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Sociedad

¿Habrá suficiente oxígeno en caso llegue la tercera ola de COVID-19 al Perú?

Según estimaciones del Ministerio de Salud, el país actualmente cuenta con una disponibilidad de 600 toneladas de oxígeno cada día, lo que garantiza cubrir la demanda incluso en el peor escenario de la tercera ola. No obstante, el Colegio Médico pide tomar mayores acciones, pues temen que ocurra lo mismo que en las dos primeras olas.

Colapso de hospitales. Así lucen los establecimientos de salud en la Ciudad Blanca. Ambientes están llenos de pacientes infectados con sus balones de oxígeno. Foto: Oswald Charca/La República
Colapso de hospitales. Así lucen los establecimientos de salud en la Ciudad Blanca. Ambientes están llenos de pacientes infectados con sus balones de oxígeno. Foto: Oswald Charca/La República

La desesperación de familias enteras por conseguir un balón de oxígeno para sus seres queridos afectados por la COVID-19 fue una escena muy común en la primera y segunda ola de la pandemia, que a la fecha ha causado la muerte de casi 200.000 compatriotas. Ante el riesgo de una eventual tercera ola, ¿aprendió el país la lección de no contar con suficiente provisión de este recurso para evitar más muertes?

Desde el Ministerio de Salud (Minsa) aseguran implementar más y nuevas estrategias para evitar que el oxígeno sea escaso ante otra escalada de contagios. En tanto, el Colegio Médico y la Defensoría del Pueblo brindan algunas alternativas adicionales al considerar que las proyecciones podrían ser nuevamente superadas por la realidad, tal como sucedió en las dos primeras olas.

Estimaciones y provisiones actuales

Cuando el Perú atravesaba un periodo de calma luego de una agresiva primera ola que terminó por desnudar el deficiente sistema de salud, el país se preparaba para la segunda ola. De acuerdo a las proyecciones de ese entonces, se necesitaría 350 toneladas de oxígeno diarias. No obstante, llegada la segunda ola el panorama se tornó preocupante, pues la demanda creció en un 300%, al punto de que el déficit llegó a ser de 110 toneladas diarias. Entonces se optó por importar oxígeno, comprar más plantas productoras, recibir donaciones, entre otras acciones, pero tampoco se pudo cerrar la brecha. A diario, decenas de peruanos perdían la vida a la espera de recibir este recurso.

Ahora, en una meseta post segunda ola y preparándonos para una eventual tercera, el Minsa prevé que en el peor escenario se requerirían 580 toneladas de oxígeno por día, mientras que en un escenario conservador la cifra llegaría a 450 toneladas diarias.

De acuerdo a dichas cifras, el país estaría preparado para afrontar el requerimiento de este recurso, pues actualmente hay 332 plantas instaladas en todas las regiones, cuya capacidad de producción en conjunto es de 600 toneladas por día, es decir, mayor a la esperada incluso en el peor escenario.

Además, el sector anunció que en los próximos días se tiene pensado poner en funcionamiento 60 plantas adicionales, las cuales, según aseguraron, serán distribuidas en las zonas donde hacen falta, como en el Hospital Regional JAMO II-2 de Tumbes, región donde solo existe una planta.

“La provisión de oxígeno está en relación con el análisis, evaluación que tenemos que hacer en cada región de cómo estamos preparados para una eventual tercera ola”, dijo el ministro de Salud, Hernando Cevallos, hace algunos días en declaraciones a la prensa.

Para el decano del Colegio Médico del Perú (CMP), Miguel Palacios Celis, no podemos confiarnos de estas proyecciones, pues podría ocurrir lo mismo que en olas anteriores en el que el requerimiento superó a la producción nacional total, incluida la de los privados.

“Aparentemente esa es una buena cantidad de toneladas por día; sin embargo, acordémonos de que hay dos proyecciones para el peor escenario como para un escenario conservador. Nosotros pensamos que esa cantidad va a ser insuficiente, va a haber brecha, necesitamos más plantas de oxígeno. Ahorita tenemos alrededor de 330 plantas de oxígeno en general distribuidas en varias regiones del país; sin embargo, esa va a ser insuficiente para el caso de que la tercera ola sea de un tamaño mayor que la segunda”, indicó.

