HONDURAS. Escándalo de corrupción compromete al presidente Juan Hernández, su familia y sus ministros., Freddy Cuevas. AP Miles de personas paralizaron Tegucigalpa y entregaron una carta en la sede de las Naciones Unidas en el país, en la cual solicitaron la llegada de una comisión internacional contra la impunidad que investigue los escandalosos casos de corrupción relacionados con funcionarios públicos dados a conocer en los últimos días. “El pueblo hondureño está despertando del letargo en el que le han tenido; ahora tenemos la voz de mando. Esto solo es el principio”, dijo Gabriela Blen, una de las organizadoras de la protesta. “Queremos que se instale la comisión internacional contra la impunidad”. La marcha, que comenzó frente al hospital Escuela de la capital y recorrió varios kilómetros, fue convocada a través de las redes sociales por un movimiento de jóvenes denominado #oposicionindignada. Se cantó el himno nacional y se portaron antorchas y banderas del país, pero no de partidos políticos. Lo que detonó esta multitudinaria manifestación, que se llevó a cabo tras decenas de protestas similares en la mayoría de las ciudades del país durante la última semana y antes de convocatorias que se anuncian para los próximos días, son las denuncias de fraude por más de 100 millones de dólares al sistema de seguridad social de Honduras por parte de empresas que también habrían financiado la campaña del Partido Nacional que llevó a Juan Orlando Hernández a la presidencia del país. Hernández afirmó que él no tiene “nada que ver con la corrupción en el Instituto Hondureño de Seguridad Social”. En dicha financiación ilegal del partido están implicados Ricardo Álvarez, su actual vicepresidente; Hilda Hernández, ministra de Comunicaciones y hermana del presidente; Oscar Álvarez, jefe de la bancada del partido, y Yolani Batres, ministra de Salud.