El último reporte del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) del Ministerio del Ambiente reveló que más de un millón de metros cuadrados de playas se han visto seriamente afectados por el derrame de petróleo de Repsol en Ventanilla.
Este desastre ambiental no solo está dañando a las especies marinas y aves de la zona, sino también a los pescadores artesanales, quienes no pueden trabajar desde el último sábado 15 de enero.
“La pandemia de la COVID-19 nos ha golpeado duramente y ahora nos han dejado sin trabajo por la contaminación”, lamentó un trabajador a través de TV Perú. Además, dijo que ha tenido que recurrir a los préstamos para poder apoyar en su hogar.
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Ante esta situación, el ministro del Ambiente, Rubén Ramírez, anunció que la firma española contratará a los pescadores a fin de que apoyen en los trabajos de limpieza en las más de cinco playas que se han visto afectadas.
Sin embargo, esta decisión fue cuestionada por especialistas, quienes recordaron que solo personal calificado debe estar a cargo de dichos trabajos. Por su parte, el científico peruano Marino Morikawa explicó que, ante cualquier intervención, se debe tener equipos especializados, además recalcó que solo se puede estar 30 minutos en la zona. Luego, se debe tomar intervalos para respirar en un lugar alejado del petróleo.
“Tenemos alrededor de siete organizaciones que van a alcanzar su padrón. La empresa se ha comprometido en este momento a contratar a nuestros hermanos pescadores, que conocen bien el tema marítimo, para hacer trabajos de apoyo de descontaminación y remoción”, afirmó. “Van a alcanzar canastas de sobrevivencia a nuestros hermanos pescadores”, informó el representante del Ejecutivo la noche del miércoles.