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Sociedad

Farid Matuk: “No es que tengamos nuevos infectados, lo que tenemos es un desembalse de casos”

Economista explica que el aumento de contagiados de Covid-19 se debe principalmente a que hay más pruebas disponibles. Así se conocerá la real proporción entre positivos y fallecidos.

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El economista e integrante del Comité de Prospectiva del Minsa Farid Matuk sostiene que el “Martillazo Tecnológico” evitará que la población se exponga en los focos de contagio, como los mercados. Además, aclara que la mortalidad real del coronavirus se conocerá cuando se realicen 12 mil pruebas de descarte por día.

¿Qué es el “Martillazo Tecnológico”?

Uno de los problemas en el combate a una epidemia es identificar la adhesión a la cuarentena. Hace dos semanas se convocó a los operadores de celulares junto al Ministerio de Trasportes para evaluar usar información de las antenas, para ver la adhesión, y cuántos celulares hay por región. Este piloto empezó para Lima, en un prototipo. Se hizo para los distritos de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón, Comas, Independencia, San Martín de Porres, San Juan de Lurigancho, Ate, La Molina, San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Villa El Salvador, Pachacámac y Lurín.

¿Los datos de ese monitoreo fueron derivados a la Policía y el Ejército?

Esta información, la semana pasada, permitió crear inteligencia operativa para la Policía Nacional. Pasado el periodo del prototipo se ha solicitado a nivel nacional tener una línea base para este jueves y viernes. Una especie de censo de dónde viven y duermen los celulares. Y después de eso, desde el lunes se hará el monitoreo de dónde hay más celulares. En un mercado que se identificó en el Rímac, dormían 426 celulares y al mediodía llegaban a un pico de siete mil.

Buscan detectar los focos.

Los focos van a ser detectados, esto será información operativa para la Policía Nacional. Se quiere reducir el aforo de las personas. Lo que me interesa con esto es que mantengan su metro de distancia, se cuiden. Lo que está ocurriendo es que no se cumple por mil razones. Y ahí tenemos un problema de contagio del virus.

La capacidad adquisitiva de las personas es relativa y eso fomenta que salgan a diario a los mercados.

Yo diría que interdiariamente es tangible la adquisición de víveres. Ahora, me autorrectifico con la alternancia de hombre y mujer, porque en un afán de querer combatir el patriarcado y hacer igualdad de género se puso tres y tres. Viéndolo retrospectivamente hubiera sido mejor cuatro días para mujeres y dos para hombres.

¿Bajo qué precedentes usted propuso que las mujeres salgan un día y los hombres otros?

El problema práctico que se enfrentó es que tenemos que reducir densidad en las calles. Una sugerencia fue pico y placa de DNI. Pero significaba exponer más a los agentes del orden. La persona tenía que hacer más gestos y tocarse para extraer su DNI. El tiempo de identificación era más oneroso. Y se pensó que era suficiente una alternancia por cómo luzca la persona.

¿No podía evaluar el comportamiento de la ciudadanía en base a la cifra de detenidos que no acataron la cuarentena que ya son más de 50 mil?

Ahí tenemos un elemento de heterogeneidad con la decisión que tenga cada comisario. Lo que ocurría en muchos casos es que a la gente no le importaba (la cuarentena). Adicionalmente se pensó en una multa. Pero ellos (la ciudadanía) respondían: anda pues, cóbrame.

¿Entonces sí evaluaron poner multa a los infractores del confinamiento?

Se evaluó todos los mecanismos.

El ministro de Salud, Víctor Zamora, dijo la semana pasada que se estaba logrando que cada cinco días los casos se dupliquen. Pero desde que se iniciaron las salidas intercaladas de hombres y mujeres, los incrementos de contagiados sean mayores en menos tiempo.

Los casos se han incrementado por un desembalse. La dinámica es la siguiente: usted tiene una cantidad de casos, un subconjunto son hospitalizados, un subconjunto va a cuidados intensivos, un subconjunto de ellos son los fallecidos. La cantidad de hospitalizados, fallecidos y los (pacientes) de UCI no han cambiado ni un milímetro. Lo expliqué en Twitter el 22 de marzo: cuando se apliquen las pruebas vamos a tener un Big Bang (positivos en Covid - 19).

¿Cómo llegó a ese cálculo?

Porque cuando examiné la trayectoria de positivos en Corea del Sur y Qatar encontré que en una venta de uno a tres días los casos se decuplicaban. Si eran cinco, pasaban a 50. Si eran 50 pasaban a 500. No es que tengamos nuevos infectados, lo que tenemos es un desembalse de casos.

¿Una reconfirmación?

La tasa de crecimiento de hospitalizados, en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y fallecidos era 20% diaria y la de positivos 13%. Entonces hay un desalineamiento. Lo que puede estar mal es la cifra de positivos porque depende de la disponibilidad de pruebas.

¿En nuestro país la mortalidad del Covid–19 es alta o es que aún no conocemos el número real de casos?

La recomendación que se hizo fue de 12 mil pruebas diarias. Acabado el desembalse tendremos la proporción entre positivos y fallecidos.

La población se pregunta por qué Perú tiene más muertos que Chile.

Chile gasta en salud pública tres veces y medio más por habitante que en Perú. Entonces, para hacer una prueba necesitamos un laboratorio. Eso no se compra de la noche a la mañana.

El Dr. Elmer Huerta señaló que el día clave será el 21 de abril. Será el pico de la pandemia.

Por ahí vamos todos.

¿Hay un cálculo de cuántos casos habrá para el 21 de abril?

El indicador que usamos es el que usó el presidente la semana pasada. El objetivo es que no se pasen los 500 pacientes UCI. Porque no tenemos suficientes camas. El indicador importante es ese.

Cuando la curva descienda, ¿se mantendrá el confinamiento?

La propuesta que tenemos es de migrar de un confinamiento domiciliario a uno provincial. Por ejemplo, en Puno hay solo una persona infectada, y es extranjera. Si se mantiene ese número a fin de mes, lo último que podemos hacer es permitir que personas de una región infectada viajen ahí.

Bachiller en Ciencias de la Comunicación y egresado de la Maestría de Periodismo y Comunicación Multimedia. Siete años como cronista parlamentario.