Cultural

Francisco Izquierdo Ríos, “Pillopinto” y la música de las infancias en Perú

Pillopinto. Festival de música para las infancias busca rescatar y discutir el repertorio musical infantil peruano. ¿Qué principios lo sostienen?

Francisco Izquierdo Ríos.
Francisco Izquierdo Ríos.

Hay un escritor peruano presente en nuestro imaginario al que, paradójicamente, no se le ha rendido justicia, al menos no en la medida que su legado exige.

Francisco Izquierdo Ríos (1910 – 1981) es responsable de que sepamos de muchas narraciones orales. Fue una especie de rescatista de la memoria. Como autor de literatura infantil, entregó más de un cuento a atesorar, siendo “El bagrecico”, del libro El colibrí con cola de pavo real (1965), uno de los más conocidos. Además, con José María Arguedas editó en 1947 un clásico: Mitos, leyendas y cuentos peruanos.

Izquierdo Ríos escribió un poema, llamado “Pillopinto” (mariposa en quechua), del libro Pueblo y bosque (1975).

Veamos:

“Pillopinto oscuro/ préstame tu sueño/ para este lindo llullo/ que no quiere dormir. Pillopinto verde/ préstame tus alas/ para volar lejos/ hasta las montañas. Pillopinto azul/ de los caminos/ lleva esta carta/ a mis abuelitos…”.

Esta sobredosis de ternura de sólida factura literaria, que parece un arrullo, inspira a Pillopinto. Festival de música para las infancias. Vale precisar que nunca antes ha habido un festival de música para las infancias en Perú.

“La música para niños está en toda lengua y en toda tradición cultural, porque se les educa, cría y alimenta cantando”, declara Milagros Saldarriaga para La República.

Saldarriaga, junto a Lenin David Pérez, Luis Salazar Orsi y Silvia Meza, son los organizadores de este evento, vía la Biblioteca Urkutútu de Rioja, en la Región San Martín, el cual se llevará a cabo del 14 al 16 de noviembre en el Centro Cultural de Moyobamba. En ese marco, se hará igualmente la premiación del Concurso de Composición Musical Pillopinto en sus categorías canción, ronda y marcha, dirigido a personas mayores de 18 años y que vivan en las regiones nororientales. Este concurso es una bonita iniciativa que merece todo el apoyo posible. Los interesados en enviar sus composiciones tienen hasta el 31 de octubre. Pueden ver las bases aquí y la inscripción aquí.

Aunque la inquietud parezca sencilla, ¿qué principios sostienen a Pillopinto? Saldarriaga explica:

“No hay una reflexión sobre la música para las infancias. No se está formando entonces a los niños para apreciar música, interpretar música, hacer de la música parte de su desarrollo. Se utiliza cualquier repertorio en las escuelas, se utilizan temas que ellos no pueden interpretar. No hay que pensar la formación como una formación moral, hay que pensarla principalmente como una formación de sensibilidad, de aptitudes. No hay una reflexión sobre eso, a pesar de que la diversidad cultural de este país te deja un repertorio amplísimo de música para las infancias, a pesar de que hay composites. También ha habido muchísima composición en el siglo XX, cuando los materiales educativos no llegaban a las escuelas a lo largo de las décadas. Se trata entonces de pensar esos repertorios, de volver a ponerlos, a situarlos sobre la mesa, a observar su riqueza y convocar también a la nueva creación”, precisa Saldarriaga de este proyecto que, por lo expuesto, recoge mucho del legado de Izquierdo Ríos.

Saldarriaga agrega:

“Nos alfabetizamos a través de la música. Nuestra primera relación con el lenguaje es a través de la palabra poética. Las canciones, en segundo grado. Debemos pensar en esa potencia, clarificar cuál es esa teoría y esa metodología de base que permitiría empezar a remontar los problemas que tenemos en formación lectora desde antes de que los niños lleguen a la vida escolar”.

Saldarriaga, Pérez, Salazar Orsi y Meza vienen con el aval de una trayectoria signada por la eficiencia y la seriedad. Todos queremos que se promocione la lectura, pero hay que saber cómo hacerlo.

“La formación de un lector requiere de servicios, de instituciones. La familia no puede sustituir a una biblioteca escolar, a la escuela misma, a la biblioteca pública, así como no puede sustituir al hospital, ¿no? La familia cuida, alimenta, provee un espacio aseado, buen humor, cariño, pero necesita de una serie de servicios institucionalizados, profesionalizados, no improvisados. La familia puede, especialmente en la primera infancia, generar muchas condiciones para que el niño luego tenga una relación más armoniosa con el libro, es decir, con la cultura escrita. En los tres primeros años se adquiere el grueso del lenguaje”.

Nunca mejor dicho.