Cultural

Masacre al cine peruano

Quieren dinero 3. La puñalada del Congreso a la cultura peruana tiene una historia que debe conocerse.

Película peruana. La pasión de Javier (2019), de Eduardo Guillot, fue punto de críticas por parte de quienes buscaban cambiar las reglas del juego. Foto: difusión
Película peruana. La pasión de Javier (2019), de Eduardo Guillot, fue punto de críticas por parte de quienes buscaban cambiar las reglas del juego. Foto: difusión

Este martes 12, el Congreso aprobó con 84 votos la nueva ley de cine, que modifica el régimen de incentivos en las actividades cinematográficas y audiovisuales, la cual será observada por el Ejecutivo en los próximos días.

Lo que aprobó el Congreso no solo es un atentado a la cultura —se limita el presupuesto asignado a los estímulos económicos y se va a “regular” el financiamiento de los proyectos que aborden la temática de los derechos humanos—, sino del mismo modo es una firma de sus aspiraciones totalitaristas, y no hay otra manera de calificar lo sucedido, que tiene más de   masacre que de apoyo a la cultura.

Sobre este tema. El cineasta Eduardo Guillot señaló a La República que “este es un plan que viene desde hace muchos años, de los fujimoristas y sus aliados. Esto nos pone ante el mundo como un país que censura, que quiere borrar la memoria y que no quiere que se toquen ciertos temas, siendo el cine un medio para contar parte de la historia de tu país y para expresar su arte. Hoy tenemos una diversidad de películas, porque el cine es un arte libre. Este plan es orquestado y están ganando terreno para estas próximas elecciones, si es que llegamos a tener elecciones, así como van las cosas. No se puede fomentar la industria si se le pone un velo al cine nacional. Por ejemplo, En Argentina, que tiene un cine histórico, no han podido eliminar su ley de cine, teniendo a Milei de presidente”.

Lo que Guillot señala de Argentina no deja de ser llamativo. Porque así pertenezcas a facción ideológica alguna, hay un sentido de lo que es cultura, el cual no tiene este Congreso. Es cierto también que a la anterior de ley de cine le faltaba regulación, pero hay que constatar que a ella le sobraba aporte y las evidencias están a la vista.

El magnate hindú

La forma con la que se condujo este objetivo de la bancada congresal de derecha sí da pie a las sospechas razonables —por ahí va lo de contar la historia completa—. Veamos: este relato empieza a despertar el interés congresal tras el estreno de Transformers, el despertar de las bestias, en junio del 2023. El rumor de los parlamentarios corrió por las oficinas del Congreso, puesto que, al ver tremendo éxito, este podía ser el punto de partida para la inversión extranjera y así los paisajes peruanos se conviertan en grandes locaciones. Pero el asunto se potenció más cuando el interés también provenía de grandes productoras foráneas, pero había una traba: la entonces vigente ley de cine. Y quedaron espantados cuando se supo que Paddington en Perú se iba a filmar en Colombia, a razón de la burocracia interna. Tanto era el interés que un magnate de cine de la India (Bollywood) vino a Perú, en setiembre del año pasado, a reunirse con Dina Boluarte. Esa ley era un obstáculo. La reunión ya estaba encaminada, pero el lobista que asesoraba al magnate tuvo la idea de investigarlo y quedó libre de su eclipse ético. Era un estafador de alto vuelo. La reunión se canceló. Un mes después, Tudela presentó su proyecto de ley para reformar el cine peruano. La prisa por aprobar esta nueva ley de cine, nos obliga a estar atentos.