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Sexualidad

Whip Me: ¿cómo es la única fiesta fetiche peruana en la que ser sexual no está vetado?

¿Alguna vez pensaste ir a una fiesta en la que ser sexualmente libre sea normal? Conoce más de Whip Me, el evento en el que fluye la sexualidad.

Whip Me es una fiesta que se realiza de forma semestral en el Perú. Foto: stereofoto/IG
Whip Me es una fiesta que se realiza de forma semestral en el Perú. Foto: stereofoto/IG

—“¿Qué es lo primero que se te ocurre cuando te digo Whip Me?

—Libertad y seguridad —señala Steve, une de los asistentes más antiguos del evento.

Así es Whip Me. Es el único evento en el que puedes ir desnudo y nadie te va a tocar sin tu consentimiento, lo cual es extraño de encontrar en Lima, una de las ciudades más machistas y potencialmente peligrosos para las mujeres y la comunidad LGTBIQ en Latinoamérica, según la organización humanitaria Plan Internacional.

“Yo sabía que esto iba a ser complicado porque la gente en realidad no es tan abierta (de mente) aquí en Perú y en otros países de Latinoamericana. Es difícil introducir. Entonces, yo sabía que eso iba a ser un proceso durante mucho tiempo”, es lo que pensó Yami, el creador de Whip Me, hace seis años sobre lo que sería la primera fiesta rave en Perú.

La ciudad de Berlín, en Alemania, se ha hecho conocida por las fiestas rave y fetish, que son tipos de eventos en los que se bailan diferentes subgéneros del techno. Las personas crean un vestuario liberal oscuro y algunas veces tienen sexo en público.

“En una fiesta fetish, tener sexo es normal. No está permitido el racismo, sexismo, homofobia, transfobia o intolerancia de algún tipo. Eso es lo que queremos traer a Perú desde el extranjero y trabajar para tener una comunidad libre”, contó Yami. 

La comunidad Whip Me es muy fácil de reconocer. En medio de un acalorado otoño de Lima del 2023, eran los únicos que llevaban un saco largo. Debajo de sus abrigos llevaban vestidos con mucha extravagancia, glamour, glitter, máscaras, harness, mallas, brasieres, cadenas, correas, calzones negros, entre otros elementos, que solo se dejaban ver luego de que cruzaran la puerta del evento fetish. Y desde ahí empezaba la performance.

“Yo parezco lo que soy y soy un paje***”, contó un asistente a su amigo al preguntarle mientras se quitaba la casaca y la dejaba encargada con el staff de la puerta. Para la comunidad Whip Me, el sacón tan solo es una especie de disfraz ante la sociedad. 

Asistentes al evento Whip Me. Foto: elricardov/IG

Asistentes al evento Whip Me. Foto: elricardov/IG

“Esta fiesta es como una especie de postura política de liberación para la gente que no es bien recibida en espacio mainstream (convencional en inglés). Ellos, en un espacio mainstream son como rechazados, pero acá es su propio espacio, y, por el contrario, para alguien que tiene su base en los espacios heterocis, se le ve extraña acá. Es decir, se invierte el rol de la sociedad tras las puertas de acá. Lo que es extraño afuera es normal acá adentro. Y lo que es normal afuera es extraño acá adentro”, reflexionó uno de los asistentes.

El lugar, que durante otros días tiene apariencia de cantina, por esa noche fue una Dark Room con tubos pole dance, luces de colores rojo y verde intenso, una cama tántrica y un par de muebles para una sesión BDSM (bondage, dominación, sumisión y masoquismo), pero lo que más llama la atención es la enorme jaula, pues detrás de esas rejas, las personas que entraban ahí expresaban sentirse más libres que en las calles limeñas. 

Los asistentes que entraban ahí realizaban sus movimientos más sensuales y descarados. Afuera de la jaula, todos los espectadores bailaban los géneros musicales más oscuros y sensuales (darkdisco, darkwave, industrial, ebm, italo body music, dark techno, nu disco, techno body music) y esperaban que los de adentro salgan de las rejas para que ellos también sean protagonistas y hagan su show esa noche. Se tocaban entre sí. Se deseaban entre sí. Se mostraban libres.  

“Actualmente, la gente se identifica con la fiesta y con los artistas. He notado que esta fiesta ha hecho que muchos se liberen y también se creen colectivos que quieran participar y sean parte de esta expresión. Ahora hay personas que tienen el espacio donde expresarse, como la comunidad LGTBIQ”, resaltó Yami.

Comunidad Whip Me. Foto: elricardov/IG

Comunidad Whip Me. Foto: elricardov/IG

Aunque todas eran unas estrellas del sexo esa noche, expertos del arte erótico llegan a la fiesta para captar a los nuevos curiosos del fetichismo. Algunos de ellos son Rosi (sumisa) y Reinaldo (dominante), quienes llevan muchos años haciendo shows en vivo de BDSM. 

“El ambiente Whip Me es un ambiente fetichista. Acá es un público medio ajeno al BDSM, por lo que se hace un show más llamativo y menos de dolor”, dijo Rosi al contar qué tipo de show presentó esa noche.

En el campo del bondage se va subiendo de nivel dependiendo del límite del dolor. El show de Rosi y Reinaldo empezó con pequeños látigos de una correa que parecía un plumero. Luego, el amo sacó una especie de palmeta que iba golpeando las nalgas de la sumisa. Finalmente, el dolor llegaba al punto de colocar cera derretida en la espalda de Rosi.

“Lo de ahora ha sido una performance más ‘tétrica’, pero, por ejemplo, en una sesión privada hay dos roles: la persona sumisa y la persona dominante. A diferencia de acá, la sesión se juega más al límite del dolor del sumiso. Siempre hay un tema de comunicación. La comunidad del BDSM tiene tres premisas sobre sesiones: sana, segura y consensuada. Yo tengo una responsabilidad de darle a ella seguridad”, contó Reinaldo.

Reinaldo y Rosi durante evento BDSM. Foto: Lucia Castro/LR

Reinaldo y Rosi durante evento BDSM. Foto: Lucia Castro/LR

Pero ese no era el único show. En el escenario principal, el bondage continuaba dando el espectáculo. Integrantes de la marca Imaginoir y Blackness se azotaban y bailaban entre sí y de forma netamente sexual frente a casi 900 personas que llegaron al evento.

“En el inicio, el evento fue de 100 asistentes, luego 150, luego 250 y luego ya subió a 400, y ahora último llegó a casi 900. Como digo, siempre metemos cosas nuevas. Eso es como nuestro gancho que nos ayuda a que la gente esté esperando que haya otro, pero damos un espacio de tiempo para que también la gente pueda preparar su outfit”, dice el creador. 

Interiores de la fiesta Whip Me. Foto: @stereofoto/IG

Interiores de la fiesta Whip Me. Foto: @stereofoto/IG

Whip Me no volverá a Perú hasta agosto del 2023. Yami se ha ido de gira a mostrar todo este ambiente berlinesco, sexual y libre a ciudades de Sudamérica. 

“Primero estaremos en Colombia, Bogotá y Argentina, Buenos aires (Requiem). Luego volveremos a Perú y nuevamente traeremos más sorpresas que hagan crecer este mundo libre y sexual gótico”, agregó el dueño del evento.