Los mensajes enviados vía aplicaciones solo se pueden interceptar físicamente. Verdadero.,Una “botica” y un “mototaxi” han instalado en el imaginario local algunas ideas entorno a la tecnología que llaman a la confusión y que vale repasar: 1. La mensajería interpersonal vía aplicaciones -Telegram, WhatsApp, Signal- es peligrosa. Falso. Este tipo de mensajes al estar cifrados de punto a punto, de teléfono a teléfono, garantizan que los mensajes que se transmiten no puedan ser interceptados en su trayecto, tal como pasa con las llamadas de teléfono tradicionales. En otras palabras, si nuestros malos funcionarios públicos hubiesen entendido mejor el uso de estas aplicaciones habría sido más complejo desbaratar las redes de corrupción -tipo ex Consejo Nacional de la Magistratura- que hoy conocemos: 2. Los mensajes enviados vía aplicaciones solo se pueden interceptar físicamente. Verdadero. Dado que los mensajes/archivos -audios, imágenes, etc- que se transmiten vía aplicaciones están enmascarados de manera única para cada comunicación/cada receptor, es imposible que alguien que no sea una parte en la comunicación pueda acceder a los contenidos. La única manera de acceder a ellos es en efecto, tomando contacto físico con el dispositivo, haciendo una captura de la pantalla o tomando fotos de la pantalla; 3. La mensajería interpersonal es un reto para la lucha anticorrupción. Verdad. Gracias a la Providencia, el alto analfabetismo digital que caracteriza a nuestra clase política y élite pública, aún no han complicado la remozada lucha anticorrupción que vemos. Pero hay que ser conscientes, la tecnología detrás de estas aplicaciones ofrece garantías a la privacidad de todos, seamos delincuentes o no, corruptos o no. Todavía no se ve el reto, porque la forma en que se han filtrado los mensajes comprometedores ha sido de las más básicas, gracias a la falta de pericia y conocimiento de los usuarios. Pero, la alfabetización digital es irreversible. Advertidos estamos.