Retos y tareas pendientes del Congreso a puertas del Bicentenario de la Independencia [VIDEO]
Los nuevos 130 congresistas tienen sobre sus hombros, y conciencias, debatir y concluir pendientes del anterior Parlamento disuelto. Entre ellos, la eliminación del voto preferencial o la aplicación de la paridad y alternancia en las elecciones presidenciales del 2021, año en el que Perú celebrará sus 200 años de emancipación.
La instalación del próximo Congreso de la República no solo significa el restablecimiento de un poder fundamental para el control político al Ejecutivo.
Su presencia, en realidad, es la garantía de la auténtica separación de poderes propia de una democracia como la del Perú.
Sin embargo, sobre los 130 nuevos parlamentarios recae una responsabilidad relevante.
La nueva representación nacional tendrá como primer obstáculo corregir y devolver el prestigio de la institución del Legislativo, que fue mancillado por sus predecesores en los últimos tres años, y recuperar la confianza de la ciudadanía.
Justamente la confianza al Congreso es lo más perjudicado, según estima el politólogo y catedrático de la Universidad Ruiz de Montoya Alonso Cárdenas.
En diálogo con La República, el especialista señaló que, a nivel Latinoamericano, el Perú es uno de los países con los índices de desconfianza hacia el Parlamento más altos.
Para revertir esta situación, Cárdenas indica que la nueva representación nacional “debe hacer todo lo posible para volver a ganar la confianza de la ciudadanía”.
La reforma electoral
Uno de los temas pendientes de este nuevo Congreso es la modificación del artículo 4 de la Ley Orgánica de Elecciones (LOE).
En noviembre del 2017, el Congreso disuelto aprobó la Ley N° 30682 donde modifica los artículos 4 y 79 de la LOE. Sobre el primero, indica que no se puede realizar ningún cambio a las normas del proceso electoral, desde un año antes de la fecha establecida para la votación.
Fernando Tuesta Soldevilla enfatiza que aquella modificación “es lo primero que debe ser tratado, apenas se instale el nuevo Congreso”.
En caso el Parlamento no discuta respecto a este punto, los comicios se desarrollarían con las reglas vigentes y serían omitidos los alcances presentados por la Comisión de la Reforma Política.
De acuerdo al cronograma electoral del Jurado Nacional de Elecciones, las elecciones presidenciales se realizarán el primer domingo del 2021, entonces el renovado Legislativo tendría tiempo para actuar sobre este punto hasta el 11 de abril del presente año.
Otro aspecto a ser revisado en el campo electoral es, también, la continuidad o, en el caso contrario, la supresión del voto preferencial, apunta Alonso Cárdenas.
Para el politólogo, el voto preferencial “es un mecanismo totalmente perverso que ha debilitado nuestras instituciones y ha permitido, por ejemplo, el ingreso de dinero sucio” en la política.
“Dependiendo de la cantidad de dinero que tú pongas, puede acceder a la lista en el Congreso. Eso ha sido catastrófico para la legitimidad y credibilidad de nuestro sistema político y debe ser eliminado”, afirma, tajante, Cárdenas.
La bicameralidad
Por jerarquía, otro tema fundamental que se proyecta en el horizonte del nuevo Congreso es la posibilidad del regreso a las dos cámaras parlamentarias en el Perú.
Paulo Límaco recuerda que los dos primeros Congresos Constituyentes del Perú fueron unicamerales. “Con José de La Mar como presidente (1827), nace la tercera Constitución (1828). Es ahí que se constituye por primera vez la bicameralidad: conformada por una cámara de senadores y otra de diputados”, detalla.
Asimismo, el especialista apunta que la cantidad de parlamentarios fue variando debido a que el Perú presentó un ascenso demográfico. “En el sigo XIV éramos casi dos millones de peruano”, dice. “La bicameralidad se establece en 1828 hasta 1992, año en que Alberto Fujimori cerró el Congreso”, resalta el especialista para luego añadir que “[con la bicameralidad] había una necesidad que, antes que una ley sea aprobada, ésta deba ser aceptada por las dos cámaras y es evidente que Fujimori buscaba la unicameralidad para tener un mayor manejo del Congreso”.
Aunque consciente de que su opinión sobre este tema no será del gusto de la gente —partiendo de los resultados del referéndum de diciembre de 2018, en el que la ciudadanía le dijo ‘NO’ a la bicameralidad—, Fernando Tuesta considera que el tema es, no obstante, fundamental en este momento.
