron sistemáticamente en cualquier momento, ya sea de día y de noche”, recordó, y mientras hablaba, se estremecía, estrujaba sus manos. Luchaba para no llorar.

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Linares es un hombre muy poderoso. Un operador político de los sectores más conservadores. Y alardea de sus títulos, verdaderos y exagerados.

Salvador de papel

El pastor dice en su página web:

“José Linares es un reconocido luchador social contra la corrupción y la impunidad del crimen organizado. Ha organizado en el año 2019 más de cuatro marchas multitudinarias contra la corrupción de Odebrecht y la inseguridad ciudadana. Durante más de tres décadas ha organizado marchas y activismo conservador profamilia y provida alrededor del mundo”.

Y se autotitula fundador del movimiento Con mis hijos no te metas (CMHNTM). Increíblemente, su sitio web se inicia con una enorme foto suya con una niña. Cuando lo ve, su hija L. L. A. enfurece.

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“En 1996 estudié solo hasta la primaria, en el colegio Albert Einstein de Surquillo. ¿Y ustedes se preguntarán por qué no seguí con mis estudios? Sencillamente porque nadie me quería ayudar con mis tareas. No había una persona que se encargara de mí. Yo era una niña sola, que nadie veía por mí, ni mi padre, que en lugar de apoyarme me pegaba y siempre me insultaba: ‘¡Calla, cara de zapallo!’, me decía. Otra de las razones por la que no seguí con mis estudios fue porque mi padre me sacaba a cada rato del colegio con el pretexto de llevarme de viaje por el norte del país. Me decía que yo era su hija y siempre tenía que estar a su lado. En los viajes también me violaba y me pegaba. Yo aún era pequeña”.

José Linares difunde fotografías suyas con políticos, congresistas, magistrados y autoridades gubernamentales, para resaltar sus vinculaciones y contactos con el poder. Esa era una de las razones por las que su hija L. L. A. temía denunciarlo. Pero se cansó.

“Yo nunca tuve una vida normal de una niña o una adolescente. Yo no salía a la calle, no estudiaba, no tenía fiestas infantiles, todo era dentro de esa casa y la única vida social que he podido tener era con mi progenitor, con José Linares Cerón. Hasta que a los 12 años salí embarazada. No sabía lo que era un embarazo y tampoco sabía lo que se estaba formando dentro de mí porque nunca me llevaron a un control prenatal. Ni bien se confirmó que estaba embarazada, José Luis Linares, mi padre, dijo inmediatamente que ese hijo era de (mi tío) Robert, su hermano. Yo estaba sin entender, porque tanto él como mi tío Robert me violaban sistemáticamente. Cuando tuve a mi hijo entre mis brazos, mi padre me manipuló obligándome a decir a la Policía que mi hijo era de una persona que me había dejado, insistió para que no diera el nombre de mi tío Robert. Al salir del hospital, mi padre me llevó donde vivía con mi madrastra, Iris Soplopuco (López), su secretaria. Recuerdo que me hizo dormir con mi hijo en el suelo sobre un colchón en una habitación”, explicó L. L. A. El caso lo investiga la fiscal Viviana Alfaro Gonzales.

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“Mi padre no solo era violento conmigo, sino también con mi madrastra (Iris Soplopuco). Recuerdo que un día la estaba golpeando delante de sus hijos y yo me tiré encima de él para evitar que continuara golpeando a mi madrastra, pero él me aventó de un solo puñetazo al suelo. Entonces me armé de valor y le grité con todas mis fuerzas que él me había tocado, que me había violado desde pequeña. Mi padre enloqueció y me cogió del cuello contra la pared y me estaba asfixiando, hasta que logré escapar pidiendo ayuda a mi tío Pablo, que vivía en otro cuarto. Mi tío Pablo también me tocó cuando era pequeña”, manifestó L. L. A., ahora de 33 años, quien ha logrado formar otra familia… Pero sin sus dos hijos engendrados por su padre José y su tío Robert Linares Cerón. El pastor José Linares los tiene en su poder.

“Siempre pensé que yo era la culpable porque nunca denuncié a mis agresores. Siempre me dio miedo porque no tenía ayuda de nadie, ni siquiera de mi madre. Ahora, después de 13 años y con el apoyo de mi nueva familia, decidí contar mi historia y denunciarlos. Quiero que vayan a la cárcel”, afirmó con determinación. La primera derrota de José Linares, en este caso, es que su hija perdió el miedo.

El dato

L. L. A. afirma que los hijos que tuvo con su padre, José Linares, y su tío Robert Linares se encuentran retenidos por su progenitor.