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Es falso que vacunas contra la COVID-19 causen enfermedades neurodegenerativas

Una médica argentina señaló que las vacunas de ARN mensajero causan infertilidad, abortos espontáneos, esclerosis y mielitis. Sin embargo, no existen estudios científicos que respalden su posición.

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Es falso que vacunas contra la COVID-19 causen enfermedades neurodegenerativas. Foto: composición LR / captura de pantalla Facebook

En redes sociales circula un video de diciembre de 2020 en el que la inmunóloga argentina Roxana Bruno afirma que las vacunas, supuestamente, inyectan “genes extraños” a nuestro organismo. Según ella, “esa inyección de los genes podría provocar alteraciones en el implante del embrión en el embarazo, pero también podría desencadenar enfermedades autoinmunes de tipo neurodegenerativa”.

A pesar de que no existe ningún estudio científico que avalen sus argumentos, el clip se ha viralizado en las redes.

No hay evidencia de que vacunas contra la COVID-19 causen enfermedades neurodegenerativas

Las vacunas de ARNm contra la COVID-19 no causan infertilidad ni abortos espontáneos en gestantes

La médica asevera que las vacunas de ARN mensajero “ponen en riesgo la capacidad de procrear, la capacidad de que el embrión se implante y de que la placenta se desarrolle”. Es decir, según ella, produce infertilidad y abortos espontáneos.

Como explicamos en una nota anterior de Verificador, en este tipo de desinformación se hace referencia a la presencia de la proteína sincitina, que se genera durante el embarazo.

“El gen que produce esta proteína, ERV-W (endogenous retrovirus group W) o HERV-W (human endogenous retrovirus-W), es parte ya de nuestro genoma, pero evolutivamente fue incorporado de un retrovirus en épocas ancestrales, algo que no es de sorprendernos porque es parte de la evolución de los mamíferos”, manifiesta Erika Castillo Carrión, PhD en Ciencias Médicas y divulgadora científica en cienciagenerika.

El gen que produce la sincitina, como todo el material genético, se encuentra dentro del ADN. Este último, a su vez, está situado en el núcleo de la célula.

Hugo Umeres, médico investigador de la Universidad Cayetano Heredia, enfatiza que, “desde el punto de vista biológico, el ARN mensajero está en el citoplasma y ADN está en el núcleo. Entonces, no hay una interacción entre el ARN del citoplasma, ni que este se meta al núcleo y haga cambiar la genética o nuestro genoma”.

Entonces, dado que el ARN mensajero de las vacunas Pfizer y Moderna contra la COVID-19 no ingresa al núcleo, sino que se quedan en el citoplasma, este no afecta a la producción de la sincitina. Por ende, tampoco causa infertilidad ni abortos espontáneos.

Célula. Ilustración: Fabrizio Oviedo

Además, los estudios de estas dos farmacéuticas han mostrado ante la FDA que, a pesar de que no estaba contemplado que las personas se embaracen durante los ensayos de la vacuna, porque no eran el grupo de investigación, hubo quienes sí lo hicieron.

Por ejemplo, durante las investigaciones de Moderna, cuyos resultados se presentaron el 17 de diciembre, 13 mujeres (6 del grupo vacuna y 7 del placebo) quedaron embarazadas. Por su parte, en el estudio de Pfizer publicado el 10 del mismo mes, este número fue mayor: 23 (12 del grupo vacuna y 11 del placebo).

Para Alejandra Ruiz León, bioquímica y magíster en comunicación científica, esto demostraría que las inoculaciones no producen infertilidad en las mujeres. Asimismo, la comunicadora científica resalta que las vacunas ayudan a nuestro cuerpo a generar una respuesta natural.

La gente cree que la vacuna es algo artificial, que te ayuda a hacer algo que tu cuerpo no haría por ti, pero solo te está dando un empujón para que lo hagas antes de que te dé el virus”, manifiesta.

