A través de un video en Facebook, la inmunóloga Roxana Bruno afirma que las vacunas que utilizan adenovirus serotipo 5 (Ad5) contra la COVID-19 aumentan el riesgo de contraer el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), que causa el sida (síndrome de Inmunodeficiencia adquirida).
Para sustentar, afirma: “Más de una década dos estudios internacionales evaluaron una vacuna contra el Sida, utilizando un vector con adenovirus tipo 5, y encontraron que había un mayor riesgo de adquirir el VIH entre hombres vacunados”.
Incluso, argumenta que, de acuerdo a las experiencias de las vacunas fallidas contra el sarampión, el dengue y otros, las vacunas no protegen a la población, sino que provocan una reacción inmunitaria paradójica, es decir, una enfermedad aumentada a causa de la vacuna.
Sin embargo, esta información proporcionada por la inmunóloga Roxana Bruno es falsa.
A través de una búsqueda con la herramienta “Who posted what?”, hallamos que el video, que cuenta con más de 3.000 interacciones en la red social, tiene una fecha de publicación más antigua al 23 de octubre de 2020.
Viral. Captura en Facebook.
“Sobre la base de estos hallazgos, obviamente nos preocupa que el uso de un vector de adenovirus no replicante, como es el serotipo 5 para la inmunización contra el SARS-CoV-2, podría aumentar el riesgo de contraer sida entre los hombres que reciban la vacuna”, señala la inmunóloga tras citar estudios y experiencias para sustentar que el uso de las vacunas con adenovirus serotipo 5 incrementa la posibilidad de infectarse del VIH.
Sin embargo, Erika Castillo, PhD en Ciencias Médicas, declaró a Verificador de La República que “el vector del adenovirus (tipo 5) no es la puerta de entrada para otro tipo de infección”.
Luego de revisar uno de los estudios citados por la inmunóloga, Castillo señaló que, efectivamente, se produjo más infecciones en las personas luego de la aplicación de este tipo de vacunas (con adenovirus tipo 5) contra el VIH. No obstante, aseveró que Roxana Bruno no habría considerado que estos resultados se dieron en una población con riesgo de sida, ya que eran personas que contrajeron el virus del VIH.
“Al parecer, hay una reacción que desencadena este tipo de adenovirus (Ad5) que puede reaccionar con las células inmunes en el cuerpo. Pero, ¿por qué pasa esto? El VIH es una enfermedad autoinmune, el virus del sida ataca a las células inmunes. Entonces, si el virus ataca a nuestras células de protección, no vamos a tener protección frente a cualquier infección, o en general, cuando hay vacunas de este tipo”, detalló.
En ese sentido, según la especialista, no podemos concluir que “por el simple hecho de ponerle vacuna de adenovirus a los hombres o las personas, en general, los hará vulnerables“. “Entonces, que haya contraindicaciones de algunos tipos de poblaciones vulnerables no descalifica a la vacuna. No podemos poner un grupo como ejemplo para extrapolarlo a una población en general”, afirmó.
Además, sostuvo que el VIH tiene una forma de transmisión específica, que es a través del contacto sexual. “En las personas que tienen alto riesgo de contraer sida o que son portadores del virus o que sean seropositivos, podría haber una reacción con el adenovirus. Sin embargo, según la doctora, da a entender que todas las personas vacunadas tienen riesgo de contraer el VIH, como si el virus del sida fuera una enfermedad del ambiente”, aclaró.
El 23 de octubre de 2020, la Asociación Española de Vacunología (AEV) indicó que la revista “The Lancet” publicó un artículo, firmado por cuatro investigadores del VIH, en el que manifiestan su preocupación sobre las vacunas frente al SARS-CoV-2 que utilizan como plataformas el adenovirus 5 (Ad5). Pero esto solo fue una “recomendación” para tener cuidado con este tipo de vacuna en grupos vulnerables específicos.
“Los autores enfatizan en que es precisa una cuidadosa consideración de la seguridad de estas vacunas de vectores Ad5, especialmente en países de alta incidencia de VIH, antes de seguir desarrollando vacunas frente a la COVID-19 vehiculizadas en ese vector”, indicó.
