Generación tras generación, los usuarios han demandado más potencia, mejores cámaras, innovadores diseños y mayor independencia en los smartphones. Sin embargo, para lograr esto, los fabricantes han tenido que renunciar a las baterías extraíbles que estuvieron presentes en estos dispositivos casi desde sus orígenes.
Por tal motivo, a continuación, te vamos a explicar por qué los smartphones han cambiado y cuáles son las principales razones de la eliminación de esta última característica.
Quitar la batería extraíble implica también la eliminación de la cubierta posterior y de las numerosas pestañas de fijación. En su lugar, se emplea un chasis de una sola pieza que, al carecer de partes frágiles (como las pestañas) y de piezas móviles (como la tapa trasera), aporta un extra de resistencia a golpes.
Dejarla de lado también ha motivado tener smartphones a prueba de agua. Si hay menos lugares que permitan la entrada potencial de este líquido, será más fácil evitar que el teléfono se arruine.
Con la eliminación de piezas y partes móviles se consigue reducir las dimensiones totales del dispositivo, lo que garantiza smartphones más delgados y ligeros. Por ello, con la eliminación de las baterías extraíbles, nuevamente se puede recurrir a un chasis unibody que carezca de esas imperfecciones.
Esto permite a los fabricantes crear el teléfono con materiales de alta calidad y producir uno de lujo.
También ayuda a recuperar un smartphone robado. Un ladrón puede sacar una batería extraíble para impedir que el teléfono rastree su movimiento. Con la caja fuerte de la batería dentro del equipo se hace más difícil desactivar las funciones de seguridad o rastreo.
Por más que las baterías de ahora tengan una vida útil de promedio de 24 meses, las baterías extraíbles ya tuvieron su auge en la década de los 90 y a inicios del 2000, por lo que era el momento de evolucionar respecto a esta característica.