No hay evidencia de que las vacunas de ARN mensajero repercutan en el sistema nervioso central

En el bulo también se relaciona la supuesta incidencia de la vacuna de ARNm contra el coronavirus en el sistema nervioso central (SNC) debido a que, como señala la inmunóloga, habría un vínculo entre este último y la sincitina.

Así, Roxana Bruno afirma que la inoculación contra la COVID-19 “podría desencadenar enfermedades autoinmunes de tipo neurodegenerativa”, como mielitis y esclerosis.

Al respecto, Facundo Latini, neurólogo investigador en la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos del Conicet, Argentina, dijo a AFP Factual que “el rol de las sincitinas en ciertas patologías del sistema nervioso central se encuentra en plena investigación”. Es decir, aún no se ha demostrado que esta proteína tenga una relación directa con enfermedades neurológicas.

“La esclerosis múltiple ha sido asociada a diversos factores, como las infecciones por mononucleosis, infecciones virales herpéticas, factores genéticos, déficit de vitamina D, entre los más estudiados. Por lo tanto, el mecanismo de la sincitina, al ser un factor aislado, no es suficiente para suponer que pueda aumentar la incidencia de esta enfermedad”, afirma Latini.

Asimismo, la Fundación de Esclerosis Múltiple señala que “no existe ningún indicio para suponer que la vacuna COVID-19 sea específicamente peligrosa para las personas con esclerosis múltiple”. Por su parte, la Sociedad Española de Neurología sostuvo a través de un comunicado del 18 de enero de 2021 que las vacunas de Pfizer y Moderna no están contraindicadas para personas con esclerosis múltiple (EM) que toman tratamientos modificadores o inmunomoduladores.

No hay evidencia de que vacunas contra la COVID-19 causen enfermedades neurodegenerativas

En Verificador nos comunicamos con Hugo Umeres Cáceres, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Cayetano Heredia, quien manifestó que no se han descrito enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple o mielitis en las personas que han sido inyectadas con las vacunas de ARNm contra la COVID-19. Además, sostuvo que, en el caso de la esclerosis lateral amiotrófica, esta tiene un “mecanismo de acción totalmente distinto”, por lo que no se podría poner en el mismo grupo que las otras enfermedades neurodegenerativas ni afirmar que una inoculación la desencadenó.

Este tipo de vacunas con ARN mensajero se están usando incluso al revés (de lo que señala el bulo), para poder mejorar la esclerosis múltiple. En animales ya se está probando para contrarrestar enfermedades neurodegenerativas”, resaltó el neurólogo.

En esa línea, un estudio publicado en agosto de 2019 en la revista científica de la Asociación Americana de Neurología, Neurology concluyó que la vacunación no es un factor de riesgo para la esclerosis múltiple. “Por el contrario, sugieren sistemáticamente que la vacunación está asociada con una menor probabilidad de ser diagnosticado con esclerosis múltiple en los próximos 5 años”.

En suma, Umeres Cáceres destaca que, “desde el punto de vista científico, en este momento no se puede decir que las vacunas que se están desarrollando, las vacunas que ya se están colocando, hayan producido este tipo de lesiones”. No obstante, acota que, si en el futuro se reportan estos casos, se deberá realizar un seguimiento para explicar si la vacuna causó la enfermedad o se debe a otros factores.

Cabe resaltar que, en anteriores ocasiones, Verificador ha desmentido videos de la misma médica, donde sostenía que las vacunas que utilizan adenovirus serotipo 5 (Ad5) contra la COVID-19 aumentan el riesgo de contraer el VIH.

*Verificador intentó comunicarse con la inmunóloga Roxana Bruno, pero hasta el cierre de esta nota no respondió a nuestros mensajes.

Conclusión

Es falso que las vacunas de ARN mensajero, como las de Pfizer y Moderna, hayan ocasionado enfermedades neurodegenerativas, infertilidad o abortos espontáneos. Hasta el momento, este tipo de inoculaciones no han presentado reacciones adversas graves como las mencionadas en el bulo.

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