Mitos y verdades sobre el BDSM
¿Bondage? ¿dominación? ¿masoquismo? La República conversó con uno de los miembros de la comunidad Perú BDSM para derribar los mitos que existen sobre esta práctica sexual que es aún desconocida y tabú para muchos.
Tras el auge de la saga de libros y películas de ‘50 sombras de Grey’, el BDSM empezó a cobrar mayor atención; sin embargo, mostró de forma errónea la realidad de este tipo de relaciones, cuenta Karo Watanabe, administrador de la comunidad Perú BDSM.
“A pesar que no retrata una relación verídica BDSM porque no hay consenso desde el comienzo, fue una buena oportunidad para la comunidad porque despertó la curiosidad de la gente por saber qué es la palabra BDSM”, asegura.
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¿Qué es el BDSM?
Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo son las siglas que componen el grupo de prácticas y fetiches sexuales, donde cada una de ellas tiene como base el “intercambio de poder”.
“Yo tenía una sexualidad muy experimental al comienzo y una de las cosas que más me gustaba era amarrar a mis parejas”, confiesa Karo mientras recuerda que este pasatiempo favorito empezó a los 18 años. Hoy, tiene 31.
Sin embargo, no fue hasta hace siete años cuando con su actual pareja descubrieron que sus gustos y placeres estaban asociados al mundo BDSM.
Ahora él es “switch”, que según sus palabras, se trata de un tercer rol en esta práctica sexual - que hasta hace unas décadas no era aceptada - en el que alterna su rol pasando de dominante a pasivo según las circunstancias.
“Con mi pareja no tengo vena dominante en el 100% de las ocasiones”, indica.
Karo también reconoce que aún existen ideas erradas y prejuicios hacia quienes son parte de esta práctica de sexualidad alternativa. Por eso, aquí trataremos detalladamente cada uno de esto mitos.
El BDSM es una práctica destructiva y abusiva
“El abuso no se debería dar dentro de una relación BDSM si existe el consenso”, resalta Karo Watanabe. Muchos desconocen que para llevar a cabo estas prácticas sexuales es necesario seguir al pie de la letra los protocolos.
Uno de ellos es SSC (Safe, Sane & Consensual), que en español significa “sano, seguro y consensuado”, ya que sobre todo cada una de estas prácticas deben haber sido acordadas entre las partes, seguras y, además sensatas.
Asimismo, quien domina debe proteger a quien se somete a sus órdenes con consentimiento, por lo que no puede arriesgar la seguridad de esa persona, incluso si lo desea. Aquí, el experto dice que ninguno de ellos debe ser coaxionado física, química ni psicológicamente a experimentar estos placeres.
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Otro de los protocolos es el RASK (Risk Aware Consensual Kink), que se traduce al español en “riesgo asumido y consensuado”, en el que cada uno de los participantes es “responsable y consciente de que las prácticas de sexualidad alternativas tienen riesgos y ellos los están asumiendo de forma responsable y libre”.
“Son muchos protocolos que existen, pero todos se basan en que existe un consenso entre ambas partes, son conscientes de que las prácticas pueden ser riesgosas y están en sus cabales al momento de asumir ese riesgo”, explica Karo.
Quienes lo practican tienen algún tipo de trauma o problema psicológico
Si bien la Real Academia Española (RAE) define al sadomasoquismo como “perversión sexual”, en el que se goza de la “humillación y dolor”, la realidad es ajena a esta premisa.
Para la revista Journal of Sexual Medicine, las personas que lo practican no tienen ningún tipo de enfermedad mental o trauma psicológico. Es más, el administrador de Perú BDSM afirma que muy pocas de las personas en Lima que conforman la comunidad tienen algún problema psicológico, pues a lo mucho tienen ansiedad.
“No veo que haya una conexión entre el BDSM y los problemas psicológicos. Es más, me parece que para que una persona lo practique tiene que estar muy equilibrada porque está haciendo algo riesgoso”, afirma.
El BDSM requiere siempre de sexo
“Eso es a preferencia personal”, indica Watanabe, pues una sesión BDSM puede solo basarse en juegos de poder como las órdenes. Incluso, menciona que no es necesario el contacto físico, y solo si es fetiche de ambos, habrá sexo.
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El hombre siempre asume el rol de dominante y la mujer de sumisa
En definitiva no, dice el también rigger (persona encargada de hacer ataduras), pues en la comunidad BDSM de Lima, las mujeres dominantes son las que predominan sobre los hombres sumisos.
“En Lima, hay 80% más de sumisos hombres que de mujeres. Activas en cuanto a sumisos hay más mujeres que hombres y hay muy pocos dominantes hombres”, revela.
Cuenta que muchos dicen ser “dominantes”; sin embargo, cuando encuentran una nueva pareja, actúan totalmente como sumisos.
La persona que practica BDSM debe amar el dolor
Aquí, Karo Watanabe hace hincapié en que las personas que aman el dolor practican el sadomasoquismo, una de las prácticas sexuales alternativas del BDSM.
Es así que, solo si te gusta el dolor puedes intentar con las nalgadas, flagelación, azotes o simplemente sexo duro, pero si esto no es así, puedes probar los juegos de servidumbre o de intercambio de poder dominante/sumiso.
El control se extiende a todos los ámbitos de la vida
Esto va a depender mucho de los límites que haya establecido la o el sumiso. “En caso sea una relación de pareja, la sumisa puede decir ‘no me gusta el sexo anal, no me asfixies y no quiero que me controles fuera de la intimidad’, y el otro, obviamente, tiene que respetarlo”, precisa.
Si bien existen las relaciones BDSM 24/7; es decir, que el intercambio de poder se da las 24 horas del día y los 7 días a la semana, alega Karo que el control será solo ejercido tras un consenso.