De la rosa naranja a la rosa amarilla
¿Cuántos votos de FP se llevará Bartra a Solidaridad?
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Será interesante observar la capacidad de Rosa Bartra de llevarse votos de su ex partido Fuerza Popular a Solidaridad Nacional, la agrupación en la que postula para reelegirse en enero.
El comportamiento penoso de FP se expresó mejor que nadie en la actuación de Bartra en el congreso 2016-2019, dando siempre la cara en las entrevistas, articulando los planes de obstaculización, peleando, blindando al aliado y persiguiendo al contrincante.
En fin, haciendo todo lo que acabó sepultando al fujimorismo ante la opinión pública, con la excepción del cogollo naranja, el núcleo duro, los brand-lovers, es decir, esos que eligen siempre a la misma marca por tener un vínculo emocional con esta.
En el camino, Bartra se convirtió en la figura emblemática del fujimorismo a medida que Keiko Fujimori generaba decepción en los sectores conservadores que la habían apoyado pues consideraban que no estaba a la altura del combate, lo cual se fortaleció cuando la jefa de FP fue a prisión preventiva inicialmente por 36 meses.
Entonces, algunos empezaron a creer que se necesitaba un rostro distinto, y ahí fue cuando Bartra pensó ‘esta es la mía’, y se dedicó a construir un espacio propio dentro del fujimorismo.
Un fujimorista de la vieja guardia me lo resumió así: “Casi sin darnos cuenta, creamos una muñeca diabólica que cobró independencia y se volvió incontrolable”, con lo cual aludía a la película de terror que todos recuerdan. Bartra tenía, además, algunos seguidores en la bancada que consultaban más con ella que con lo que decían en Santa Mónica.
Eso creó distancias que se agravaron cuando Luis Galarreta negociaba con Salvador del Solar una salida ‘pacífica’ a la cuestión de confianza, y Bartra aceleraba el choque pensando en su interés antes que en el de Keiko Fujimori.
Bartra quiso volver a postular por FP, pero le dijeron ‘hasta aquí nomás’, y vino la invitación de Solidaridad que no iba a rechazar de ninguna manera, pues ella parece querer transformarse de rosa naranja a rosa amarilla, como plataforma para una eventual candidatura presidencial con un proyecto conservador del tipo ‘Con mis hijos no te metas’, propósito en el que Yeni Vilcatoma también ha mostrado interés.
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