La Amazonía peruana es un lugar de resistencias y de luchas creativas protagonizadas por los pueblos indígenas amazónicos que en su conjunto representan una diversidad de 51 pueblos en los cinco departamentos de la selva. Las resistencias y las luchas las dan personas que habitan muy cerca de los ríos, los santuarios y las reservas comunales, considerados en el mundo amazónico como lugares sagrados.
Las tradiciones locales suman una serie de rituales como los retiros en los bosques por semanas que realizan, por ejemplo, los awajún en Amazonas en búsqueda del Tajima Pujut (Buen vivir en lengua awajún), el rescate de memorias e historias orales (a cargo de comunicadores kukama-kumiria en Nauta, Iquitos), los programas radiofónicos con identidad cultural propia y en lengua original que se emiten desde radios comerciales, pero también desde una diversidad amplia y sonora de altoparlantes instalados en calles, plazas y mercados de las comunidades y distritos amazónicos. Estas prácticas culturales locales son solo algunas acciones colectivas o comunitarias relacionadas a la comunicación propia de los pueblos indígenas.
La radio, la comunidad, los ríos y los territorios forman parte de los elementos constitutivos de la comunicación de los pueblos amazónicos, según unos trabajos de campo sobre comunicación y Amazonía desde la perspectiva de los pueblos amazónico, que realicé en Pucallpa, Iquitos, Amazonas.
La resistencia frente al extractivismo de hidrocarburos y minerales, la tala ilegal, la desforestación. La trata de personas, pero también la contaminación de los ríos, las plantaciones de palmas que degradan los suelos, al igual que la intención de llevar ganado en zonas donde no hay pastizales son algunas de las amenazas y problemas comunes que viven en sus territorios los pueblos awajún, shipibos-conibos, Kukama-kumiria o los arakbut.
Los comunicadores y las comunicadoras en estos pueblos son hombres y mujeres, jóvenes y adultos comprometidos con la identidad cultural de sus comunidades, testigos directos de injusticias o víctimas de la deforestación, la contaminación, los excesos del extractivismo.
No son pobres sin conocimiento de nada, al contrario allí hay personas que tienen los conocimientos ancestrales, el conocimiento del territorio, la voluntad política, el emprendedurismo y en muchos casos la proyección de establecer puentes y nexos con el mundo occidental; pero hay un dato más en todo esto, que es el siguiente: los que buscan llevar proyectos de desarrollo a la selva en muchos casos, no conocen, reconocen o respetan la cultura propia de los pueblos amazónicos; sus concepciones de vida y sus culturas.
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Este desencuentro entre los que llegan de afuera y los nativos de los lugares producen desconcierto, enfrentamientos, conflictos. Allí surge la necesidad de aprender de los pueblos nativos amazónicos peruanos, escuchándolos, incluyendo sus historias y culturas en los estudios y análisis sobre antropología, sociología, comunicación, política o derecho. Informando sobre ellos, pero también con ellos en las noticias.
En los ríos (muchos ríos amazónicos peruanos son navegables, lo cual implica movilidad, intercambio, migración interna), en las comunidades, en los bosques, en los santuarios donde la vida natural y la biodiversidad reinan hay pueblos que están allí conviviendo con el mundo natural y defendiéndolo.
En estos tiempos de desarrollo y de encuentros institucionales y estatales tenemos la necesidad de acercarnos a los pueblos indígenas amazónicos -que además de la lengua original hablan en castellano- no solamente como una acción estratégica, sino especialmente como un gesto humano para establecer diálogos posibles y acuerdos de desarrollo sostenible.
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Redacción La Periferia es el Centro. Escuela de Periodismo – Universidad Antonio Ruiz de Montoya.