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Política

Jorge Nieto: “Todo conspira para que entremos a un proceso electoral muy fragmentado”

Entrevista al exministro de Defensa y de Cultura. Lidera el Partido del Buen Gobierno, que busca su inscripción para participar en las elecciones generales.

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Jorge Nieto Montesinos (exministro de Defensa y de Cultura) responde sobre la posibilidad de que se forme una coalición de fuerzas para las elecciones del año entrante. Recientemente fue mencionado por el exgerente municipal José Miguel Castro en una supuesta entrega de dinero por asesorías a Susana Villarán. Lo niega.

José Miguel Castro lo involucró en una supuesta recepción de dinero a cambio de asesorías políticas a la ex alcaldesa Susana Villarán. El monto habría sido entregado por la empresa OAS. Usted lo ha negado. incluso mencionó que su trabajo fue, en la práctica, ad honorem. Las investigaciones continúan. Dijo que denunciaría al exgerente municipal por su testimonio. ¿Al final lo hizo?

He acreditado a un abogado ante el señor fiscal y estoy esperando que el proceso siga su curso.

¿Lo está analizando con sus abogados, entonces?

En su momento se verá.

¿Insiste en que no recibió dinero en ningún momento?

Yo ya dije mi declaración y a partir de ahora cualquier cosa que tenga que mencionar al respecto será a través de mi abogado y en las instancias pertinentes.

Esto sí me lo podría responder: ¿la denuncia no afectará sus pretensiones políticas?

Mire, es una investigación preliminar, tiene que seguir su curso. No es menos, pero tampoco es más que eso.

¿Piensa postular el 2021?

Estamos trabajando para registrar al partido (Partido del Buen Gobierno). Las condiciones no son las mejores debido al corte de actividades. Con la reapertura, se ve una sociedad muy replegada, muy golpeada. La gente está colocada ante la muerte y el desempleo y esa precariedad hace que la agenda sea diferente a la de la participación política. Igual, estamos en el esfuerzo porque de lo que se trata es de construir instituciones. Ahora estamos en la etapa de recolección de afiliados y de registro de los comités provinciales.

¿Por qué crear un partido nuevo, un poco a imagen y semejanza, y no militar en uno ya inscrito y ganarse el derecho a postular en unas primarias?

Usted sabe que tenemos 24 o 25 registros en el Jurado Nacional de Elecciones

¿Y usted quiere ser el 26?

No, lo que yo quiero es ser un partido político. De esos 25, la mayoría son membretes. Partidos son tres o cuatro, en el mejor de los casos. Necesitamos instituciones que se enraícen en la sociedad. ¿Por qué no militar en otro partido? Porque tenemos ideas que no las vemos reconocidas.

¿Qué ideas?

Por ejemplo, la necesidad de que se desarrollen políticas contra las desigualdades o políticas territoriales. Hemos diseñado cinco de estas últimas para la Amazonía, fronteras, sierra, el mar y ciudades.

De acuerdo. Sin embargo, las políticas contra la desigualdad y el desarrollo territorial las adscribiría cualquier organización política.

Pero nosotros las hemos formulado en una propuesta. La gente con la que trabajamos se reconoce en una declaración de principios, en una propuesta de gobierno. Queremos construir un partido.

Una curiosidad, ¿cuánto hay que invertir para crear un partido?

Con una serie de actividades hemos recolectado un conjunto de dinero. A nosotros nos ha resultado relativamente barato, no debemos haber gastado por arriba de 40 mil soles. Por supuesto que se necesita mucho más dinero.

Usted viene de posiciones más de izquierda. El partido que quieren formar, ¿en qué lugar lo ubicaría?

En la tipografía tradicional estamos ubicados en un centro intensamente social. La verdad es que, en mi opinión, en una situación como la que vivimos en el Perú, las ideologías se han convertido en cárceles de larga duración.

¿En un corsé?

Así es, porque los cambios son tan vertiginosos y la necesidad de atender problemas y de contar con recursos humanos es tan grande, que se necesita convocar a todos los que se pueda. No es un punto de vista acomodaticio. Creo, sinceramente, que necesitamos ir un poquito más allá de las ideologías y encontrar puntos de convergencia, sobre todo en una situación tan dramática como la de ahora.

¿Se he desideologizado usted?

Desconfío mucho de las ideologías, sí. Es verdad. Conozco bien el trabajo de las ideologías.

El politólogo Alberto Vergara dijo semanas atrás que una serie de personas -usted incluida- podrían intentar un acercamiento hacia el 2021 para evitar tanta fragmentación y unir fuerzas e ideas que permitan gobernar. Salvador del Solar, cuando anunció el viernes que no postulará, recordó esta idea y la alentó. ¿Lo ve viable?

Todo lo que sea acercamiento alrededor de ideas comunes debe ser bienvenido y propiciado. De hecho, yo trato de mantener comunicación con líderes de otros partidos para explorar qué posibilidades hay de entendimiento y acuerdo. Necesitamos tejer entre los políticos un entramado de relaciones que permiten enfrentar la situación.

Esa es la respuesta esperable, aunque le pido ser más específico: ¿apoyaría una opción de ese tipo?

De hecho, hemos conversado con algunos líderes que usted menciona.

¿Con quién?

He tenido una conversación reciente con el señor Julio Guzmán, otra anterior con el propio Salvador del Solar, para entender qué piensan sobre el país, cómo ven la situación, cuáles son sus valoraciones, explorando. Y lo estamos haciendo con otros partidos que quizás tienen menos renombre.

¿Y cuál es su conclusión de esas conversaciones? ¿Qué entienden esas personas? ¿Qué entiende usted que necesita el Perú ahora?

