Una publicación de Facebook muestra dos posiciones contrarias sobre el uso del dióxido de cloro. Por un lado, atribuye una frase a favor de este compuesto al médico José Luis Pérez-Albela y otra en contra a Elmer Huerta. Sin embargo, la primera cita presenta imprecisiones.
“El dióxido de cloro es lo mejor y funciona para prevenir y curar el COVID-19, se utiliza por más de 100 años en otras patologías”, indica el post.
Coronavirus
En un video publicado en Facebook el 28 de julio, el médico decidió hablar sobre este compuesto químico.
Allí mencionó que él piensa que “es lo mejor”. “¿Qué opino del dióxido de cloro? Que es lo mejor que existe pero lo están satanizando, pues”, señala al inicio del video.
No obstante, al referirse a la utilidad del producto se limitó a citar los usos que sus colegas le dan.
En ese contexto dijo: “Tuve una entrevista al pediatra Ángel Alarcón, uno de los pediatras más inteligentes del mundo, él toma dióxido de cloro preventivamente porque está viendo pacientes con COVID-19, lo toma para prevenir y para curar”.
Posteriormente destacó que se deberían realizar pruebas. “Hagan pruebas, por qué van a satanizar algo sin haber comprobado”, indica.
Esta afirmación la reiteró en un comunicado publicado en su página oficial. ”En relación al dióxido de cloro, considero que urge la necesidad de una investigación seria, la cual ha sido siempre mi propuesta”, reafirmó. “Yo compartiré gustoso ese conocimiento si es efectivo y también con aquellos que vengan detrás”, añadió.
Asimismo, en declaraciones a Verificador el experto ratificó la necesidad de realizar investigaciones previo a emitir conclusiones. “Acá lo que deben hacer es abrirse a la investigación”, expresó.
En cuanto a la cita atribuida al médico Elmer Huerta, Verificador comprobó que sí fue dicha por él en una entrevista a CNN el 27 de julio. “El dióxido de cloro no cura nada, mucho menos este nuevo coronavirus”, señaló.
Además, agregó que este producto ha sido prohibido en el país norteamericano desde que ocasionó daños a niños. “Los niñitos se empezaron a intoxicar en este país porque los padres, creyendo que ese dióxido de cloro iba a curar el autismo de sus niños, les pusieron enemas”, explicó.
PUEDES VER: Es falso que vacunas tengan un nanochip con “ARN controlable, activado por ondas 60 Ghz 5G”
A pesar de que en los medios existe un gran debate sobre profesionales de la salud que defienden este producto y sobre aquellos que no, lo cierto es que hasta el momento no existe una prueba científica que demuestre su efectividad.
A este producto se le ha atribuido la cura de diversos males como el cáncer, el VIH y el autismo; sin embargo, como demostramos en una nota anterior de Verificador, los estudios utilizados para respaldar su eficacia han sido probados en su mayoría fuera del organismo (ensayos in vitro) y en animales (in vivo).
Sólo hallamos dos pruebas que se realizaron en humanos. Una de ellas se dio en 1982 y arrojó que los pacientes que consumieron este producto no mostraron ninguna diferencia significativa con aquellos que sí.
El segundo estudio se realizó este año en Colombia y hasta el momento no ha arrojado resultados, a pesar de que estos se esperaban para inicios de junio.
Por estas razones, es que las entidades reguladoras alrededor del mundo han emitido alertas advirtiendo sobre los posibles efectos adversos como vómitos, diarrea severa, presión arterial baja causada por la deshidratación y fallos hepáticos.
En nuestro país, el Ministerio de Salud se ha pronunciado a través de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas advirtiendo sobre los riesgos de su consumo y la automedicación.
“Si es un paciente diagnosticado con COVID-19, no se automedique, siga sólo el tratamiento indicado por un médico y no lo reemplace con estos productos, ni con otros no prescritos”, menciona en su comunicado.
El químico farmacéutico de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) Erick Cóndor declaró a este medio que para que este compuesto sea autorizado debe probar su eficacia a través de estudios científicos.
“Para el caso del dióxido de cloro tendría que seguir todo ese proceso que sigue un medicamento normal (laboratorio, animales y seres humanos), reunir la información, presentarlo a una agencia reguladora de cualquier parte del mundo”, manifestó.
Al respecto, la química Brenda D’Acunha explicó en el documento en línea “Desmintiendo el dióxido de cloro o MMS” que estas investigaciones deben cumplir con determinados requisitos para que tengan validez científica como contar con un experimento bien hecho, ser revisado por pares y posterior a su publicación, someterse al escrutinio de toda la comunidad científica.
Incluso, los expertos afirman que un solo estudio no sería suficiente para confirmar dicha teoría. “Aún así, un solo artículo publicado en el tema no es suficiente para afirmar que un medicamento funciona o no”, afirma D’Acunha.
Erick Cóndor coincide con dicha afirmación y agrega que previo a realizar estudios en humanos, estos productos deben pasar una fase preclínica con pruebas en laboratorios que de ser positivas se aplican en animales.
Sin embargo, en el país no se está realizando ningún estudio sobre el dióxido de cloro y las personas que lo recomiendan se basan en testimonios.
Al respecto, el químico farmacéutico explica que para la comunidad científica los testimonios son un indicio, mas no prueba suficiente de su efectividad. “En la pirámide de la evidencia, los que están en la base son las opiniones de los expertos, los testimonios o casos de médicos de forma aislada, pero eso se puede considerar como prueba porque no he llevado una metodología adecuada”.
Asimismo, la química D’Acunha asegura que “en el ámbito científico, tu experiencia, o la experiencia de tus conocidos, no es suficiente para afirmar que un medicamento funciona o no”.
El médico José Luis Pérez-Albela ha resalta la necesidad de realizar investigaciones antes de “satanizar” el dióxido de cloro. Al respecto, cabe mencionar que hasta el momento no existen estudios que demuestren su eficacia para el tratamiento de la COVID-19 ni de otra enfermedad. Por lo tanto, es imprecisa la publicación de Facebook que cita al médico José Luis Pérez-Albela y Elmer Huerta.