“Es políticamente incorrecto porque va en contra del deseo de la gente, que está basado en el rechazo al Congreso y su representación”, explica, no obstante, el también politólogo.
Paridad y alternancia
Junto con Rocío Silva Santisteban, congresista electa del Frente Amplio, Tuesta también cree que otro tema preeminente es la aplicación de la paridad y alternancia en las listas.
En declaraciones para La República, la electa parlamentaria cuestionó las declaraciones de Manuel Merino de Lama, de Acción Popular, quien es su adversario en la carrera por la presidencia del Congreso.
Merino había señalado, indica la congresista, que la paridad y la alternancia podía esperar hasta el 2026. Sin embargo, para Silva Santisteban, “esa postergación no tiene sentido”.
También, el tema de la lucha contra la violencia hacia la mujer, fue uno de los puntos en los que la ciudadanía ha puesto su interés, según una encuesta publicada el pasado 23 febrero realizada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Consultado por La República, Hernán Chaparro, jefe de Estudios del IEP, remarcó que, efectivamente, junto con la inseguridad y la educación y la violencia contra las mujeres, son temas prioritarios para la población.
“La encuesta indica que la población demanda mejoras en educación, ahora que estamos en etapa escolar, […] que el Congreso fiscalice o legisle para que disminuya la violencia contra la mujer. Un cuarto tema, que aparece, es la lucha contra la corrupción, que ya es transversal a todo esto”, asevera.
Los retos de la Mesa Directiva
En tanto a los retos que se le avecinan a la nueva Mesa Directiva, Chaparro intuyó que la fórmula favorita para ganar la Mesa Directiva —la alianza entre Acción Popular, Alianza Para el Progreso, Somos Perú y Podemos Perú— “posiblemente comience a generar fricciones” antes del 2021, año de las elecciones generales, cuando empiece la campaña presidencial.
“Creo que vamos a ver momentos diferentes donde, esperemos, al inicio haya mayor productividad en lo que la población está demandando”, sostiene, sin embargo, Hernán Chaparro.
El diplomático Allan Wagner, quien presidió la Comisión para la Reforma Judicial, adelantó a La República, por su parte, el Consejo Nacional para la Reforma del Sistema de Justicia ha venido trabajando en propuestas que presentarán al Legislativo “tan pronto como este se constituya”.
El interés del también exministro delata, sin embargo, un señalamiento claro hacia funcionarios públicos de alta jerarquía que se encuentran implicados en supuestos actos de corrupción.
Para ejemplo, unos cuantos botones: los magistrados del Poder Judicial y la Fiscalía relacionados con Los Cuellos Blancos del Puerto; disueltos parlamentarios y otras autoridades ejecutivas de gobiernos locales y regionales.
“Fue realmente deplorable que se evitara que la justicia actuara en función de estas personas […] eso no lo permitió el anterior Congreso”, afirma Allan Wagner a La República, específicamente sobre el caso de Los Cuellos Blancos del Puerto.
Expectativas del nuevo Congreso
Para Alonso Cárdenas, desde su perspectiva de politólogo, las expectativas respecto al nuevo Congreso no son muy altas.
En síntesis, Cárdenas señala que el desempeño del nuevo Legislativo será poco sobresaliente.
“A partir de julio entramos en un año electoral [para el 2021]. Además, en un año electoral presidencial, con todo lo que esto implica. Va a tener poca relevancia lo que haga este Congreso, salvo apoyar a sus propios candidatos”, indica el especialista.
El análisis de Cárdenas parte del hecho concreto de que el nuevo Congreso funcionará apenas poco más de un año y cinco meses.
Ahora, pasado la disolución y las elecciones del 26 de enero, la ciudadanía permanece atenta a la actuación de sus nuevos representantes en el Legislativo.
Con más de veinte años de representaciones que, a consideración de una gran porción de la ciudadanía, no dieron la talla, los peruanos y peruanas del país esperan que los nuevos legisladores estén a la altura patriótica para cumplir con las reformas, modificaciones y legislaciones que la sociedad demanda.
La integridad, justicia, moderación, compostura y decencia, son algunas de las conductas que los ciudadanos y ciudadanas piden a sus representantes en el Congreso.
Estos nuevos legisladores tienen la oportunidad de recuperar la confianza de los 32 131 400 de compatriotas que demandan mayor acción al Congreso de la República.
El Perú requiere cambios, y la ciudadanía exige soluciones, principalmente, al Legislativo y Ejecutivo, además de vigilar lo realizado por el Judicial. Ahora, es el turno del Legislativo hacer su parte.