Luego de que fuera cuestionado por especialistas y ciudadanos a inicios de este año, el Plan Maestro del Centro Histórico de Lima al 2029 con visión al 2035 fue aprobado ayer por el concejo metropolitano, con el objetivo de promover la recuperación sostenible de diversas calles.
De esta manera, tras la opinión favorable del Ministerio de Cultura, el municipio de Lima señaló que las primeras acciones estarán relacionadas a la peatonalización y mejoramiento del mobiliario urbano (ensanchamiento de veredas y puesta de macetas) de 16 vías, entre las que destacan los jirones Áncash, Azángaro, Lampa, Amazonas, Callao, Junín, Camaná y Rufino Torrico. Se debe indicar que ya se aplicó un plan piloto.
El Plan Maestro también prevé la recuperación de tres plazas públicas como son San Francisco, Santo Domingo y del Teatro (frente el teatro Segura).
Además se rehabilitarán 9 iglesias de Barrios Altos (incluyendo su iluminación arquitectónica) declaradas Patrimonio de la Nación. A ello se sumarán los exteriores de 167 inmuebles monumentales. Asimismo, se concretará la mejora de la iluminación pública y la arborización de vías y la continuidad del retiro de cables aéreos en desuso.
“Este plan busca convertir nuestro Centro Histórico en un mejor lugar donde vivir, respetando su esencia como Patrimonio Cultural de la Humanidad declarado por Unesco en 1991”, señaló el alcalde Jorge Muñoz.
Colectivos ciudadanos como la Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima (UDEAL) y Salvemos al Centro Histórico de Lima han criticado que se siga enfatizando en “el embellecimiento de fachadas” y no en los problemas reales de sus ocupantes y su ciudad.
Al respecto, el municipio respondió que se han desarrollado programas para la recuperación habitacional y de corte social, donde se han establecido incentivos tributarios y condonación de pagos en las licencias de edificación para los propietarios e inversionistas. También figura el realojamiento para fomentar la vivienda en alquiler temporal.
● El primer Plan Maestro del Centro Histórico de Lima se elaboró en 1998 y estuvo vigente hasta el año 2008. Desde entonces, su actualización ha sido advertida y reiterada en varias oportunidades por la Unesco.