Economía

Las regiones de la costa son más competitivas que las de la sierra

Ranking. Los focos de desarrollo en el país siguen siendo los mismos según el ranking del Incore. Los mejores indicadores se concentran en Lima, la costa sur y norte. El director de Políticas Públicas del Ipe analiza porque hace años tenemos la misma fotografía.


Razones. Víctor Fuentes Campos refiere que el éxito de Tacna y Moquegua se basa en su relación que tienen con la minería. Foto: La República
Razones. Víctor Fuentes Campos refiere que el éxito de Tacna y Moquegua se basa en su relación que tienen con la minería. Foto: La República

La diferencia siempre existió históricamente. La costa peruana tuvo mejores condiciones competitivas que la sierra. Esa tendencia se grafica en el último índice de competitividad regional (Incore-2023), elaborado por el Instituto Peruano de Economía (Ipe). Prevalece Lima sobre las demás regiones y, luego, se ubican Moquegua, Tacna y Arequipa, después viene la costa norte.

El Incore mide seis pilares competitivos: cómo está el entorno económico, la calidad de la infraestructura, salud, educación, laboral e instituciones. El gerente de Políticas Públicas del Ipe, Víctor Fuentes Campos, identifica varias razones que explican la supremacía de la costa sobre la sierra.

En las zonas rezagadas hay un bajo nivel de inversiones, eso impide activar el círculo virtuoso de la economía: más producción, mejores empleos y en consecuencia una calidad de vida distinta para los habitantes. En esa pugna entre costa y sierra, Apurímac ha sido la única región que ha logrado salir de los últimos puestos, el ingreso de las operaciones mineras en Las Bambas se convirtió en uno de sus motores.

El ranking del Incore advierte que, paradójicamente, en varias de las regiones estancadas, los ingresos fiscales aumentaron sustancialmente, como consecuencia de las actividades extractivas. Sin embargo, eso no se tradujo en una mejor educación, salud o cobertura de agua potable, electricidad y conectividad.

En conclusión, hubo mucho dinero, pero se usó de manera ineficiente, y, varios de estos casos, estuvieron asociados a la corrupción. Por citar un ejemplo, el gobierno regional y municipios de Cusco recibieron generosas partidas por la actividad minera y gasífera, pero en calidad de servicios están por debajo del promedio nacional, solo el 66% de su población accede a estos.

El caso de Arequipa, también hay datos paradójicos, figura en los primeros puestos en los demás pilares, empero en lo institucional camina mal. Ello se debe en buena medida a la incapacidad para ejecutar presupuestos públicos, de cada 100 soles, solo gastaron 55 soles, entre el 2019 y 2022. Una región sin servicios no es atractiva para invertir, concluye Fuentes.

 Índice de las regiones más competitivas del Perú. Foto: La República

Índice de las regiones más competitivas del Perú. Foto: La República

Por otro lado, la inestabilidad política y los conflictos sociales, añade, fueron otras variables que ayudaron a cerrar el caño de la inversión privada, clave para Fuentes en el desarrollo del país, por cada cinco soles que se invierte en el país, cuatro son de manos privadas y una de la inversión pública.

Regiones pequeñas, las más poderosas

Tacna y Moquegua son los departamentos más pequeños del Perú, sin embargo, van primeros en el ranking. Para Víctor Fuentes, eso se explica por su larga relación con la minería. Southern Perú opera desde los años 50 y recientemente Quellaveco en Moquegua.

La presencia de una mina grande activa otros sectores de la economía, proporciona mejores sueldos a los trabajadores, además permite que los gobiernos subnacionales dispongan de más recursos por el canon y las regalías. La asignatura pendiente sigue siendo la eficacia a la hora de utilizar esos recursos. Además estas dos regiones sureñas consistentemente, en las últimas décadas, tienen los mejores rendimientos en educación.

Aunque, recuerda Fuentes, el ranking advierte una caída notable por la pandemia. Si antes el 30% de escolares evaluados comprendía lo que leía y resolvía adecuadamente problemas matemáticos, hoy solo 20% está en esas capacidades. Eso se atribuye al cierre de los colegios en el Perú durante la pandemia, que ha sido el periodo más largo en el mundo. También Fuentes, señala que los profesores se constituyeron en otro elemento adverso: buena parte de ellos, no estaba en capacidad de transmitir el conocimiento virtual. Eso a futuro incidirá en la productividad laboral que ya era una de las más bajas comparada con países de Latinoamérica.

El especialista coincide que no existen políticas públicas para cerrar esas brechas. Las responsabilidades son compartidas, entre el gobierno nacional y los regionales que tienen las competencias de educación y salud. “Más nos hemos dedicado a atender emergencias, a tener un ojo en la carretera y otro en el abismo”, añade.

La informalidad a flor de piel

Moquegua, Arequipa y Madre de Dios son las regiones en las que el ingreso mensual por trabajo es el más alto que en el resto del país. Está por encima de los 2.000 soles. Lo de Madre de Dios se explica por la presencia de la minería informal, ratifica Fuentes. Es la confirmación que en el país, en materia laboral, predomina la informalidad. Dicha tendencia se ha apreciado con mayor incidencia en la pandemia en donde más del 77% labora fuera de las normas laborales.