¿El 30 de abril es feriado o día no laborable en Perú?

Precarizados

“A esto abona también Castillo que, si bien ha tenido jugadas inteligentes en el último mes, no puede ocultar la precariedad de su gobierno...”.

El presidente del Congreso decide suspender las funciones parlamentarias por haber recibido información de inteligencia que alertaría sobre posibles hechos de violencia en la movilización convocada ayer. Decisión absurda, a tal punto que no solo otros miembros de su mesa directiva asistieron con normalidad a sus oficinas, sino que él mismo fue al congreso desde la mañana. Si pueden desarrollar otras funciones parlamentarias, ¿por qué suspender el pleno?

Quienes tienen hoy la hegemonía del Congreso tienen una gran responsabilidad en el descrédito de la institución y en su paralización como poder del Estado. Lejos de estar desarrollando los grandes debates legislativos que el país necesita, reformas pendientes como la política y electoral, la tributaria, la del sistema de pensiones, entre otras, están atrapados en su pugna con el Ejecutivo. Salvo la vacancia o suspensión del presidente, no parecen tener mayor agenda. El resultado es un poder del estado paralizado.

Esto los pone en una situación de alta precariedad que empieza a aprovechar el presidente Castillo. Apelar a la OEA fue una jugada que descolocó al núcleo vacador del Congreso. El conteo de firmas virtual, anunciado con bombos y platillos, se ha quedado estacando en 66. Queda claro que, al menos hasta que la misión venga, ese recojo de firmas no avanzará. Se suma a esto el pedido del premier de hacer una cuestión de confianza sobre un proyecto de ley del ejecutivo para derogar la modificación hecha por el Congreso al mecanismo de cuestión de confianza. La reacción de la mesa directiva denota nerviosismo y poca capacidad política.

Ninguna de las dos jugadas es segura para Castillo, pero le permiten ganar oxígeno. La misión de la OEA se reunirá con actores políticos y de sociedad civil que no comparten la mirada del gobierno. Quizá la instalación de una mesa de diálogo sea lo mejor que pueda salir de este proceso. Y la cuestión de confianza podría no ser recibida por el Congreso, dejando al presidente como único camino institucional apelar al TC, que ya ha emitido sentencia a favor de la ley que cuestiona el Ejecutivo.

Pero estos riesgos no son leídos por la oposición. Reaccionan de manera primaria. Su agenda se ha tornado tan básica, sacar al presidente y quedarse ellos, que el juego político parece haber desaparecido.

La política en sí se ha precarizado. A esto abona también Castillo que, si bien ha tenido jugadas inteligentes en el último mes, no puede ocultar la precariedad de su gobierno. El premier Torres, lejos de promover un ambiente que les sirva para la llegada de la misión de la OEA, se deja ganar por arrebatos misóginos. Atacar a la señora Carreño no por su performance profesional, sino por cualidades de “madre”, “hija” o “esposa” no es más que una agresión machista inaceptable.

¿Hasta dónde llegará la precarización? Dada la performance de nuestra clase política, no parece que hayamos tocado fondo.

Marisa Glave

Desde la raíz

Marisa Glave. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.