Fragmentado y partidos quebrados
Cohesión interna de varios partidos será un problema.
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Si todo apunta a que el próximo congreso se puede acomodar alrededor de dos grandes bloques en torno a coincidencias antes que alianzas, un factor que puede malograr esa posibilidad es la poca cohesión interna que pueden tener algunas agrupaciones políticas.
Las negociaciones apuntan a que en el próximo congreso habrá, por un lado, un bloque mayoritario conformado por cuatro partidos que, en conjunto, sumarían 67 curules: Acción Popular (25), Alianza para el Progreso (22), Somos Perú (11) y Partido Morado (9).
El otro bloque podría conformarse por Frepap (15), Unión por el Perú (13) y Podemos (11), en total suman 39 curules. Mientras que Fuerza Popular (15) y el Frente Amplio (9) caminarían, en principio, por su lado.
Esto no implica alianzas formales y cerradas sino coordinaciones generales que, sin embargo, ayudarán mucho al proceso legislativo.
Pero eso puede mellarse si es que en algunos de los nueve partidos que han llegado al congreso, se empiezan a producir fisuras que perforen la cohesión interna de cada agrupación, algo que puede estar a la vuelta de la esquina.
Para empezar, la bancada más grande del nuevo parlamento, la de Acción Popular, está conformada por 25 personas que, por lo visto en la campaña, pueden tener diferencias relevantes, no tanto por ideas sino por vinculación con los distintos líderes que hoy pelean espacios en el partido pensando en la candidatura presidencial del año 2021. AP sigue siendo hasta hoy una federación de independientes que más parecen dependientes.
No es la única bancada de cohesión frágil. En el Frepap hay una guerra interna con la Asociación Evangelista que puede traer pleitos mayores y resquebrajaduras mayores.
Algo parecido a lo que puede suceder en Podemos entre su propietario José Luna Gálvez, para quien la fiscalía acaba de pedir 36 meses de prisión preventiva y seguramente querrá usar la bancada para defenderse, lo cual pondrá en aprieto a Daniel Urresti.
Por último, en UPP el pleito entre la muchachada de José Vega Antonio –el dueño de la franquicia– y los etnocaceristas de Antauro Humala puede estar a la vuelta de la esquina.
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