Arturo Pérez-Reverte: “Yo no escribo novelas para mejorar la humanidad”

El escritor español Arturo Pérez-Reverte, en su última novela, Línea de fuego (Alfaguara), echa una mirada sobre la batalla del Ebro, la más cruenta de la Guerra Civil Española, donde murieron 20 mil personas. En conferencia de prensa para los medios latinoamericanos, el autor de El capitán Alatriste, en compañía de Pilar Reyes, directora de Alfaguara, dijo: “Yo no escribo novelas para mejorar la humanidad, escribo porque me gusta contar historias”.

Y si bien en la guerra civil hubo dos bandos, él, como novelista, remarcó que no se ha puesto en ninguno de los bandos y que solo ha querido narrar lo sucedido, porque, como guerra civil, todos estaban involucrados en ese conflicto. Y que, más allá de las contiendas y razones políticas, se trataba de un conflicto que involucraba a seres humanos. Y que la suya no es una mirada sobre quiénes eran los buenos y quiénes eran los malos.

Refirió que lo tiene claro sobre los dos bandos, que uno era legítimo y el otro ilegítimo.

“De hecho, mi familia luchó en el bando republicano. Yo, por razones culturales, soy republicano, soy monárquico por obligación porque en España ser monárquico es casi un acto de defensa, soy monárquico en defensa propia”, comentó.

El escritor español ve a la Guerra Civil Española no solo como un conflicto de dos bandos, el franquista y los republicanos, sino como una lucha de seres humanos.

“Yo he intentado contarlo desde los dos bandos a la vez, ese era el desafío, y que los dos bandos fueran contemplados a nivel de trinchera. Yo quería moverme por ese territorio amplio; ver la guerra con mayor atención al ser humano”, dijo.

Señaló que el escritor estaba por encima de un marco moral para mirar el pasado, como seguro lo tiene el historiador porque debe basarse en el rigor de los hechos, no así el escritor, que tiene licencia para fabular.

“Hay historias que sí tienen filos morales y que van a tener lecturas morales. Un historiador debe ser riguroso y fiel a los hechos; el novelista puede manipular, contradecir; un novelista puede hacer lo que quiera. Los historiadores recelan de la libertad del novelista porque con el novelista la historia se conoce mejor. El novelista es una especie de puente entre la historia rigurosa y el lector”, dijo Pérez-Reverte.

Sostuvo que no es posible mirar, menos juzgar, el pasado con ojos del presente.

“Hay una estupidez que se está extendiendo peligrosamente por el mundo, por el llamado Occidente, América del Sur, del Norte, Europa, que es considerar la historia del pasado con ojos del presente y eso es imposible”, dijo.

En ese marco, aludió el caso de los reclamos del gobierno de México sobre la crueldad de la conquista española y dijo, para la polémica, “los conquistadores españoles hicieron muchas cosas malas, pero ahí está una hazaña que cambió la historia de la humanidad”.

“Era un mundo diferente, machista, cruel, duro, arcaico, antiguo. Esos animales... esos cuatro gamberros, animales, analfabetos, crueles y sanguinarios cambiaron al mundo. ¿Cómo no va a haber grandeza? Hay horror y grandeza, mirémoslo así con horror y con grandeza, con admiración y con espanto”, invocó Pérez-Reverte.

En otro momento habló de cómo se toma la guerra civil en estos días en España, sobre todos los políticos que carecen de lectura y recurren a consignas fáciles. Señaló que sobre la guerra civil se debe tener memoria.

“El problema cuando se habla de memoria en España es que se la utiliza como arma arrojadiza. La memoria manipulada es un arma muy peligrosa cuando es utilizada por los políticos”, aseveró.

“La polarización –agregó- se ha recuperado, tras estar esa asignatura resuelta, mejor o peor, en los últimos tiempos. A falta de argumentos políticos solventes, la guerra civil es el arma usada por los políticos”.

Finalmente, ante la crítica de por qué expone lo malo, Pérez-Reverte fue rotundo: “Quiero que los lectores vean la crueldad de la que somos capaces”.