Los votos se quedan en casa

En casi todas las pasadas elecciones las sumas totales de los votos de partidos locales en elecciones regional-municipales, como la de octubre próximo, han sido mayores que las sumas de los partidos no locales, generalmente llamados nacionales. Eso explica en parte las alianzas de partidos limeños con partidos provincianos.

¿Significa que otra vez el interior le va a ganar a Lima, en votos absolutos y número de cargos electivos? Es muy probable que suceda otra vez. Con Pedro Castillo y Vladimir Cerrón manejando el despelote administrativo desde Lima, las elecciones van a mantener el sesgo antilimeño en su balance final. Como que el centralismo está peor que nunca.

Desde semejante perspectiva, un aspecto de la cosa es más o menos partidos nacionales versus movimientos regionales. Para la mayoría de los primeros el propósito de candidatear es sobre todo flexionar los músculos para mantener presencia en el 2026. Aunque las alcaldías y gobernaciones suelen servir de muy poco en la capital.

También hay un segundo versus, entre los propios movimientos regionales. Hay allí rivalidades casi históricas entre ambiciones dinásticas, nuevos poderes buscando dar el salto al Rímac, economías ilegales buscando puntales adicionales de defensa. Todo con la esperanza de poder actuar como un Congreso paralelo.

Es muy posible que veamos una pugna entre Castillo y Cerrón. Si bien Castillo no tiene membrete inscrito para la competencia, si se maneja con habilidad (¿?) podría hacer que muchos de los votos localistas sean vistos como abonables a su cuenta. Una ilusión óptica, es verdad, que además podría atribuir a sus consejos ministeriales descentralizados.

Por su parte Cerrón está dedicado a la construcción de un votante antisistema, y en su última lógica, hasta antiCastillo. Ya solo le falta salir a las plazas a acusar al gobierno de los precios en alza, y esperar que a las regiones no haya llegado noticia de su bonanza política, que incluye seis ministerios y todos los puestos que van con eso.

César Acuña, que juega de local en varias regiones, ha repetido su intenso interés por ampliar el electorado de APP. El resto de la derecha le ha dejado la cancha a todos sus rivales, ideológicos o simplemente localistas. Como que son líderes a los que no les interesa una elección donde ellos no candidatean.