La crisis fue de "parada súbita" donde los enormes flujos de capital hacia las economías periféricas de la Eurozona se frenaron abruptamente. Krugman & Co., Para los que nos preocupamos mucho por la economía de Japón a finales de la década de 1990 y que ahora encontramos que todo el mundo desarrollado enfrenta problemas similares, el déjà vu se presenta tan frecuentemente que tenemos déjà vu del déjà vu. El ejemplo de esto es el auge y caída de las críticas a los bancos europeos; esto es, el argumento de que la debilidad de los bancos es el principal problema que refrena la recuperación europea. PUEDES VER: Crisis en Grecia: diez claves para entender lo que está pasando En el blog Alphaville del Financial Times, Matthew Klein analizó la evidencia y le sorprendió encontrar que hay poco apoyo para el cuento de “es culpa de los malos bancos”, pese a que todo mundo lo repite (on.ft.com/1O5NQQy.). En 1998 se creía casi universalmente que el fracaso de la expansión de la base monetaria para filtrarse a los préstamos bancarios demostraba que el centro del problema de Japón era un sistema bancario disfuncional. Pero sostuve (brook.gs/1uDT2jO) (pp 154-158) que la falta de respuesta de los agregados monetarios era exactamente lo que cabía esperar en una trampa de liquidez, y que había poca evidencia (pp. 174-177) de que los problemas bancarios fuera centrales de la debilidad de la economía. Diario La República Así que, déjà vu una y otra vez y otra vez. Buscando consenso El portal de análisis económico de Vox EU está participando en un esfuerzo loable para sentar las bases para una reforma del euro, empezando con la formulación de una “narrativa de consenso” sobre los orígenes de la crisis del euro (bit.ly/1jaGONr). Es una excelente idea: la forma de ver el pasado juega un papel importante en lo que uno piensa sobre lo que debería pasar. La narrativa de los autores me parece bien. No, el desastre de la eurozona no tuvo que ver con la irresponsabilidad fiscal ni fue un fracaso para emprender reformas estructurales ni se dio como consecuencia de los efectos debilitantes del estado benefactor ni por ninguna de las demás historias sacadas a flote por razonadores motivados. La crisis fue una crisis de “parada súbita” donde los enormes flujos de capital hacia las economías periféricas de la eurozona se frenaron abruptamente, lo que precipitó severas penurias. Las cuestiones fiscales fueron una consecuencia, no una causa, de este tormento financiero. ¿Los analistas de Vox EU pueden alcanzar el consenso que buscan? Vale la pena que lo intenten. Sin embargo, mucha gente dentro y fuera de la eurozona tiene fuertes intereses creados en otras narrativas. ¿Las autoridades alemanas dejarán de insistir en que los problemas de Europa solo tienen que ver con el despilfarro fiscal? ¿Los vigilantes fiscales de EEUU aceptarán que los miembros de la eurozona hayan sido elemento crucial en la debacle? Detrás de la noticia: Estados Unidos progresa, pero Europa sigue en problemas En la búsqueda por explicar por qué la recuperación de Europa se rezagó respecto de la de EEUU durante los últimos años, algunos analistas lo vinculan con la incapacidad de los bancos europeos para prestar suficiente dinero y estimular crecimiento. Comparados con los de Estados Unidos, los mercados de capital de Europa están menos desarrollados. “En EEUU, las empresas se endeudan fuertemente en los mercados de bonos, así como con los bancos”, escribió Peter Eavis en The New York Times el 29 de octubre. “Como resultado, cuando los bancos de EEUU se tambalearon luego de la crisis, las compañías siguieron teniendo una reserva importante de capital a la cual recurrir. Sin embargo, las compañías europeas dependen fuertemente de los préstamos bancarios. Eso significa que los bancos de Europa deben estar sanos y dispuestos a prestar si el Continente quiere experimentar un alza sostenida en el crecimiento económico”. Los proponentes de esta visión afirman que los bancos europeos no han expandido sus préstamos al mismo ritmo que los bancos estadounidenses porque tienen mayores activos tóxicos y menos capacidad para asumir riesgos con deudores. De acuerdo con Matthew C. Klein, los problemas de la eurozona probablemente van más allá de la oferta del crédito. Lectores comentan: Culpe a la austeridad y la desigualdad El negocio de los bancos es ganar dinero, cosa que hacen endeudándose con los que depositan y prestando ese dinero a clientes con un “diferencial” determinado por la competencia y la demanda. El truco, por supuesto, es que los bancos necesitan encontrar personas dispuestas a endeudarse. Sin embargo, un problema central de las economías occidentales es que los trabajadores están en una situación frágil. Tienden a no ganar suficiente dinero, y temen a la deuda debido a las incesantes campañas de austeridad. Los bancos no son el problema en este momento. El problema es la austeridad debido al ambiente negativo que crea en todo Occidente. Estamos dispuestos a cobrar impuestos, a endeudarnos y a gastar billones de dólares para ir a la guerra, pero cuando se trata de reconstruir nuestras propias naciones no estamos dispuestos a hacer lo mismo. Preferimos caer en recesión, deflación, estancamiento o, peor aún, depresión. Somos un animal loco. John F. McBride, estado de Washington Si la falta de demanda es una parte importante del problema, arreglarla requeriría que los gobiernos de Japón, Europa y EEUU implementaran políticas que ayuden a los trabajadores y a las pequeñas empresas, no solo a los que están hasta arriba de la pirámide económica. D.A.G., Nueva York De hecho, Matthew Klein no dice que los bancos no hayan sido responsables de la crisis financiera de 2008. En realidad, su culpabilidad está bien documentada en numerosas fuentes. La crisis tuvo más que ver con derivados exóticos, a menudo intercambiados con un nivel de transparencia lejos de ser total. Blaise Adams, California