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Embajador de Armenia: “Turquía (al no reconocer genocidio) deja la puerta abierta a que ocurran tragedias”

El embajador de Armenia en Perú, Hovhannés Virabyan, en entrevista con La República recordó los 108 años del genocidio en el que millón y medio de personas fueron asesinadas por el Imperio otomano a inicios del siglo XX y los riesgos de no reconocer lo sucedido.

“Turquía hasta hoy sigue negando lo que pasó y manipulan esos hechos históricos”, afirma el embajador. Foto: composición LR/El País Uruguay/AFP/Radio UNR
“Turquía hasta hoy sigue negando lo que pasó y manipulan esos hechos históricos”, afirma el embajador. Foto: composición LR/El País Uruguay/AFP/Radio UNR

Cada 24 de abril, Armenia recuerda al millón y medio de asesinados por el Imperio otomano en 1915, el primer genocidio del siglo XX, que inició con la muerte de intelectuales y representantes, y concluyó con una tragedia que ocasionó que haya más armenios en el extranjero que en su propio país.

La República conversó con el embajador de Armenia en el Perú, Hovhannés Virabyan, sobre el triste recuerdo que marcó a todas las familias incluso hasta hoy, las relaciones que mantiene con Perú y la difícil situación de Turquía —que aún rechaza el reconocimiento de la tragedia—.

 Monumento al Genocidio Armenio Tsitsernakaberd en Ereván. Foto: AFP

Monumento al Genocidio Armenio Tsitsernakaberd en Ereván. Foto: AFP

“(El genocidio armenio) es una historia de cada familia”

—A más de 100 años del genocidio armenio, ¿cómo se recuerda esta trágica fecha que dividió familias y marcó al país para siempre?

—Estas personas que viven fuera de Armenia, (tras el genocidio armenio) formaron diásporas en todo el mundo, desde Buenos Aires hasta Canadá y de Japón hasta Portugal: son resultado del genocidio armenio, porque ellos tenían que salvarse la vida fuera de su patria histórica. Yo siempre repito que esto es un hecho que tocó a cada familia armenia. Todos tenían seres queridos perdidos.

En mi caso, mis abuelos maternos crecieron en un orfanato en el norte de Armenia, donde habían llegado después de perder a todas los miembros de su familia. Eran los únicos hijos de toda esa familia que sobrevivió y gracias a todos esos orfanatos ellos se formaron como profesionales. Es un hecho histórico, es muy cercano a todos más de lo que podamos imaginarnos. Es una historia de cada familia.

—¿Cuánto impactó el éxodo masivo que se vivió en Armenia en todo el mundo?

—Fue muy duro, fue un hecho sistemáticamente planificado y duró años, y coincidió con los primeros años de la República Armenia en territorio del ex-Imperio ruso. Era muy difícil mantener a tantos refugiados, equivalente a más de 50% de su población original, y por supuesto económicamente era durísimo.

Hay varios libros con los documentos diplomáticos que se envían en esta época describiendo, en detalles, las matanzas sistemáticas de armenios organizados por el Gobierno otomano.

Armenia quiere tener más presencia en toda América Latina y especialmente América del Sur

—Hace unos días, la viceministra de Comercio Exterior, Teresa Mera, se reunió con usted, pero ciertamente Perú no ha reconocido el genocidio. ¿Cómo son las relaciones con Perú?

—Perú todavía no reconoció oficialmente, pero tampoco lo niegan, no dicen que eso no pasó en ningún país del mundo; solo Turquía y Azerbaiyán (el segundo más que Turquía). Perú expresó su posición en esta cuestión y votó a favor en el Parlamento Andino en 2016.

Yo estoy seguro de que es cuestión de tiempo, porque Perú es un país de tradiciones donde se respeta el derecho humano y el valor de la vida, de memoria y justicia. Por eso, estamos seguros de que van a seguir el camino de otros países, más de 30, y organismos internacionales que han reconocido el genocidio.

Pero nuestras relaciones con Perú no dependen de solo un aspecto. Aunque geográficamente estamos muy lejos de Perú, estamos más cerca con valores que compartimos, como la mirada hacia el futuro y la participación de vida internacional comunitaria.

 Comunidad armenia durante una manifestación para conmemorar el 108.º aniversario del genocidio armenio, en Tesalónica (Grecia). Foto: AFP

Comunidad armenia durante una manifestación para conmemorar el 108.º aniversario del genocidio armenio, en Tesalónica (Grecia). Foto: AFP

Nosotros ya hemos firmado acuerdos de relaciones diplomáticas en 1992 —después de un año de independencia actual, Tercera República—, que celebró su independencia en 1991 y ya estamos celebrando 30 años de relaciones diplomáticas. Armenia quiere tener más presencia en toda América Latina y, especialmente, en América del Sur, en Perú.

“Turquía hasta hoy sigue negando lo que pasó y manipulan esos hechos históricos”

—Hace algunos años, Joe Biden se convirtió en el primer presidente de EE. UU. en reconocer el genocidio que ocurrió en Armenia; el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, rechazó el reconocimiento y exigió retractarse. ¿Cómo son ahora las relaciones con el país?

—Las relaciones con Turquía son simples porque no existen. También en su época Ronald Reagan pronunció “genocidio”, pero lo hemos olvidado porque en esta época no tuvimos muchas redes sociales, teléfonos, cámaras, pero él fue uno de primeros que habló de esto.

Turquía, desgraciadamente, hasta hoy sigue negando lo que pasó y manipulan esos hechos históricos.

 Procesión con antorchas en Ereván (Armenia), para conmemorar el 108 aniversario de los asesinatos en masa. Foto: AFP

Procesión con antorchas en Ereván (Armenia), para conmemorar el 108 aniversario de los asesinatos en masa. Foto: AFP

—¿Por qué Turquía no reconoce el genocidio que inició el 24 de abril de 1915?

—Es una cuestión muy compleja, pero para simplificarlo es un error: no reconoce el genocidio porque Armenia no demanda sus tierras históricas, no tienen demandas que Turquía no puede cumplir.

Lo que necesitamos y lo más importante del reconocimiento del genocidio armenio es un mecanismo de prevención: si alguien comete un crimen, tienen que condenarlo para que no se repita.

¿Y por qué Armenia quiere tanto que el mundo lo reconozca? Como un mecanismo de prevención, para que en el futuro sepamos que pasó eso. Turquía, no reconociendo este genocidio, deja la puerta abierta para que vuelvan a ocurrir esas tragedias en nuestra región.