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Cultural

Días felices: la obra con un importante mensaje de optimismo en tiempos difíciles

El Teatro Británico apuesta por un clásico que mezcla incertidumbre, miedo y desesperanza muy bien representados en esta época de pandemia.

Una mujer sumergida en la monotonía de su existencia, que encuentra pequeños momentos de su vida para llenarse de optimismo. Una realidad no tan alejada de la actual. Foto: difusión
Una mujer sumergida en la monotonía de su existencia, que encuentra pequeños momentos de su vida para llenarse de optimismo. Una realidad no tan alejada de la actual. Foto: difusión

‘Winnie’, sumergida en un montículo de tierra hasta el pecho, intenta todos los días encontrar un motivo para no caer en la desesperación; para vivir. Días felices, el clásico de Samuel Beckett, es la segunda obra del Teatro Británico con la que abre sus puertas al público presencial.

Bajo la dirección de Alberto Ísola, y con la actuación principal de Norma Martínez, esta puesta en escena ha reflejado un sentimiento bastante cercano a lo que significa la incertidumbre, el miedo y la desesperanza en tiempos difíciles por la pandemia.

“Las personas sienten que la obra refleja mucho lo que están sintiendo en la pandemia y cómo Winnie se refugia en cosas cotidianas muy simples para darse un incentivo de seguridad, y una mirada al futuro que es cada vez más difícil. Le da un ancla que creo que todos necesitamos en este momento”, señaló Clemencia Ferreyros, gerenta cultural del Teatro Británico, en entrevista para La República.

El clásico de Samuel Beckett ha generado una respuesta inmediata en el público debido a su importante mensaje. Foto: difusión

El clásico de Samuel Beckett ha generado una respuesta inmediata en el público debido a su importante mensaje. Foto: difusión

En esta puesta, dividida en dos actos, el personaje de ‘Winnie’ trata de encontrar una motivación diaria en pequeñas pertenencias antiguas y frases hechas que repite para no sentirse vacía en su monotonía.

Su esposo ‘Willie’, quien casi no dice mucho, es interpretado por el actor Roberto Ruíz. Este hombre, acostumbrado a la rutina y con minúsculas acotaciones, suele hacer caso omiso a las intervenciones de su pareja.

Pese a que el miedo y la incertidumbre podría llevar a muchas personas a sentimientos oscuros y desasosiego, Norma Martínez encarna a una mujer capaz de utilizar lo poco de sí misma que tiene en libertad para llenarse de un optimismo que puede sacarle, al menos, una sonrisa.

El reto de regresar al teatro presencial

El regreso a los escenarios ha significado un arduo trabajo de coordinación y logística. Debido a los protocolos para poder recibir al público en la sala, tanto productores, directores, actores, y todo el equipo que monta esta obra, deben pulir cada detalle a fin de brindar un espectáculo que pueda ser visto, en simultáneo, de forma presencial y virtual.

“La dificultad de enfrentar estos nuevos aforos limitados y presentaciones virtuales es el costo que eso significa. Nosotros tenemos la suerte de tener una institución atrás que nos apoya, pero para espacios independientes que no tienen esa espalda es muy difícil por la proyección de presupuestos”, explica Ferreyros.

Distribuir las butacas para que el público mantenga la distancia adecuada, colocar las cámaras en un lugar estratégico que permita al público virtual observar el escenario y, al mismo tiempo, no interrumpir la vista de la platea, son solo algunos de los retos que ha significado este progresivo regreso a la normalidad en el teatro.

“Hablando en términos puramente económicos, la cantidad de público no se traduce en suficientes ingresos para justificar esa inversión”, señala la gerenta cultural del Británico ante la dificultad de asumir el regreso al escenario en un contexto todavía complicado.

Respecto a la experiencia de presenciar una obra en lo que plenamente significa el teatro, a ser vista a través de una pantalla, Ferreyros afirma que las diferentes plataformas que sirvieron como escenario en la época más crítica de la pandemia, trajeron un cambio en la percepción del público.

“Cuando tienes en la pantalla el primer plano del rostro del actor, puedes ver sus emociones muy de cerca, algo que tal vez no ocurre en el teatro presencial. Eso te da una intimidad diferente con los actores. Hay quienes dicen que el teatro en pantalla no es teatro”, explica.

Días Felices ha generado una respuesta inmediata en el público debido a su importante mensaje. Una mujer sumergida en la monotonía de su existencia, que encuentra pequeños momentos de su vida para llenarse de optimismo. Una realidad no tan alejada de la actual.

Bachiller en Ciencias de la comunicación, con especialidad en Periodismo Multiplataformas de la Universidad San Martin de Porres. Con experiencia en community management, redacción de notas periodísticas en diversos temas y locución comercial y publicitaria.