El terremoto de magnitud 7.5, que derribó viviendas, destruyó carreteras y conmocionó a los habitantes de Amazonas este domingo 28 de noviembre, no es un suceso extraño en esta zona del Perú. Los sismos en dicha región de la Amazonía suelen presentar magnitudes mayores a las que se registran en la costa.
“En la región de ceja de selva o zona subandina, como la conocemos, frecuentemente se han producido eventos sísmicos con magnitudes mayores a 7″, indicó a La República el presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera. Estos eventos se producen a una profundidad mayor a comparación de los que afectan a las ciudades de la costa.
Viviendas colapsadas tras el terremoto de 7.5. Foto: La República
En los inicios de la colonia había poca densidad de población en las localidades amazónicas, lo que dificulta encontrar información histórica sobre los sismos que ocurrieron. “En esos años solamente hubo misiones de evangelizadores, que aparentemente anotaron la ocurrencia de algún sismo, pero localmente la población no hacía esto”, explica Tavera, uno de los autores del Catálogo Sísmico del Perú 1471-1982, publicado en 2001.
Algunos detalles de esta escasa información recoge Lizardo Seiner en su Catálogo Histórico-Sísmico del Perú (Siglos XV-XVII). Antes de 1585 se habría producido un sismo de magnitud considerable en Chachapoyas, ciudad fundada en 1538. La única fuente, sin embargo, es un viajero jesuita que no visitó esta localidad. “En términos generales, la selva no representa un espacio que se caracterice por la abundancia de referencias a actividad sísmica en el pasado”, advierte Seiner.
“Se debe pensar que en los años 1600, 1700, 1800, inicios de 1900, en esas zonas no había mucha población. Y la población que había, probablemente no sabía escribir”, acota Tavera. A diferencia de las localidades amazónicas, en ciudades como Lima, Chiclayo, Trujillo, Arequipa, Cusco o Huancayo sí existen registros de la historia sísmica.
El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), en su Compendio Estadístico de Prevención y Atención de Desastres, que registra eventos desde 1471, recoge el terremoto del 29 de mayo de 1990 como uno de los más fuertes registrados en la Amazonía. Además de Amazonas, este sismo afectó a San Martín, Cajamarca, Rioja y Moyobamba. Dejó 77 muertes, 1.680 heridos y 58.835 damnificados, además de 11.000 viviendas destruidas.
“En la zona de ceja de selva de Cerro de Pasco, Huánuco, de Junín, hay una gran cantidad de fallas tectónicas. Y estas fallas tectónicas también generan actividad física. Las ciudades que están prácticamente al pie de estas fallas son Moyobamba, Rioja y Tarapoto”, apunta Tavera.
Un evento telúrico de magnitud 7.5 se sintió en las zonas de San Martín y Amazonas en septiembre de 2005. El epicentro estuvo localizado a 90 kilómetros al noreste de Moyobamba. Este sismo dejó 10 fallecidos, 164 heridos y 12.600 personas damnificadas por afectación en sus viviendas.
El 18 de mayo de 2010 se registró un sismo de magnitud moderada (6.2 ML) con epicentro a 82 km. al este de Bagua (Amazonas). Se generó a una profundidad de 121 km por la movilización de la Placa de Nazca. Tal como en el terremoto de este domingo 28 de noviembre, el movimiento se sintió hasta en Ecuador. Dejó una persona herida y 2 km de carretera dañados entre los sectores de Pedro Ruiz y Jamalca.
El terremoto de 2019 en Yurimaguas fue el que más daño causo en el último tiempo en la Amazonía. Foto: AFP
El 26 de mayo de 2019 se registró un movimiento telúrico de magnitud 8 en la localidad de Lagunas (Loreto), a 64 km de Yurimaguas. El sismo tuvo foco a una profundidad de 135 km y se originó en los procesos de deformación interna de la Placa de Nazca por debajo de la Cordillera Andina. Según un informe del IGP, este evento demostró “el potencial sísmico de la región nororiental del Perú”.
“El sismo de 2019 es el que ha generado más daños, más efectos en superficie”, sostuvo Hernando Tavera. El terremoto, que duró 127 segundos, fue uno de los más fuertes del siglo XXI después de los ocurridos en Arequipa (2001) y Pisco (2007). Dejó una persona fallecida, 205 familias damnificadas, 238 viviendas afectadas y un puente vehicular colapsado.