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Domingo

Hermanos luchando contra el Covid-19

Marco y Alcides son dos hermanos médicos que pertenecen a Essalud y hoy enfrentan la pandemia en primera línea. Uno lidera un equipo del Sistema de Transporte Asistido de Emergencia (STAE) y el otro atiende pacientes en la Villa Panamericana. Su padre también fue médico.

Alcides en la Villa Panamericana, y Marco, al lado de su ambulancia.
Alcides en la Villa Panamericana, y Marco, al lado de su ambulancia.

El doctor Marco Gonzalez-Portillo recuerda que, hace unas semanas, ayudó a salvarle la vida a un paciente: acudió presuroso en la ambulancia en la que trabaja a respaldar a otra ambulancia de Essalud que estaba transportando a un paciente Covid en riesgo. A la otra unidad se le estaba acabando el oxígeno a poca distancia de llegar a Emergencia de un hospital y tenía problemas para bajar al paciente –una persona de mucho peso- porque la camilla se había trabado.

“Nuestra unidad estaba cerca y aunque ellos ya estaban coordinando la ayuda con la central, tomamos la decisión de ir y apoyar a los compañeros. Al llegar, junto al enfermero de mi unidad, ayudamos a bajar al paciente, conectamos el oxígeno que teníamos en reserva y pudimos trasladarlo a la UCI en el menor tiempo posible. En esas circunstancias los minutos son valiosos y si podemos ayudar, pues hay que hacerlo”, cuenta el médico.

Marco, médico general de 29 años, lidera un equipo del Sistema de Transporte Asistido de Emergencia (STAE), la flota de ambulancias de Essalud, donde trabaja desde marzo pasado. Es responsable de trasladar, junto a un enfermero y un conductor, a pacientes positivos al Covid-19, o personas sospechosas de contagio que necesitan ventilación mecánica. Pueden realizar de ocho a quince traslados -de la casa al hospital- en una jornada que se extiende por 24 horas.

Él empezó a trabajar en el STAE prácticamente con el inicio de la cuarentena decretada por el presidente Martín Vizcarra. Su primera comisión de emergencia fue atender a un paciente positivo para Covid-19 de 85 años que vivía en Carabayllo y quien, a pesar de su edad y de tener hipertensión, estaba sorprendentemente asintomático. Le hicieron un chequeo completo y lo encontraron estable. “Era un caso inusual”, rememora.

Como anécdota, cuenta que cuando postuló a una plaza en Essalud, le avisaron un día después que podía incorporarse. Era el cumpleaños de su mamá. “Recién le conté al día siguiente. Yo estaba contento y ella un poco preocupada”, dice. “¿Hay temor por el trabajo que haces?”, preguntamos. “El temor es una emoción humana, pero trabajamos con las mayores precauciones. Yo digo siempre que si tengo que contagiarme de algo es de optimismo y esperanza”.

Su hermano Alcides, de 27 años, también médico general, se unió esta semana al ejército de médicos, enfermeras, técnicos y personal de salud que atienden emergencias contra el coronavirus en la Villa Panamericana, a donde llegan pacientes derivados de distintos hospitales de Essalud y tienen diagnósticos confirmados. Él es médico de piso y su trabajo consiste en pasar visita médica y realizar el manejo de los pacientes hospitalizados.

“Cuando ingresé a la Villa Panamericana sentí una emoción muy grande. Ver las imponentes torres y asimilar que estaré ahí las próximas semanas haciendo todo mi esfuerzo por salvar vidas, no tiene precio”, nos dice Alcides por el wasap. A él, como a todos sus colegas médicos, le asignaron un departamento donde pernoctará durante su jornada.

Marco y Alcides, estudiaron en el colegio Newton y medicina en la Universidad San Martín de Porres, con una ligera diferencia de años. Ahora combaten el coronavirus cada uno desde el lugar asignado. Son profesionales jóvenes y hermanos muy unidos. Su padre, Marco Antonio Gonzalez Portillo, también era médico. “Fue profesor principal en la Universidad San Marcos y Cayetano Heredia, y trabajó muchos años en hospitales del Ministerio de Salud”, dice Marco.

Ambos quedaron huérfanos de padre muy chicos y su mamá Carmela hizo los mayores esfuerzos para que pudieran terminar la carrera de medicina. “Si pudimos estudiar y después ser médicos ha sido gracias a ella. Si ahora estamos aquí, en el servicio a los demás, es por su esfuerzo”, comenta Marco.

Ahora en el combate contra el Covid-19 ambos están conscientes de que es un trabajo arriesgado pero para eso se formaron. “Cuando vamos a trasladar a un paciente, nos dan los datos de la situación, pero las cosas pueden ser distintas en el lugar. Así que vamos preparados para todo”, cuenta Marco. Por su parte, Alcides comenta que donde está trabajando desde esta semana ha encontrado “un respaldo que me motiva mucho para servir a mi país”.

Ahora se vienen días muy duros porque el Covid-19 está llegando a su pico aquí. “Hoy salí de guardia y había más tráfico que nunca. Eso es pésimo”, cuenta Marco. No le temen tanto al virus, pero si a la indiferencia de las personas que no acatan las indicaciones. El país, cuando todo esto haya pasado, les estará agradecido a ellos, a sus colegas y a todo el personal de salud de los hospitales del país, por haber estado en primera línea, arriesgándose por nosotros.

Bachiller en Comunicación Social por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Periodista del Suplemento Domingo de La República desde 2003, donde también realiza labores de subeditor. Antes trabajó en el diario El Mundo. Mención honrosa del Premio Salwan 2014. Escribe crónicas y reportajes de actualidad y cultura. Ha realizado coberturas periodísticas en el país y el extranjero.