Según un video publicado en Facebook, el Gobierno peruano iba a “dar de regalo de Navidad una vacuna asesina”. La abogada Rosa Apaza, representante de la denominada Organización Médica Peruana de Investigación (OMPEI), emitió varias afirmaciones falsas sobre la recientemente aprobada vacuna para la COVID-19 de Pfizer y otras candidatas. El video recibió más de 8.000 comentarios.
Video de la OMPEI se reprodujo más de 2 millones de veces. Foto: captura de Facebook
En el video titulado “OMPEI no acepta vacunación y exige responsabilidad a las autoridades”, Apaza aseguró que el Ministerio de Salud había “amenazado con iniciar las inoculaciones a fin de mes (diciembre)”. En realidad, hasta la fecha, el Gobierno peruano no ha realizado ninguna compra de vacunas. Lo que hay son dos acuerdos, uno con Pfizer-BioNTech y el otro con Gavi Alliance (mecanismo Covax Facility), como se puede ver en la misma web del Minsa.
FALSO: “Inyectar genes extraños no es vacunación (...) Inyectar genes es un experimento para infectar células humanas”
Apaza sostuvo que la vacuna tipo ARN consistía en “inyectar genes extraños”. No es así.
Las vacunas tipo ARNm, como la de Pfizer-BioNTech, contienen “una copia de parte del código genético viral”, de acuerdo a un artículo publicado en The Conversation de Jose Jimenez y Ana Ortega-Prieto, investigadores del King’s College London. Ella se introduce en nuestras células, las cuales generan algo similar a la porción de la proteína S, que estimulará nuestro sistema inmune.
“Una vez que nuestro organismo creó esa porción de proteína, la célula descompone las instrucciones para deshacerse de ellas.(...) Nuestro sistema inmunitario reconoce que la proteína es un cuerpo extraño y comienza a generar una respuesta inmunitaria y producir anticuerpos, como sucede cuando se produce una infección natural contra el COVID-19”, detallaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Ojo Público también calificó esta declaración como falsa. Entre los argumentos, presentó una revisión publicada en Expert Opinion on Biological Therapy (2004) titulada Vacunas basadas en ARN mensajero. “En particular, el ARNm puede considerarse una alternativa segura y eficaz a las terapias basadas en proteínas, virus recombinantes o ADN en el campo de la vacunación”, resumió el documento.
FALSO: “Respecto a la vacuna rusa, que usa el adenovirus de tipo 5, induce, predispone, a las personas a infectarse con el SIDA”
La vacuna aprobada en Rusia del Instituto Gamaleya emplea una plataforma de adenovirus humano, según la Asociación Española de Vacunología, que incluye el adenovirus recombinante tipo 26 como la de Johnson & Jonhson y el vector tipo 5, como la candidata de CanSino. Sin embargo, no está probado que las vacunas con adenovirus serotipo 5 aumentan el riesgo de contraer el VIH.
A inicios de diciembre se viralizó un video de la inmunóloga Rosario Bruno. Ella decía que, supuestamente, “había un mayor riesgo de adquirir el VIH” entre hombres que habían sido inoculados con una candidata a vacuna contra el sida, la cual utilizaba un vector con adenovirus tipo 5.
Después de revisar uno de los estudios (del 2012) que citó Bruno, Érika Castillo, doctora en Ciencias Médicas, indicó a Verificador que se presentaron más infecciones de sida en ciertos voluntarios que se aplicaron vacunas con adenovirus tipo 5. Estas personas eran una población de riesgo respecto al VIH, de acuerdo a la especialista.
“Que haya contraindicaciones de algunos tipos de poblaciones vulnerables no descalifica a la vacuna. No podemos poner un grupo como ejemplo para extrapolarlo a una población en general”, sostuvo. “El vector del adenovirus no es la puerta de entrada para otro tipo de infección”, zanjó.
Cabe precisar que consistía un ensayo aleatorizado de la vacuna contra el VIH con adenovirus recombinante, del 2012. No era en un estudio sobre la vacuna rusa. “No hay evidencia de ello”, afirmó el doctor en Biología Evolutiva Pedro Romero.
Rosa Apaza, la mujer del video, también dijo que las vacunas tenían un componente que evadía los mecanismos de barrera del cuerpo. Sin embargo, tanto Moderna como Pfizer “usan el RNA empaquetado en una nanopartícula de lípidos, los (cuales) son también fácilmente degradables por las células”, atajó Pedro Romero. Esta sirve para que el ARN no se degrade fácilmente.
Por otro lado, el video de la OMPEI decía que la mutagénesis y la carcinogénesis son un riesgo de las candidatas contra la COVID-19 y que podían producir “infertilidad”. Al respecto, el doctor Romero indicó que los desarrollos de Moderna y Pfizer “no cambian nuestro material genético ni interfieren con procesos esenciales de nuestras células, el mRNA del virus es estructural, una proteína que irá hacia la superficie celular y no se involucra en otro proceso celular”.
Además, Verificador ya ha desmentido ampliamente (ver 1, 2 y 3) el bulo de que las vacunas puedan causar “esterilidad”.
Otro de los cuestionamientos del video viral falso era que no se había hablado sobre el silenciamiento génico. Como explicamos en otra verificación, este es un mecanismo de regulación epigenética que impide la expresión de un determinado gen. Este proceso puede ser mediado por micro ARN y ARNip. Estos últimos tienen el potencial de ser usados para tratar el cáncer. Por otro lado, no son codificantes. Es decir, no llevan ninguna información a la célula. Por lo tanto, son diferentes al ARN mensajero utilizado en las vacunas para prevenir la COVID-19.
Por otro lado, es cierto que, “en 20 años no se han obtenido vacunas para el SARS (ni) para el MERS” y que, hasta la fecha, ninguna vacuna se ha aprobado “en menos de un año”.
“SARS y MERS no fueron pandemias globales, sino epidemias más locales (Asia, Medio Oriente) por lo que (hubo) menor interés de parte de las farmacéuticas en comenzar una carrera de vacunas (y) menor número de casos, haciendo que los ensayos fase 3 sean más difíciles de realizar”, apuntó el doctor en Ciencias Naturales Pedro Romero.
Además, el conocimiento generado por los estudios previos sobre el SARS y el MERS sirvió para acelerar el desarrollo de la actual vacuna contra el SARS-2. Así, se adaptaron los procesos que ya existían, los ensayos clínicos se realizaron de manera paralela y laboratorios empezaron la producción antes de que terminara la fase 3, expusieron la doctora en Ciencias Biológicas María Jiménez, la doctora en Biología Molecular Matilde Cañelles y la doctora en Ciencias Químicas Nuria Campillo —todas integrantes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España— en el artículo ¿Por qué han llegado tan rápido las vacunas contra la COVID-19?, publicado en The Conversation.
Este medio escribió a la página de Facebook OMPEI para que pudiera presentar la base científica de sus “argumentos” pero no recibió ninguna respuesta.
El video contiene al menos dos afirmaciones falsas sobre las vacunas (sobre los genes y la rusa) y dos supuestos sin evidencia científica que los soporte (acerca de las vacunas de adenovirus y la infertilidad). Por lo tanto, calificamos la publicación de la OMPEI como falsa.
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