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Sexualidad

¿Te enamoras cuando tienes sexo? Especialistas dan consejos por si no quieres engancharte

Especialistas señalan que, después de un buen encuentro, es normal que surjan sentimientos; sin embargo, si no quieres una relación, puedes gestionar para no involucrarte románticamente.

Sigue estos consejos de 2 especialistas en relaciones de pareja. Foto: Canva
Sigue estos consejos de 2 especialistas en relaciones de pareja. Foto: Canva

A quién no le ha pasado que, cuando tiene relaciones sexuales con alguien, empieza a sentir 'más cosas' vinculadas con lo romántico debido a que el sexo y amor son dos elementos que de alguna manera están conectados. Sin embargo, el enamorarse no es algo que uno siempre busca cada vez que se involucra en la cama con otra persona.

Por ello, conversamos con los psicoterapeutas y sexólogos Christian Martínez y Norma Bejarano para conocer acerca del enamoramiento durante el sexo y nos brinden algunos consejos para evitarlo si es que no es lo que se desea.

¿Por qué surge el enamoramiento después del sexo?

Este proceso se da por razones biológicas y culturales. En el caso de lo relacionado con las primeras, es por un tema hormonal.

"Se genera una serie de químicos en el cerebro, una serie de hormonas: está la dopamina, serotonina, encefalina; principalmente todas estas están vinculadas a sensaciones de placer, las sensaciones de bienestar, de recompensa", comentó Martínez.

En cuanto a lo cultural, la sexóloga Bejarano manifestó que se pueden dar por las necesidades afectivas, los sentimientos de apego (de uno o de los dos miembros de la pareja), las expectativas o ideales que se crean o el significado que se le da a las cosas. Por ejemplo, abrazarse, besarse o mirarse de determinada manera hará pensar que surgió algo más.

Ambos especialistas señalaron que un buen motivo para que surjan sentimientos después del sexo es la calidad del sexo, ya que la persona puede hacer que estemos cómodos y querer buscarla para más relaciones sexuales.

"Cuando comienzo a buscar constantemente a una persona para encuentros sexuales, quiere decir que hay un vínculo que se está formando por más que sea uno en el que solamente haya encuentros sexuales. El vínculo puede ser no necesariamente amoroso, sino amical, pero ya se está generando una conexión. Pero si es que esto no funcionó, es muy poco probable que se vuelve a dar y no tendría que haber muchas motivaciones de personas que se están enamorando", agregó Martínez.

¿Se puede tener sexo sin desarrollar elementos afectivos?

Algo que dejó claro el sexólogo Martínez es que el sexo y el amor no van de la mano, sino que es una creencia cultural.

"Eso nos ha hecho seguir creyendo que las relaciones sexuales son más bonitas con las personas que uno ama o después el matrimonio, que sí pueden ser, pero es un tema netamente cultural, no es un tema orgánico", argumentó el experto.

Asimismo, comentó que sí es cierto que se puede sentir afecto por el amante, pero hay que diferenciarlo del romántico y uno de gustos.

"Si entendemos elementos afectivos con algo que tenga que vincularse a enamoramiento, a amor clásico romántico, sí se puede; pero afecto de sentimientos, de cariño, de gusto, de atracción, eso también tiene que ver con lo afectivo", explicó el especialista.

Por otro lado, la psicoterapeuta Bejarano detalló que hay que quitarse la idea de que el sexo es mecánico, utilitario o finalista porque no interactuamos con máquinas, sino con seres humanos vulnerables, frágiles y que sienten.

"Que en un encuentro erótico haya dosis de ternura, mimos, caricias generosas, intimidad, cuidados y demás expresiones de afecto no es requisito para que conformemos pareja. Pero el 'buentrato' (un concepto en sexología) es básico en las interacciones entre sujetos sexuados. Yo no puedo contestar por todas las personas, si pueden o no tener sexo sin que haya aspectos afectivos, pero la empatía, el respeto, la comunicación, etc., es algo que los seres humanos apreciamos", aclaró la experta.

Consejos para disfrutar del sexo sin enamorarse

  • Saber si uno quiere una relación: las personas tendrían que tener claro en qué momento de su vida se encuentran. Por ejemplo, si le tienen miedo al compromiso o están en una etapa de duelo.
  • Sentimientos claros: no confundir la euforia (esa sensación de optimismo postcoito y de apego erótico) con la felicidad. Son emociones distintas. El buen sexo puede provocar la primera, pero la segunda significa alargar el sentido de las relaciones sexuales.
  • Tener claras las necesidades del encuentro: por ejemplo, qué se desea, por qué y para qué se va a la interacción sexual. Si no se sabe lo que se quiere en el sexo, y cómo y por qué o para qué; será más difícil conocer qué esperar o cómo resolverlo.
  • No marcarse objetivos finalistas: el sexo no es un fin, es un medio. No solo para emprender los caminos al amor, sino para, entre otras cosas, saber quién es uno.
  • Ser sincero: si el amante está orientado únicamente al placer, debe ser claro. Esto no anula las emociones o los afectos, pero puede hacer la diferencia en las expectativas.
  • Dejar que el deseo se aplaque y que la percepción del otro se agudice: es adecuado para poder fijar las reglas y no realizar promesas ni caer en estas.
  • Nunca suponer: jamás se debe interpretar las 'señales' de una persona porque lo que no se habla es como que si no existiese.