Como lo señala AEV, los autores del artículo se remiten a dos estudios clásicos, Step y Phambili, en los que se indagó una vacuna frente al virus de la inmunodeficiencia humana en fase IIb, que iba vehiculizado en ese adenovirus. En la investigación, los autores comprobaron cómo los hombres vacunados que eran seropositivos a Ad5 a la entrada al ensayo y no circuncidados tenían un riesgo incrementado de adquirir VIH en los primeros 18 meses del estudio.
AEV identifica que las vacunas contra la COVID-19 que utilizan la plataforma Ad5 son las de CanSino Biologics de China (Fase 3), la del Gamaleya Research Institute de la Federación Rusa (Fase 3) y la de ImmunityBio de los Estados Unidos (Fase 1).
Roxana Bruno, a través del video del Facebook, aseveró que a las personas que fueron vacunadas, la inmunización no los protegió de la COVID-19, sino que, de manera paradójica, quedaron expuestos a padecer una enfermedad peor. Y luego afirma: “Eso es exactamente lo que se vio en los modelos animal, en urones, felinos y primates no humanos en los experimentos clínicos con coronavirus. Por lo tanto, son claras y son genuinas las preocupaciones con respecto a la posibilidad de provocar una enfermedad peor (que el sida) en los individuos que sean reinfectados con el SARS- CoV-2 después de la vacunación”
Según la inmunóloga, se han iniciado ensayos clínicos en humanos sin haber completado los ensayos preclínicos de los animales. “Ahorrarse ensayos animales, utilizar modelos irrelevantes y de una especie animal, y ajustándose los ensayos para que todo salga bien y evitar algunos modelos donde se sabe que las vacunas fallan, es simplemente transferir el riesgo de los animales a los humanos”, especificó.
Al respecto, Ericka Castillo declaró que esta afirmación es una mentira. Señala que existen reportes de estudios en animales, ratones y monos. Además, manifestó que es imposible que los organismos reguladores, como la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), no descubran que la vacuna no contempla un estudio en animales, siendo un requisito indispensable para pasar el estudio en humanos, y, además, para su aprobación final.
Declaró que, justamente, los ensayos clínicos son para saber si las vacunas o alguno de sus componentes generan efectos adversos en los organismos de los humanos. Si tal es el caso, entonces, se descarta y no se aprueba, pero eso no ha pasado, porque no hay un reporte que señale que alguna vacuna con adenovirus serotipo 5 haya causado ello.
Es importante saber que Roxana Bruno, autora del vídeo en Facebook, es una inmunóloga muy cuestionada en Argentina por sus declaraciones sobre las vacunas y otros temas que involucran a la COVID-19.
En un artículo del 20 de agosto de 2020, de Chequeado, calificaron como falsas las afirmaciones de Bruno, quien realizó, por ejemplo, esta aseveración en una entrevista a un medio argentino: “Las vacunas se están saltando varias etapas, no hacen pruebas en animales, sino directamente con humanos”.
Asimismo, la investigación de El Surti, publicada el 22 de agosto, desmintió la información proporcionada por Roxana Bruno en esa entrevista: las vacunas no hacen pruebas en animales.
El 16 de agosto la Sociedad Argentina de Inmunología, mediante sus redes sociales, hizo público un documento para desmentir las informaciones falsas que circulaban en los medios de comunicación del país. En un apartado, niega que “las vacunas en desarrollo no se han probado previamente en animales” y afirma que “se han desarrollado modelos animales con los cuales se están estudiando los mecanismos de la infección y de la enfermedad (de la COVID-19)”.
Las vacunas que usan la plataforma adenovirus serotipo 5 contra el SARS-CoV-2 no aumentan el riesgo de contraer el VIH en la población, porque no permite una nueva infección. Estos pasan por un riguroso control por los organismos reguladores y, además, hasta la fecha, no existen reportes que alerten tal caso en la etapa clínica. Por lo tanto, el post es falso.
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