La modelo argentina Xoana González confesó orgullosa, a través del programa “Magaly TV, la firme”, que se sometió a un rejuvenecimiento vaginal, un tipo de intervención estética al que algunas personas con vulva acceden con el objetivo de mejorar el aspecto de su zona genital.
González comentó que aquella cirugía le ha cambiado la vida; sin embargo, Corina Hidalgo, ginecóloga especialista en estética, resaltó para La República que este procedimiento no es apto para todas las personas con vulva, por lo que se debe analizar correctamente si le conviene o no a una paciente.
Esta cirugía está pensada para las personas que han tenido un problema congénito el cual no ha permitido el desarrollo de una parte de la vagina. No obstante, la especialista señaló que ahora se usa también con fines estéticos.
“En estos casos, se usa para la reducción de la vagina en sí. Puede darse en pacientes, que, por ejemplo, han tenido algún trauma obstétrico al momento de dar a luz (como el prolapso), que tienen una amplitud mayor de la vagina o poseen poca complacencia al momento de tener relaciones sexuales”, dijo Hidalgo.
La ginecóloga argumentó que es muy importante someterse una evaluación clínica previo a la realización de la cirugía, pues se tiene que determinar qué tipo de disfunciones tiene la paciente y si es una candidata a dicha intervención.
“Tenemos que hacer una buena evaluación del historial clínico antes de poder recomendarle a la paciente este tipo de procedimiento y ver la causa de fondo por la que se está haciendo. Si es que es por ella misma o porque tiene otra presión, lo cual es muy común lamentablemente. Como todo procedimiento, tiene sus pros y sus contras”, afirmó la experta.
De la misma forma, Corina Hidalgo remarcó que, a título personal, prefiere realizar la cirugía en pacientes con prolapso en la pared anterior, que va acompañado de incontinencia. Si la paciente posee otra disfunción, la especialista recomienda otros procesos.
“Existen otros tratamientos que nos permiten no realizar la vaginoplastia, como el láser ginecológico, que permite mejorar la lubricación y amplitud vaginal; además, es un procedimiento que no necesita corte y no es doloroso y no tiene una recuperación marcada. También están los ejercicios de reforzamiento del suelo pélvico y eliminar factores de riesgo como el fumar, la obesidad o ejercicio inadecuado”, mencionó la ginecóloga.
En cuanto a los beneficios, la especialista resaltó que pueden ser variados, pero son más notorios cuando la razón de la cirugía es por una amplitud vaginal, debido a que es más notorio en las relaciones sexuales.
Por otro lado, enfatizó que, como toda cirugía, tiene sus riesgos, por lo que este procedimiento debe realizarlo un profesional entrenado.
“La paciente tiene que saber que hay riesgos. Si se toca la vejiga, puede tener complicaciones vesicales y la paciente pueden terminar con sonda; si se toca alrededor del rectom, pueden haber fístulas”.
Así como la vaginoplastia, la labioplastia también es una operación quirúrgica estética que se utiliza para el rejuvenecimiento vaginal.
“La vaginaplastia utiliza técnicas para la parte interna de la vulva; en cambio, la labioplastia se detiene en los labios mayores y menores para reducir lo que es la hipertrofia”, expresó Corina Hidalgo.
En la misma línea, la Dra. Sara Castañeda Patiño, médico especialista en ginecología, cosmetoginecología y balance hormonal, indicó, en una entrevista anterior para el diario, que este procedimiento se realiza cuando la paciente siente una incomodidad en el área. Por ejemplo, en la zona de su ropa interior, cuando hace ejercicios o incluso al momento de tener relaciones sexuales.
Asimismo, al igual que la Dra. Hidalgo, Castañeda describió que es muy importante que la labioplastia la realice un experto, pues un mal procedimiento podría tener generar pérdida de sensibilidad. “Esta ocurriría solo si es una cirugía mala; es decir, si hubo mutilación (exceso de recorte). Para eso existen técnicas específicas”, afirmó.
PUEDES VER: Primera cita ginecológica: ¿desde qué edad se debe ir y cómo preparar a las adolescentes?
Finalmente, la ginecóloga Corina agregó que todas estas cirugías son de carácter rehabilitador si es la que paciente posee una disfunción.
“Prefiero que la paciente entienda que lo funcional es la prioridad. Obviamente, de manera secundaria estaríamos mejorando el lado estético, pero las pacientes tienen que saber que a pesar de que son procedimientos sencillos de buena recuperación, toda cirugía tiene riesgos”, concluyó.
Al tratarse de una cirugía menor, este procedimiento ambulatorio se realiza en un 90% de casos en el consultorio con anestesia local. Con el tiempo, esta intervención se ha modernizado y es por ello que ahora se efectúa con láser, de esa forma se consigue una cicatrización rápida, ya que se hace un corte preciso y por ende se disminuye el sangrado.
