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Política

Awapara, de Transparencia: “Las elecciones del 2026 nos pueden polarizar mucho y escalar en más violencia”

El secretario general de Transparencia, Omar Awapara, expresó preocupación por la proliferación de partidos y explica propuestas para afrontar esta situación. 

Omar Awapara
Omar Awapara

El secretario general de la asociación Transparencia, Omar Awapara, expresa preocupación por la proliferación de partidos y explica tres propuestas para enfrentar este desafío: elevar la valla en elecciones internas, incentivar alianzas electorales y que una candidatura presidencial pueda ir con listas congresales de diferentes organizaciones.

—¿Qué pasa que aumenta tanto la cantidad de partidos, pese al intento de reforma política?

Hay una reforma incompleta: muchas recomendaciones de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política no se implementaron y al alterar, hay efectos contrarios. Muy importante hubiesen sido las PASO (elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias). No está mal tener 60 partidos: hay países con alto número, pero importa que algunos interesan más. Nuestra proliferación tiene que ver con requisitos más sencillos y que no haya filtro, al no haber las PASO. No habría problema si tuviésemos un elemento reductor en elecciones primarias, que no hay.

—¿Qué lectura tienes del rechazo tan duro a las PASO por parte de los políticos?

—Implicaba pérdida de control de las élites partidarias sobre sus cuadros y estructura. Al tumbarse las PASO, lamentablemente se tiraron abajo el elemento filtro de las elecciones primarias que era someter a elección previa la verdadera capacidad de adhesión de los partidos políticos.

—¿Ese rechazo a las PASO es un temor de esas élites a la democracia?

No necesariamente. Hay emprendedores de la política que construyen un partido como una empresa y son renuentes a delegar o soltar riendas. Se entiende de algún modo.

—¿Eso significa que ven los partidos como organizaciones que deben tener un dueño?

—No necesariamente, pero sí hay una intención de que, si han construido o intervenido un aparato partidario, no puedan perder el control sobre ello. Es una decisión egoísta pero racional.

—Crece el desafío: hay bastantes partidos y todos son enanos. ¿Cómo afrontarlo?

—Convive la proliferación de partidos con la ausencia de lazos y raíces de los partidos en la sociedad, lo que nos lleva a una condición democrática en un sentido literal: que cualquiera -y eso es un incentivo también para el para un aspirante político- tiene chances no muy lejanas a las que tendrían el fujimorismo, César Acuña o el PPC (Partido Popular Cristiano). Hay un incentivo allí negativo, por la fragmentación de la política, a la proliferación y al emprendedurismo político.

—¿Qué corresponde hacer?

—Pensando en el 2026, proponemos devolverle un elemento reductor en las elecciones primarias, que aún existen: todos los partidos políticos deben pasar por un proceso electoral previo a las elecciones generales. Tienen tres opciones: PASO, que nadie hará; elección por afiliados, que implica movilizar a todos sus militantes; y elección por delegados. Lamentablemente tienen los incentivos para hacerlo por delegados, donde unos pocos definen la candidatura presidencial. Proponemos que haya una valla en la elección primaria que los precandidatos deban alcanzar para llegar a ser seleccionados candidatos, de modo que sea un proceso competitivo y evidencie la capacidad de movilización de cada partido. De lo contrario, no habrá filtro y todos podrían pasar.

—¿Y luego de las elecciones primarias, qué se debe mejorar?

—Se debe favorecer la formación de alianzas electorales que actualmente están penalizadas por la valla electoral ya establecida. Para que un partido mantenga su inscripción (en el Jurado Nacional de Elecciones, registro que le permite competir en elecciones) , requiere obtener el 5% del de los votos válidos en la elección general, pero si va en alianza, esa valla sube un punto porcentual más por cada partido adicional que se alíe. Proponemos que la valla electoral se mantenga por igual en 5% para todos, haya alianza o no haya alianza, como una forma de incentivar su formación.

—¿Qué plantean para fortalecer la gobernabilidad, que ha estado débil?

—Pensando que vamos a elegir un gobierno débil probablemente, planteamos que una especie de alianza electoral debe poder también conducir hacia una coalición por la gobernabilidad del país.

—Allí tienen una fórmula que viene de afuera...

—Sí. Hay una forma que se usó recientemente en México: frentes presidenciales, donde distintos partidos se agrupan en torno a una sola candidatura presidencial, aunque cada uno tiene su lista parlamentaria. De este modo, cada una de las dos candidatas presidenciales principales llevó como aliadas a listas  de postulantes congresales de diferentes partidos. Esta propuesta resulta atractiva porque cuando hay alianzas, un problema es no ponerse de acuerdo en la posición de candidatos en las las listas parlamentarias. Con un frente, se aglutinan en torno a una sola candidatura presidencial y cada partido define su lista. Entonces, se da un doble voto para el ciudadano.

—¿Estas propuestas salen de diálogos y encuentros con los mismos partidos?

—Exacto. No es una mirada académica o de una torre de marfil. Lo estamos tomando de entrevistas, encuestas, diálogos que tenemos de manera frecuente con los propios partidos políticos. Estamos tratando de hacer una corriente sobre algo que teníamos favorable para para que se produzca y no se entiendan las alianzas como solo un sinónimo de fujicerronismo, contubernios o arreglos no transparentes. Esto busca favorecer un proceso electoral más limpio y transparente.

—Sin embargo, en el Congreso no paren estas iniciativas. ¿Cómo se explica?

—Creo que es cuestión de calendario todavía: no hay sentido de urgencia. Hay preocupación todavía por otros aspectos sobre la conducción del Gobierno y aún quedan meses para que se convoquen las elecciones. Hay cierto tiempo para algunos cambios. Creo que las prioridades hoy todavía están enfocadas en otros aspectos y no tanto con la elección general. Conforme nos acerquemos a la fecha de la elección, habrá más atención e interés por este tipo de reformas,

—Hay mucho temor sobre el 2026, hay quienes dicen que será peor. ¿Comparte ese temor?

—Sin duda. Dado el precedente del 2021, nos puede otra vez enfrentar como sociedad y polarizar mucho y hay el temor de que haya un escalamiento en la violencia en el proceso. Hay que estar muy atentos a esos incidentes y hacer que sea una elección como hemos tenido en ocasiones en el Perú.