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Sexualidad

¿Por qué el fetiche por los pies es uno de los más comunes?

Especialistas resuelven la pregunta sobre el origen de esta preferencia que ha despertado la curiosidad de más de uno durante la práctica sexual.

El fetiche por los pies tiene una explicación científica. Entérate en esta nota. Foto: composición: Jazmin Ceras
El fetiche por los pies tiene una explicación científica. Entérate en esta nota. Foto: composición: Jazmin Ceras

Juegos de roles, lencería erótica, juegos de sensaciones... la lista de preferencias es larga, pero el fetiche por los pies, retratado en conocidos productos audiovisuales, como las películas de Tarantino, es uno de los más comunes. Si bien la RAE destaca un concepto para fetiche —ídolo u objeto de culto al que se atribuyen poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos— el término ha adquirido en el plano de la sexualidad un significado relacionado con la fijación: se trata de la estimulación a través de objetos o partes del cuerpo que generan excitación de forma recurrente.

“Los fetiches pueden ser una herramienta para conectar con el placer, divertirse y salir de la rutina”, señala la magíster en orientación y sexología Eirelyn Gómez. La especialista conversó con La República y resaltó la causa del fetiche por los pies, uno de los más comunes. Entérate en esta nota sobre todos los pormenores.

Explicación biológica del fetiche por los pies

Vilayanur S. Ramachandran, un neurólogo indio conocido por su trabajo en los campos de la neurología de la conducta y de la psicofísica, planteó que los genitales y el pie ocupan áreas cercanas en el córtex somático-sensorial, lo que posiblemente ocasiona que haya enlaces entre ellos. Esta teoría, enfocada desde el aspecto biológico, es la más popular y se refiere a la estructura del cerebro: dentro de él existen músculos individuales que forman un mapa, así, cada parte del cerebro responde a cada acción sensorial del cuerpo.

Resulta que el músculo encargado de los pies y sus dedos es el más cercano al de los genitales, razón por la que cuando estos músculos se activan existe una mayor posibilidad de que choquen entre sí y se despierte una mayor estimulación sexual.

En esta línea, la sexóloga Eirelyn Gómez añade que “la excitación viene del cerebro, no de los genitales . Toda la piel es altamente erógena y tanto los genitales como los pies están relacionados con un área del cerebro. Hay terminaciones nerviosas y causan placer sexual”. Además, explica, que uno de los primeros en hablar sobre este fetiche fue Freud: “Él decía que tiene que ver con alguna experiencia vivida en la infancia”, comenta. En efecto, el médico neurólogo sostenía que el pie es lo primero que ve en la gente un niño que empieza a caminar, por tanto, esta parte del cuerpo se puede convertir en un referente erótico.

La especialista aclara que hay una línea divisoria entre el fetiche por los pies y la podofilia. “La podofilia está vinculada al uso exclusivo de un método para poder despertar la excitación sexual; es decir, se considera una patología: se necesita los pies, ya sea olerlos, lamerlos o incluso masturbarse con los ellos porque no existe otra forma de hacerlo. A diferencia del fetiche que está considerado como una atracción profunda hacia los pies”, concluye Gómez.