Nuevas revelaciones ponen al extitular del Ministerio Público contra las cuerdas judiciales.,Resulta que sus asesores lo sabían todo. Resulta que no hizo una visita de rutina a sus oficinas, aquel extraño sábado 5 de enero de este año. Resulta que hasta habría intentado meterse por la ventana, en una suerte de desesperado acto por borrar, literalmente, las pruebas del delito. El aún Fiscal Supremo –y antes controvertido Fiscal de la Nación– Pedro Gonzalo Chávarry Vallejos podría tener los días de libertad contados si, a medida que avanzan las investigaciones sobre su conducta, sus versiones se van derritiendo. Y eso parece que comienza a ocurrir. Su exasesora Rosa María Venegas, que antes lo defendió contra toda tempestad, acaba de hacer declaraciones sorprendentes. Según ella, fue el mismo Chávarry quien le pidió que entrara al despacho de Juan Manuel Duarte, entonces coordinador parlamentario de la Fiscalía de la Nación. El propósito habría sido sacar información que vincularía al otrora titular del Ministerio Público con el partido Fuerza Popular (FP), y que conduciría a un entramado que procuraba controlar la entidad. Los cables se extendían hasta el ex Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). Peor aún: los rastros de Chávarry llegaban hasta la organización ‘Los cuellos blancos del puerto’, que manejaba la justicia en la Provincia Constitucional del Callao. No parece extraño, por eso, que el operativo para ingresar a la oficina de Duarte haya sido una verdadera fechoría. Venegas ha declarado que hasta se intentaron borrar las imágenes de las cámaras de seguridad, todo lo cual complica la situación del nebuloso fiscal. Y le da la razón al fiscal del caso Lava Jato, Domingo Pérez, que se jugó el pellejo acusándolo y lacrando la oficina luego violentada. En una entrevista para este diario, el ex Procurador Ad Hoc Yván Montoya ha declarado que ahora sí se podría pedir prisión preventiva para Chávarry. Al mismo tiempo, el Frente Amplio (FA) ha presentado una nueva acusación constitucional contra este increíble personaje. Salvo que el Congreso, y la Fiscalía de la Nación, se aletarguen por el calor veraniego, todas estas rutas para procesarlo deberían proceder. Prácticamente no hay forma de volver defendible a una persona que ha hecho un daño tremendo, monumental, a la institucionalidad del país. Sin duda, deben dársele todas las garantías. Pero, en medio de este creciente escándalo, también se tendría que atender un pedido que, en su momento, hicieron las calles y algunas autoridades judiciales honestas: Pedro Chávarry ya no puede seguir siendo tampoco Fiscal Supremo.