Científica peruana es galardonada por desarrollar variedades de plantas usando energía nuclear
La premiación resalta la diversidad genética inducida que mejora el rendimiento de los cultivos y la adaptación al cambio climático, como lo desarrolla la científica en la sierra centro y sur del Perú.
La investigadora peruana Luz Rayda Gómez-Pando recibió el Premio a la Mujer en el Fitomejoramiento por Inducción de Mutaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), gracias a su trabajo científico orientado al desarrollo de nuevas variedades de plantas utilizando energía nuclear, como de la kiwicha, cebada y trigo.
¿Pero cómo se usa la energía nuclear para mejorar las plantas? Gómez-Pando emplea la técnica de inducción de mutaciones, que utiliza agentes mutagénicos para desarrollar el mejoramiento genético de las plantas, como sucede con la radiación gamma que permite cambiar la parte genética o el ADN de estas.
“Toda nueva característica de las plantas se origina a través de mutaciones, por ejemplo la forma de las hojas, formas de las semillas o colores de las flores. Eso sucede de forma natural, pero toma cientos de años y una forma de acelerar este proceso y que aparezcan estos nuevos genes que van a beneficiar el rendimiento, calidad, tolerancia al clima adverso y resistencia de enfermedades a través de la inducción de mutaciones, para lo cual utilizamos la energía nuclear,” explicó la científica a la Agencia Andina.
La labor de la mujer de ciencias, profesora principal del departamento de Fitotecnia de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), ha servido para que agricultores de la sierra centro y sur del Perú se beneficien de estas técnicas que buscan mejorar la arquitectura de las plantas, frente a los cambios climáticos.
No obstante, la científica continúa en la búsqueda de una variedad de gran calidad de la abanderada quinua. “Hay variedades tradicionales de quinua que tienen un buen rendimiento y calidad, pero son muy altas (muchas ramificaciones) o tienen un ciclo de vida muy largo (muchos meses en el campo) y eso la hace muy sensible a los cambios climáticos. Entonces mi objetivo es encontrar plantas de quinua con menos ramificaciones, para eso busco modificar la arquitectura de la planta. También mejorar la tolerancia al calor, porque la quinua no tolera el calor en la etapa de floración,” detalló.
La ingeniera agrónoma de la UNALM también es Premio Nacional por las Mujeres en la Ciencia 2010 de L’Oreal-Concytec. Además, en 2014, obtuvo el segundo lugar en el Concurso Internacional de Innovación Tecnológica en Quinua, gracias a su trabajo vinculado con el desarrollo de líneas mutantes mejoradas de quinua para las condiciones de la costa.
Con sus casi 75 años, la profesora Gómez-Pando se siente muy emocionada por el reconocimiento del OIEA y la FAO, ya que está a puertas de acabar su actividad profesional. Uno de sus mayores legados es haber contribuido en el desarrollo del Banco de Germoplasma de la UNALM, donde destaca la colección de quinua con más de 3.000 accesiones.