Palacios propone la implementación de al menos 150 plantas de oxígeno adicionales a las que ya hay. Asimismo, considera que se deben adquirir alrededor de 30 plantas criogénicas más a los que se tiene actualmente, ya que estas tienen la facilidad de producir oxígeno líquido, convertirlo a oxígeno gaseoso y llenan cilindros que se puedan guardar de reserva.

Precisamente, el ministro Cevallos inauguró hace poco en el Hospital Loayza un isotanque de 20 toneladas de oxígeno líquido capaz de almacenar hasta 11 millones de metros cúbicos de oxígeno al año. En dicha ceremonia indicó que hay “cuatro plantas criogénicas que están en marcha”.

Oxigenoterapia

De acuerdo a la Sala Situacional del Minsa, actualmente el país cuenta con 2.158 camas UCI con ventilador mecánico, de las cuales, más de 1.200 están ocupadas. Este número sería insuficiente para afrontar una tercera ola, ya que las proyecciones indican que, en el peor escenario, 33.043 pacientes requerían de una cama UCI con ventilador, y 19.868 en el escenario más conservador.

En tal sentido, tomando en cuenta la experiencia de las olas anteriores, el Minsa apostará las terapias de oxigenación. “Necesitamos evitar que muchos pacientes pasen a la unidad de cuidados intensivos”, enfatizó el ministro de Salud en una de sus apariciones públicas.

El viceministro de Prestaciones y Aseguramiento, Bernardo Ostos, señala que el Minsa tiene pensado destinar 36 plantas de oxígeno que permitirán habilitar 885 camas de alto flujo o puntos de alto flujo en regiones estratégicas, según priorización epidemiológica. “El manejo de la oxigenoterapia minimiza casi en un 50% el riesgo de migrar pacientes a camas UCI”, precisó el funcionario.

Para Ostos, es importante que haya plantas destinadas exclusivamente a cubrir la demanda de los puntos de alto flujo, ya que durante la primera y segunda ola se dependía de una única fuente, como los isotanques, lo que generaba inestabilidad en el suministro de oxígeno.

El decano del CMP saludó esta iniciativa y precisó que la distribución de los centros de oxigenoterapia debe ser de acuerdo a las zonas donde se registren mayores contagios, pues resalta que el objetivo de esta intervención es evitar el agravamiento de las personas que empiezan a tener los primeros síntomas.

“Debe haber al menos 200 centros de oxigenoterapia en lugares más ágiles, como carpas, hospitales modulares hechos con material dry wall y que ahí puedan darle oxígeno a los pacientes que están empezando la enfermedad bajo supervisión médica, para impedir que se agraven y disminuir la demanda de camas UCI”, indica.

Palacios agrega que se deberían de implementar concentradores de oxígeno en los 1.400 establecimientos de salud de primer nivel tipo 1-III y 1-IV, pues es precisamente donde hay médicos, enfermeras y técnicos que pueden manejar este tipo de equipos, los cuales también buscan evitar que el estado de los pacientes empeore.

“El oxígeno es un elemento vital, hemos tenido una brecha enorme en la primera y segunda ola y esperamos que el Minsa realmente esté haciendo seguimiento y escuchando las observaciones técnicas que hacemos para que en esta tercera ola compatriotas nuestros no fallezcan por falta de oxígeno”, manifestó.

¿Y las regiones?

En una conferencia de prensa, el viceministro Ostos reconoció que, si bien el promedio nacional indica que actualmente hay un superávit de oxígeno disponible, lo que garantizaría afrontar la tercera ola, la situación no es homogénea en todas las regiones. “Cuando hacemos un zoom en la disponibilidad por región hay dos o tres que podrían requerir medidas complementarias para garantizar el abastecimiento”, refirió.

Ese es el caso de Madre de Dios, que tiene solo dos plantas de oxígeno, una en el hospital regional Santa Rosa y otro en el nosocomio EsSalud. El director regional de Salud, doctor Ricardo Tello, asegura que cada una produce cerca de 600 metros cúbicos diarios, lo cual aún se considera muy poco.

