Argentina vuelva a recurrir a la ayuda del FMI.,Por quinta vez en los últimos 50 años, Argentina vuelve a recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta semana, el gobierno de Mauricio Macri ha solicitado la concesión de una línea de crédito que podría llegar hasta los 30 mil millones de dólares para defender el peso argentino y estabilizar las cuentas macro más importantes, en un contexto de incertidumbre muy alta. En el discurso oficial, la crisis se debe a los efectos externos como a la herencia de los 12 años de gobierno de los esposos Kirchner, Néstor y Cristina. Ambos argumentos son ciertos; las tasas de interés internacional se han elevado al igual que los bienes estratégicos que importa Argentina y, al mismo tiempo, la herencia de Kirchner es un Estado sobredimensionado, alto gasto social en programas en una parte clientelistas y sin control, y un galopante gasto corriente que el gobierno no ha podido frenar considerablemente. No obstante, existe consenso respecto de errores y omisiones del gobierno de Macri en sus casi dos años y medio de mandato, como subestimar la fuga de dólares y la pérdida del valor del peso, con el riesgo de repetición del recordado “corralito” del año 2001, la excesiva emisión de deuda, y el abandono del diálogo social en un país donde debía haber disputado la influencia en el gremialismo. La semana pasada fue la peor del gobierno de Macri: el peso argentino cayó por la fuga de cuantiosos capitales a EEUU y la pérdida de su valor que fue castigado con una depreciación de 15%, obligando a subir las tasas de interés a 40%. El Banco Central ha tenido que inyectar 5 mil millones de dólares para contener la caída del dólar. Argentina empezó hace unas horas a negociar con el FMI en el marco de un trámite que se anuncia breve. Cristina Lagarde, la jefa del organismo multilateral, ha sido expresamente lacónica al indicar que la ayuda a Argentina persigue el fortalecimiento de su economía a la luz de su “renovada y significativa volatilidad de los mercados financieros”. El mundo ha cambiado especialmente luego de la crisis internacional del año 2008, aunque parece que el FMI no. Ya entonces varios países, con Obama al frente, se resistieron a la aplicación de las políticas ortodoxas de austeridad dura del FMI en Europa que causaron la pérdida de cohesión social en España, Irlanda y Portugal, aunque el proceso sirviera para abrir también espacios de políticas más flexibles en por lo menos dos países, Grecia y Portugal mismo, con resultados finales menos catastróficos y no pocos avances. Antes del pedido, el FMI había publicado un informe sobre la economía argentina con recetas que se especula cambiarán poco, como reducción del déficit fiscal, mayor apertura comercial, liberalización financiera y profundización de las reformas estructurales. Se espera que tanto en la negociación como en la aplicación de los compromisos asumidos con el FMI se adopten las previsiones para que Argentina no retorne a las épocas de turbulencia política, acompañada de recesión y pérdida de calidad de vida de la población.