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Jano Baca de ‘Pituca sin lucas’ hace dura confesión sobre ser actor en Perú: "Lloré en mi cuarto"

Elvis Tangoa en ‘Papá en apuros’ y Salvador Gallardo en ‘Pituca sin lucas’ son interpretados por el joven actor Jano Baca, quien contó los esfuerzos que implica la carrera como actor.

Jano Baca comparte roles directos con Jorge Aravena, Priscila Espinoza y Sergio Gjurinovic en 'Pituca sin lucas'. Foto: composición de Gerson Cardoso /LR/Instagram/Jano Baca/Latina
Jano Baca comparte roles directos con Jorge Aravena, Priscila Espinoza y Sergio Gjurinovic en 'Pituca sin lucas'. Foto: composición de Gerson Cardoso /LR/Instagram/Jano Baca/Latina

Jano Baca se ganó el cariño del público en un inicio con su papel de Elvis Tangoa en ‘Papá en apuros’. Ahora, ha cautivado a la audiencia con su personaje de Salvador Gallardo en ‘Pituca sin lucas’. En entrevista con La República, el artista habló sobre lo que difícil que fue llegar a lograr un lugar en estas novelas y detalles de su vida que sus seguidores esperan conocer.

—Antes de tu ingreso a 'Papá en apuros' trabajabas en una oficina, ¿a qué te dedicabas?

—Ser artista en el Perú es difícil, se puede complicar. Entonces, tuve que dejar de trabajar de la actuación para ganarme la vida. Me senté en una oficina como editor audiovisual, de lunes a viernes, de 9 a. m. a 6 p. m. Eso me dio mucha disciplina porque la vida de un trabajador de oficina es complicada, dura, es sacrificio. Después de eso, llegó el casting de 'Papá en apuros' y mi vida volvió a cambiar en 180 grados.

—¿Cómo construiste el personaje del cadete Elvis Tangoa, quien se caracteriza por el acento propio de la selva, en 'Papá en apuros'?

—Yo estaba en la oficina y me llamó la jefa de Casting. En ese momento, estaba con el cabello superlargo, me fui con mi estilista y le dije: 'Ayúdame, necesito un corte como de un marino'. Luego, en mi trabajo me dieron permiso. Llegué a hacer el casting y tenía la intuición de que aquel personaje debía ser para mí. Un par de semanas después había quedado para el papel de Elvis Tangoa, que ha sido un regalo en mi vida y me volvió a poner en la palestra.

Este personaje de cadete de la naval cuyo origen es de la selva lo interpreté con el mayor respeto posible. Yo soy de Chiclayo, llegué muy chiquito a Lima y recuerdo mucho el impacto cultural y social que generó en mí. Esa experiencia la apliqué en Elvis. En cuanto al acento, si bien he visitado Iquitos dos veces en mi vida, nunca pensé que en un futuro iba a interpretar un personaje de allí.

Por eso, cuando llegó la oportunidad, empecé a investigar y me ayudó muchísimo la familia Menacho, provenientes de esta región y quienes también se dedican a la actuación. Ellos fueron mis principales consejeros del dejo. Recuerdo que les enviaba audios preguntándoles, por ejemplo, qué palabras usar hablar de una persona que es muy sonsa, y me decían que la adecuada era marmasho. Llegaba al set y la aplicaba. Para mí, la satisfacción más grande es cuando alguien de la selva se me acerca y me dice gracias por no hacer hecho algo superficial.

—¿Cómo es la experiencia de compartir roles con grandes figuras como Roberto Moll, Martha Figueroa y Jorge Aravena, tu padre en 'Pituca sin lucas'?

—Soy muy afortunado al poder trabajar con gente que admiro. En el elenco están figuras importantes como Roberto Moll, Martha Figueroa, con los cuales te sientas a hablar cinco minutos y te dan una lección de actuación, de perseverancia y de constancia. Yo veo a Roberto y a Martha que tienen esa disponibilidad de aprenderse sus textos y de adaptarse a las cosas complicadas de un rodaje y digo que quiero llegar a esa edad y ser un referente para la gente.

A Jorge Aravena, quien es mi padre en la novela, siempre le pregunto cómo es trabajar en Miami y tener una gran carrera en el extranjero. Él ha tenido una disposición estupenda para trabajar con todos. Creo que no es fácil venir después de 20 años con toda una nueva dinámica para él.

—¿Qué opinas de que Latina apueste por rostros nuevos en comparación con otros canales, que quizás buscan talentos con más trayectoria?

—Yo creo que Latina supo entender el balance adecuado para lograr una buena producción: el apostar por actores del teatro, del cine independiente, de las artes escénicas de universidades. Nuestra carrera está cargada de rechazo. Por cada casting que se nos da, se nos han cerrado seis puertas.

—¿Te han propuesto estar en una nueva producción de Latina o, quizás, de América TV?

—Ojalá me siga llegando trabajo. Ser actor en el Perú no es fácil y lo comparo con los trabajadores de oficina o quiénes están sometidos en la informalidad en nuestro país para luego volver a estar con sus hijos. Esta profesión está cargada de riesgos y cosas complicadas. Hay que trabajar la misma cantidad de horas que cualquiera; además, estás sometido a comentarios del público y que la gente se sienta con el derecho de opinar sobre tu cuerpo, tu cara, tu forma de ser e, incluso, se meta con tu autoestima.

Si bien está cargado de retos, es el mejor trabajo del mundo. Si sigo en Latina, yo feliz porque es un lugar que me ha acogido con mucho cariño.

—¿Cómo tomas que 'Pituca sin lucas' compita en el mismo horario con un programa de espectáculo como 'Magaly TV, la firme'?

—Yo creo que está bueno que en la televisión haya una gama de posibilidades. La gente merece tener variedad y, en ese sentido, creo que debe también encontrar la calidad que busca en el producto que elige. Nosotros estamos en Latina y la gente que quiera escogernos va a encontrar estándares internacionales porque es un producto que busca que se hable afuera. Para nosotros es un honor que nos permitan entrar cada noche a sus hogares. Ahora estoy con una obra teatral llamada 'Infusión' y tengo que seguir dictando talleres y casting.

Se piensa que llegar a la televisión hace que tu carrera despegue, pero requiere el triple de esfuerzo. Hace dos semanas, hice casting para dos obras distintas y no quedé en ninguna. Lloré en mi cuarto y al día siguiente fui a grabar. Son más los no que vas a recibir que los sí y nos duele. Hay que meter paciencia, constancia y disciplina.

—¿Alguna actividad que hacías y que el público desconozca?

—Yo aprendí a hacer malabares en la Universidad Católica, en la cual estudié y lo hice junto a artistas que sí se dedican a esta actividad de manera constante. Incursioné en ello porque quería adentrarme en una actividad extra y distinta. Esa experiencia me ayudó a cargarme de personalidad y a creer en mi trabajo porque soy una persona muy tímida.

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