Roberto Burneo es elegido presidente del JNE
Sociedad

Norma exige que se edifique pensando en sismo de 8 grados, pero no todos acatan

Alertan expertos. Si ocurriera en Lima un evento sísmico como el de Turquía, las viviendas de zonas urbanas también serían afectadas. Cismid indica que normas para construcciones en nuestro país son “precisas y muy exigentes”. Lo que más afecta es la informalidad a causa de la falta de fiscalización, que es tarea de los municipios.

El dato. Las edificaciones modernas deben cumplir las exigencias técnicas que manda la norma E.030. El problema se da principalmente en las zonas populosas, donde hay cero fiscalización desde hace años. Foto: difusión
El dato. Las edificaciones modernas deben cumplir las exigencias técnicas que manda la norma E.030. El problema se da principalmente en las zonas populosas, donde hay cero fiscalización desde hace años. Foto: difusión

En nuestro país existe la norma E.030 de diseño sismorresistente del Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE), que establece que todas las construcciones deben ser hechas para soportar un sismo de 8 grados, pero, si en Lima tuviera lugar lo ocurrido en Turquía, es decir, dos terremotos seguidos, es posible que incluso las estructuras diseñadas de manera correcta en zonas urbanas no resistan. Así lo señala Andrés Sotil, representante del capítulo Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros del Perú - CD Lima.

El primer sismo en Turquía fue de 7,8 grados y llegó cuando su población aún dormía, mientras que el segundo fue de 7,5 grados y sucedió unas horas después. Sumado a ello, hubo fuertes réplicas que continuaron azotando la zona.

Es cierto que un sismo de gran magnitud, que podría suceder en cualquier momento, afectaría, principalmente, las laderas de los cerros, donde se concentran las viviendas informales en el caso de Lima, pero Sotil Chávez reitera que el problema no solo radica ahí.

Cuando una construcción no es resistente, es porque, además de un mal diseño y mala construcción, hay un “mal” uso de esta. Esto puede traducirse en habitaciones o pisos agregados una vez finalizada la construcción con planos, así como en las sobrecargas por incluir equipos de gran peso en la infraestructura.

Por ejemplo, el Congreso, que no ha sido diseñado para soportar peso, tiene un techo con equipos de aire acondicionado. “Puede ocurrir un sismo y esa carga puede afectar el comportamiento de la edificación. No se deben hacer modificaciones, sobre todo colocar más peso a una edificación”, sostiene Miguel Estrada, investigador del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid).

Precisamente, Andrés Sotil aclara que, si bien una vivienda que ha cumplido con la norma no necesariamente colapsará ante sismos de gran magnitud, debido al daño causado por los movimientos puede volverse inhabitable y tendría que ser demolida. No obstante, esto solo se sabría tras una evaluación estructural hecha por especialistas.

Ahora bien, otro factor que afectaría la zona urbana sería el epicentro del sismo, manifiesta Estrada Mendoza. Lo ocurrido en Turquía, donde muchas estructuras cayeron a causa de la réplica y no por el evento principal, “puede pasar en Perú y en todo el mundo”, refiere.

Lo que dice la norma

En la norma técnica no dice de manera explícita que una construcción debe resistir un sismo de 8 grados, sino que detalla las condiciones mínimas para el diseño de las edificaciones, teniendo en cuenta perfiles de suelo, zonificación, entre otros puntos, que son traducidas por los expertos, explica Estrada.

 Asimismo, señala que, en el caso turco, el código de diseño de sismorresistencia “es muy antiguo”, a diferencia del peruano, cuya última revisión fue el 2018. Esta es actualizada cada vez que ocurre un gran sismo. Además, agrega, nuestro país cuenta con normas “muy precisas y muy exigentes”. Incluso la norma de diseño de sismorresistencia del Perú ahora exige que los hospitales sean construidos sobre “aisladores sísmicos y eso es un gran avance”.

Pero, si se compara con otros lugares, como Japón y Chile, que también son zonas sísmicas, sus normas son “un poco más exigentes”, señala. Sin embargo, sostiene que la diferencia principal es que, en el país asiático, el 100% de las personas sigue el reglamento y en Chile la informalidad es mucho menor. “Más que la norma sea buena o mala, la población autoconstruye sin tomar en cuenta los requerimientos de la norma de diseño de sismorresistencia”, agrega.