Tenemos que valorar exactamente el momento en el que estamos. Los cambios son dramáticos en el mundo. Le menciono tres. Hay una crisis ambiental, el cambio climático es una realidad. Segundo, hay una crisis social muy fuerte, con una desigualdad que se ha incrementado entre los países y dentro de ellos. Y tercero, hay un asunto ético. Es decir, si todos quisiéramos tener el mismo nivel de consumo que tiene un ciudadano americano promedio, el mundo no alcanzaría. Entonces hay tres acumulados: la deuda ambiental, social y ética. A eso, hay que sumarle la pandemia. Cuando le dije que estábamos desarrollando políticas para la Amazonía es porque esta es quizás la principal responsabilidad del Perú con el mundo y las generaciones futuras.

¿Cree usted que estas conversaciones llegarán a un final feliz o percibe más bien que los peruanos nos enfrentaremos de nuevo a una competencia electoral fragmentadísima?

Todo conspira para que sea así, todo conspira para que entremos a un proceso electoral muy fragmentado, crecientemente fragmentado. Hay que tratar de agrupar todo lo que se pueda agrupar para evitar que esa sea la realidad. No es el mejor clima para ello, hay una sensación de desesperación y desesperanza, hay mucho repliegue de la sociedad…

Por eso le consultaba si va a haber responsabilidad de parte de ustedes o, de nuevo, votaremos por 20 candidatos presidenciales.

Como le digo, estamos en el esfuerzo de hacerlo. Yo creo que es factible agrupar a un segmento de los partidos que están tratando de entrar en el proceso electoral. Hay que hacer un esfuerzo de ingeniería y consensos y hay que trabajar en esa dirección.

Escuché declaraciones suyas luego del mensaje presidencial por Fiestas Patrias. Me parece que minimiza el llamado del gobierno al llamado Pacto Perú, ¿es correcto?

No, no lo minimizo, pero me parece bastante difícil de llevar adelante. Primero, porque estamos con un gobierno al que le queda solo un año, luego porque se va a comenzar a abrir el escenario electoral y porque, históricamente, hemos tenido muchas dificultades entre los peruanos para generar acuerdos. En todo caso, el escenario natural para esa convocatoria era el Acuerdo Nacional (AN). Si se ajusta puede ser algo con mayor viabilidad. Sin duda, necesitamos unidad.

Es decir, no es que esté en desacuerdo con el llamado, sino con la plataforma propuesta.

En efecto, sería mucho más consistente colocar este tema en el AN. Todo peruano tiene que participar en conversaciones políticas, más en este contexto.

¿Le reconoce algo al gobierno en la gestión de la crisis?

Le ha tocado una situación muy difícil, excepcional y cualquier gobierno habría tenido que innovar frente al problema que se tiene por delante, eso es lo que ocurre en gestión de crisis. El problema mismo te dice cuál es la salida y la solución. Por tanto, la capacidad de estar atento a la situación es fundamental. El gobierno ha tratado de hacer las cosas bien, se tomaron medidas drásticas, no obstante si estamos en la situación de hoy es que algo no se ha hecho bien.

¿Qué no se hizo bien?

En materia sanitaria, hay dos temas. La cuarentena era una forma de hacer más lento el desplazamiento del virus…

Mientras reforzábamos el sistema de salud.

Justamente. Esa cuarentena tenía que ser acompañada del incremento de capacidades en hospitales, cosa que se hizo. Pero, además, tendría que haberse fortalecido la capacidad y despliegue de las postas médicas, del primer nivel de atención. En Uruguay y Costa Rica fue algo decisivo. Y en el Perú, hay dos experiencias, en El Agustino y San Martín de Porres. En ambos casos el nivel de infectados que requirió atención en UCI fue significativamente menor. Y lo otro que no se hace, o se hace con mucha debilidad, es el seguimiento del virus, es decir tomar contacto con los infectados, aplicar pruebas. Y sobre las ayudas económicas, sabemos que estas o llegaron tarde…

O no llegaron.

Así es. Por eso sugerí el reparto de alimentos, de organizarlo con las Fuerzas Armadas, con las iglesias…

Aunque sí se repartieron alimentos.

Claro, pero no hubo un esfuerzo consistente, sistemático. Hay zonas en las que la situación es dramática. Hoy mismo, uno puede ver banderas blancas en Lima, en señal de necesidad de alimentos, ¿no?

¿Se pudo hacer algo mejor para paliar el nivel de la crisis económica?

Que iba a haber un bajón económico, no hay dudas. Ahora, hay países que no detuvieron sus operaciones mineras mientras que acá hubo contagios en algunas minas. Quizás no hemos tenido la exigencia de protocolos rigurosos en ciertos sectores. Es probable que se pudieran haber hecho las cosas para no estar entre los países con mayor depresión económica en el mundo.

Al parecer en esta etapa el gobierno pondrá el énfasis sobre lo económico. ¿Qué piensa de esto?

Hay que mirar juntos economía y salud. Yo sí tiendo a mirar con mayor relevancia el tema de la salud. Aparentemente los números se están desbocando y no parece haber un control sobre lo que ocurre. El gabinete nuevo ha entrado con mucha convicción a batallar en la reactivación económica, sin embargo me parece que la realidad está diciendo “la pandemia está aquí, se desarrolla y se necesita ajustar una estrategia mucho más eficiente”. La fase cuarta de la reactivación, que incluye restaurantes, bares, espacios de diversión, tiene que ser detenida, me parece, porque tal como está la situación…

¿No aguantamos?

No aguantamos. Se necesita un reajuste, y si eso supone colocar el acento fuertemente sobre la salud pública. No habrá reactivación económica consistente si tenemos al virus dando vueltas y produciendo muertos. El control de la pandemia es fundamental para la propia reactivación.

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Profesión; periodista. Doctor por la Universidad de Salamanca (Instituto de Iberoamérica).