“No (es suficiente) porque ya tenemos la experiencia de que, en la segunda ola, en el pico más alto de la pandemia, hemos tenido que recurrir a comprar balones de Arequipa y Cusco”, señaló.

El doctor Tello indicó que el Minsa les ha prometido instalar pronto otra planta en el hospital regional y gracias a las gestiones con la ONG Socios en Salud, el centro médico Iberia contará con su propia planta para fines de este mes.

Por su parte, Puno, unas de las regiones con la tasa de vacunación más bajas del país, es decir, con un gran porcentaje de población susceptible al contagio del virus, cuenta con 12 plantas y tres isotanques de oxígeno medicinal.

Desde la Diresa Puno indicaron que esta cantidad les parece suficiente para sus requerimientos actuales y también para sus proyecciones para la tercera ola en cuanto a pacientes en hospitalización y en UCI. Sin embargo, no precisaron si cuentan con la dotación suficiente para atender a los pacientes del primer nivel.

El doctor Palacios también se refirió con preocupación a la posible disparidad de la provisión del vital recurso entre las regiones. “No es lo mismo hablar de la dotación de oxígeno en Lima que hablar de oxígeno en las regiones. Necesitamos ajustar pensando en que vamos a usar dispositivos que tiene un gran consumo de oxígeno (concentradores y cánulas) y por eso debe tener la previsión suficiente. Eso ya es un desafío que no está resuelto a pesar de que se ha incrementado la cantidad de oxígeno medicinal disponible”, indicó.

Al respecto, Alicia Abanto, adjunta para la Administración Estatal de la Defensoría del Pueblo, señaló que es importante que el Minsa publique más información sobre la situación del oxígeno no solo en los hospitales, tal como lo viene haciendo ahora a través de SuSalud, sino también el comparativo entre regiones y una mirada global de la producción de este recurso, tanto del sector público, como del privado.

“Conviene saber cuáles son las regiones que tienen a nivel global una mejor situación en materia de disponibilidad de oxígeno, la información que tenemos es hoy es valiosa, pero incompleta. No tenemos la foto completa sobre la producción nacional de oxígeno por regiones y también cuál podría ser la disparidad de producción de oxígeno entre ellas”, señaló.

Antes que todo, la prevención

De acuerdo al informe técnico de proyecciones del Ministerio de Salud que se hizo público a inicios de mayo, en el peor escenario de la tercera ola habría 4 130 393 de contagios y 115.189 fallecimientos por COVID-19. La estimación en una situación más conservadora es de 2 301 511 infectados y 67.292 fallecimientos.

En tal sentido, desde la Defensoría del Pueblo y el Colegio Médico insisten en la necesidad de no llegar a dichos escenarios, ya que por más provisiones que tengamos, nos veremos desbordados, tal como ocurrió en la primera y segunda ola.

Abanto apuesta por reducir al máximo el riesgo de contagios, por lo que exhorta a las autoridades a ejercer mayor control en el cumplimiento de los protocolos que son obligatorios en los espacios públicos, como el uso de doble mascarilla, distanciamiento social y ventilación.

“Necesitamos poder implementar más camas UCI, más camas de hospitalización y más plantas de oxígeno, y a la vez debemos frenar los contagios, porque si no lo hacemos se va a sufrir la carencia de esos servicios, y lo primero que va a faltar es el oxígeno”, apunta.

Asimismo, considera imperioso no descuidar la inmunización. “La Defensoría del Pueblo insiste en que la vacunación sea más rápida, que este Gobierno garantice que las vacunas lleguen dentro de los plazos establecidos en los contratos para que al Perú no le falten vacunas y cuando lleguen las dosis, estas se inoculen rápidamente en la población, de tal manera que avancemos”.

Una opinión similar tiene el doctor Palacios, quien afirma que el impacto de la tercera ola dependerá de la capacidad de prevenir las infecciones, por lo que hace un llamado a la población a ser responsable.

“¿Qué determinará el tamaño de la tercera ola? La velocidad de la vacunación y comportamiento social de las personas. Si sigue habiendo fiestas, el tamaño de la tercera ola será mucho mayor, pero si tenemos un comportamiento social razonable y no nos juntamos, puede ser menor. De tal manera que siempre es mejor prevenir”, acota.