Tal como ayer lo advirtió La República, en Lima, donde se concentra un tercio de la población del país, el 70% de las viviendas son informales, con lo que se convierten en estructuras vulnerables ante un sismo.

Sotil Chávez cuenta que muchas veces las construcciones informales usan un plano que puede haber funcionado en una zona que tiene un suelo más duro y lo aplican en un suelo más blando, y desde ahí ya el peligro aumenta.

En ese sentido, Estrada asevera que “diseñar bien” una edificación no solo es calcular la cantidad de concreto que se debe usar, sino hacer un cálculo adecuado de cada punto, como la cimentación, columnas, vigas, acero, aparte de otros detalles.

Cabe mencionar que la primera norma de nivel nacional sobre construcciones fue emitida en 1970. Esto, por supuesto, no significa que antes no haya habido reglas que se debían seguir, aclara, ni tampoco que, en caso de que colapse un edificio construido previo a ese año, sea por la culpa del ingeniero, pues en ese momento hizo la edificación con el conocimiento que tenía. No obstante, para estas construcciones, añade el investigador, existe la posibilidad de que sean evaluadas con la normatividad actual. Si, por ejemplo, un hospital ya no cumple con la norma, que ahora es más exigente, su diseño debe ser actualizado para evitar que colapse. En este caso se emplea un proceso de reforzamiento estructural, precisa.

Y esta tarea es de distinto sector, según corresponda. Si se trata de un establecimiento de salud, será responsabilidad del Ministerio de Salud.

Por lo alto. Los municipios tienen el encargo de autorizar y fiscalizar las edificaciones. Foto: difusión

Por lo alto. Los municipios tienen el encargo de autorizar y fiscalizar las edificaciones. Foto: difusión

La fiscalización

Los que están a cargo de la fiscalización de cada edificación son las municipalidades distritales y provinciales, pero, principalmente, las primeras, debido a que son estas las que entregan las licencias de edificación, por lo que deberían supervisar lo que se construye, recuerda José García, vocero del Colegio de Arquitectos Regional Lima. También están a cargo de paralizar una obra si es que no cuenta con la licencia correspondiente y establecer las sanciones necesarias.

García explica que el proceso en sí inicia cuando el propietario de un terreno presenta ante la municipalidad un proyecto, el cual es hecho con un grupo de profesionales para cada área, para que sea evaluado por una comisión de revisores, que cuenta con la participación del Colegio de Ingenieros, Colegio de Arquitectos, así como del municipio. Una vez que lo aprueban, otorgan la licencia de edificación, con lo que puede comenzar la construcción. Pero ahí no termina todo, ya que para que finalice la obra se debe inscribir en la municipalidad y asegurar que se cumplió con todo el proyecto. Ahí, el municipio verifica si es que, efectivamente, fue así y recién termina el proceso. Estos pasos, sostiene García Calderón, casi no se siguen en distritos populosos, como Comas o San Juan de Lurigancho.

Precisamente, el alcalde de este último distrito, Jesús Maldonado, dijo que, en los últimos 20 años, el municipio no ha contado con la capacidad técnica ni tampoco ha habido inspecciones municipales.

En Perú se ha advertido muchas veces de que las construcciones débiles traerían consecuencias devastadoras si ocurre un sismo de gran magnitud, por lo que los expertos piden tomar acción desde ahora. Lo mismo se informó en Turquía, donde la tragedia solo empeora con el pasar de los días.

Protección

Medidas. El presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, señala que al vivir en un país sísmico lo único que queda es realizar nuestros propios simulacros y no esperar los programados por el Indeci, además de evaluar cómo ha sido construida nuestra vivienda y en qué suelo. Él considera que la medida debe ser para las casas, así como colegios, hospitales y edificios.  

Peligro. En las zonas populosas existe mayor informalidad. Foto: difusión

Peligro. En las zonas populosas existe mayor informalidad. Foto: difusión

Reacciones  

Andrés Sotil, Colegio de Ingenieros

“El proceso constructivo se espera que sea normal y lo hagan bien. Debería estar bien hecho. Con eso, al menos, (las edificaciones formales) tienen menos riesgo que las informales, (pero) nunca se elimina el riesgo”.

Hernando Tavera, presidente del IGP

“Asumamos la responsabilidad de prepararnos para proteger nuestras vidas porque el sismo va a ocurrir en cualquier momento y lugar del país. Eso, repito, no podemos evitarlo. Es parte de la naturaleza”.