Por Eran Yuvan, embajador de Israel en el Perú
El año pasado, y con la disminución del Coronavirus, el mundo volvió a centrarse en la amenaza existencial más acuciante - el calentamiento global y el cambio climático- y sus devastadores efectos sobre el mundo en el que vivimos. Una de las principales áreas seriamente afectadas por el cambio climático, es el ciclo pluviométrico global, que se refleja en menos lluvias, más sequias y fenómenos pluviométricos extremos, que producen más destrucción que bendición.
Creemos que las innovadoras soluciones tecnológicas para la crisis del agua, pueden ser un elemento central para afrontar la crisis climática, tanto para la adaptación como para la mitigación.
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La estrecha relación entre la crisis del agua y la crisis climática fue señalada en la declaración final de la COP 27 y será un tema central en la Conferencia de la ONU sobre el Agua precisamente en el Día del Agua, en la sede de la ONU en Nueva York.
Mientras que en muchos lugares del mundo sigue habiendo un acceso pleno a agua limpia del grifo, en muchos otros, esta accesibilidad es limitada y prácticamente inexistente.
Se estima que unos 2.500 millones de personas (el 36% de la población mundial) viven en zonas con escasez de agua, un fenómeno que se prevé que se agravará en las próximas décadas, al intensificarse los poderosos procesos del cambio climático, el crecimiento demográfico mundial, la creciente demanda para productos industriales y agrícolas y la desertificación.
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La escasez de agua está provocando migraciones, guerras y conflictos, poniendo a cientos de millones de personas en el mundo, en riesgo de desplazamiento, por la escasez de agua en los próximos años.
A fin de superar el fenómeno de la escasez de agua, es necesario comprender que esto implica integrar medidas que incluyan orientar y educar sobre la conservación del agua; incrementar la eficiencia en el uso del agua; lograr financiación internacional pública y privada; rehabilitar las fuentes de agua contaminadas; fomentar las inversiones y la I+D, y ante todo, aprender a implementar una buena gestión del agua, a escala local, nacional, regional y mundial.
Además, será necesario explorar nuevos enfoques para invertir en infraestructuras y servicios relacionados con el agua, garantizando al mismo tiempo, el derecho de cada persona al agua potable. Es importante que se haga hincapié en la disponibilidad y el intercambio de la información sobre la cantidad, la calidad, la distribución y el acceso al agua, así como sobre los riesgos y el uso de esa agua.
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En este sentido, Israel puede contribuir significativamente dado que posee uno de los sistemas hídricos más avanzados del mundo y con abundancia de I+D y tecnologías innovadoras en el tratamiento y reciclaje de aguas residuales. Con un record mundial, Israel depura el 95% de sus aguas residuales utilizando casi el 90%, en agricultura.
Otro sector en Israel que destaca a nivel mundial, es la prevención de la pérdida de agua en los sistemas urbanos, que hace que solo se pierda un pequeño porcentaje de agua en los sistemas de abastecimiento urbano. Esto se logra con una amplia variedad de tecnologías y métodos para detectar fugas mediante sensores remotos. Si se hiciera esto en todo el mundo, sería posible reducir y prevenir en gran medida, la contaminación ambiental y la destrucción de los sistemas naturales, permitiendo al mismo tiempo que el agua tratada y purificada, fluyera nuevamente hacia la naturaleza y la agricultura.
También sería posible reducir simultáneamente, la emisión a gran escala de gases de efecto invernadero, aumentar la resistencia de la agricultura frente al cambio climático, dejar más agua en la naturaleza para que los sistemas naturales que absorben de modo natural los gases de efecto invernadero, funcionen mejor y evitar la destrucción innecesaria de los sistemas ecológicos como consecuencia de la contaminación o la escasez de agua, y mucho más.
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La desalinización del agua de mar, el uso de agua salobre en la agricultura, el riego por goteo, el desarrollo de variedades agrícolas que consumen menos agua, e incluso la extracción de agua del aire, son también prácticas comunes en Israel.
Nuestros esfuerzos en Perú se enfocan en el desarrollo sostenible, particularmente en el sector del agua. Cientos de peruanos han sido capacitados en Israel sobre el manejo adecuado de los recursos hídricos y la agricultura. Muchas empresas israelíes de agro/agua, o empresas que utilizan tecnología desarrollada en Israel, están activas en Perú.
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Asimismo, en el Perú se han desarrollado diversos proyectos como los biohuertos con tecnología israelí y otros a nivel de implementación tecnológica, como el Centro de Excelencia Agraria en la localidad de Pataz, en el marco del Proyecto Sierra Liberteña en la región de La Libertad.
Israel está comprometido a fortalecer la cooperación con Perú en temas de agua en todos los niveles de gobierno (nacional, regional y local). Estamos listos para compartir nuestro conocimiento, experiencia y tecnologías para brindar soluciones eficientes que beneficiarán a las distintas regiones del Perú, especialmente luego del devastador impacto del ciclón Yaku.
Trabajemos juntos para garantizar el derecho esencial de gozar de agua limpia y salubre. El agua es vida.
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