Ciencia

La pandemia puede acabar si países ricos donan casi el 50% de sus vacunas, sugiere estudio

Mediante un modelo matemático, los científicos sugieren que la donación de dosis a países empobrecidos disminuiría drásticamente las tasas de mortalidad y la aparición de otras variantes.

La pandemia de la Covid-19 vuelve a estropear las celebraciones de Año Nuevo en gran parte del planeta. Foto: AFP
La pandemia de la Covid-19 vuelve a estropear las celebraciones de Año Nuevo en gran parte del planeta. Foto: AFP

Según una reciente investigación, la tasa de mortalidad causada por la COVID-19 y la aparición de nuevas variantes se reduciría drásticamente si los países ricos decidieran donar el 46% de sus suministros de vacunas a los países de ingresos bajos y medianos.

La investigación empleó un modelo matemático que pronostica los próximos cinco años con distintas estrategias de vacunación. Este algoritmo consideró factores como el flujo de las personas por el mundo, la eficacia de las vacunas actuales y la dinámica de evolución del coronavirus SARS-CoV-2.

Según Qingpeng Zhang, autor principal del estudio y experto en análisis de datos de la Universidad de Hong Kong, si bien el acaparamiento es comprensible para proteger a su población, solo genera “una protección de corto plazo” y prolonga la pandemia, ya que los países empobrecidos pueden ser fábricas de nuevas variantes.

El sublinaje BA.2. fue apodado antes como la versión sigilosa de ómicron, ya que poseía mutaciones que la impedían detectarse rápidamente en una prueba PCR. Foto: AFP

El sublinaje BA.2. fue apodado antes como la versión sigilosa de ómicron, ya que poseía mutaciones que la impedían detectarse rápidamente en una prueba PCR. Foto: AFP

“La gente no tuvo en cuenta las futuras mutaciones virales que romperán la protección creada por las vacunas existentes”, señaló Zhang en relación con las variantes delta y ómicron, que surgieron después de que el estudio haya iniciado y aparecieron en países con escaso avance de vacunación (India y Sudáfrica, respectivamente).

“Las pandemias no conocen fronteras, y los costos económicos y de salud pública de la distribución desigual de las vacunas correrán a cargo de todos los países al final”, señala el estudio publicado en la revista Nature Human Behavior.

Como todo modelo matemático, el estudio enfrentó distintas limitaciones. Una de ellas fue la premisa de que las nuevas variantes podrían evolucionar para ser de mayor gravedad. Este escenario se cumplía con el linaje delta, que era más virulento y causaba una enfermedad de gravedad; sin embargo, ha cambiado con la aparición de ómicron, cuyos síntomas son más parecidos a un resfrío común.

Asimismo, Zhang señala que cuando las donaciones de vacunas de los países enriquecidos solo se dirigen a las naciones vecinas, el beneficio es limitado. Por esa razón, resulta mejor una asignación global que una regional.

Un ejemplo es el caso de Australia, explica The Guardian, quien proporcionó 18 millones de dosis a sus países pares, pero no se sumó a la iniciativa Covax, respaldada por la OMS.

Según cifras de la ONU, las tasas de vacunación en los países de altos ingresos son del 67%, mientras que la cifra es solo del 11% en los de bajos ingresos. Asimismo, mientras países como Sudáfrica aún no consiguen ni siquiera inmunizar a su población con el esquema de vacunación inicial, otros países como Israel ya deciden aplicar una cuarta dosis.

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