La especialista recomienda que si una persona con vulva se realiza la cirugía, debe tener cuidado en dónde se hace, pues un mal procedimiento podría tener generar pérdida de sensibilidad. “Esta ocurriría solo si es una cirugía mala, es decir si hubo mutilación (exceso de recorte), para eso existen técnicas específicas”, señala la Dra. Castañeda.
El término ‘cunnilingus’ proviene de las palabras en latín ‘cunnus’ (vulva) y ‘lingo’ (lamer). Se trata de una práctica sexual que se remonta al siglo XVII y forma parte de las diferentes culturas del mundo. En la India, la práctica sexual oral a la vulva se conocía como auparishtaka en el “Kamasutra”. De igual forma, en varias estampas japonesas se grafica este acto sexual y lleva el nombre de shunga.
cunnilingus. Foto: unsplash
La doctora Mónica Naranjo, ginecóloga de la Clínica Internacional, en diálogo con este diario, explicó qué sucede con el semen cuando mantenemos relaciones sexuales sin protección.
“Cuando el pene del hombre eyacula dentro de la vagina, elimina el semen —que es el líquido que contiene a los espermatozoides—, que se depositará en el canal vaginal. En ese sentido, los espermatozoides nadarán a través del útero hasta llegar a las trompas de falopio y, si encuentran un óvulo listo para ser fecundado, uno de ellos lo hará y se producirá el embarazo”.
Asimismo, el embarazo “se puede producir en las siguientes 24 horas hasta las 72 horas tras el coito sin protección, ya que este es el tiempo aproximado en que pueden sobrevivir los espermatozoides dentro de la vagina”, precisó la especialista.
El urólogo recomendó recurrir a un centro de salud más cerca para aplicarse la vacuna contra el VPH. De esa manera, Siles comentó que la inmunización se realiza tanto en hombres como en mujeres y esta protege del cáncer al cuello uterino o de las verrugas genitales”.
“La mejor forma de prevención es usar preservativo cuando se tiene sexo casual con distintas personas”. Sumado a ello, “tener muchas parejas sexuales aumenta el riesgo”, finalizó el médico especializado en urología.
La Doctora Mónica Naranjo, ginecóloga de la Clínica Internacional, en conversación con La República señala que es importante conocer cómo funciona el ciclo menstrual.
“La menstruación consiste en que el endometrio —que ha crecido todo el mes preparándose para anidar al óvulo fecundado en un posible embarazo— cae del útero porque no hubo fecundación. Esto es la sangre menstrual que sale a través de la vagina”, explicó Naranjo.
Por lo tanto, la especialista indica que “si se mantienen relaciones sexuales durante la menstruación no hay riesgo de embarazo“. Sin embargo, advierte que no es recomendable este tipo de actividad sin protección porque aumenta el riesgo de infecciones pélvicas. Estas están “relacionadas con las trompas uterinas principalmente”.
Menstruación y sexo
Las píldoras anticonceptivas orales combinadas contienen estrógeno y progestina. Generalmente, las píldoras “activas”; es decir las que contienen hormonas, se toman por 21 días, seguidos de un periodo de 7 días libres, durante el cual se toman unas píldoras de placebo que no tienen carga hormonal.
Según Amelia Salirrosas, si tomas la pastilla dos horas, cuatro horas o incluso 20 horas después de su horario establecido, no corres el riesgo de quedar embarazada. Pero si pasan las 24 horas, debes tomar inmediatamente la píldora que le corresponde ese día y el anterior, es decir, dos al mismo tiempo.
“Hasta las 48 horas no hay riesgo. El problema está cuando la persona se olvida de tomar más de ese tiempo. Ahí es donde la mujer debe tomar dos píldoras juntas y cuidarse usando otra método no hormonal, como por ejemplo, el preservativo. Esto si es que va tener relaciones sexuales porque estaría en riesgo de quedar embarazada independiente o no si corresponde a su fecha en que está ovulando”, aclara la especialista.
Foto: Salud180
Para la sexóloga Eirelyn Gómez (@sexologaeirelyn), el uso de la saliva no es recomendado durante el coito. “En el sexo oral [la saliva] puede generar sensaciones agradables, pero en relaciones sexuales coitales no, porque esta se va a secar”, detalla la especialista. Esto producirá malestar a la persona penetrada y, más allá de disfrutar, puede generarle incomodidades. Asimismo, explica que muchas veces las parejas escupen este líquido, y al hacerlo se pueden expulsar bacterias que pueden generar infecciones.
En diálogo con La República, la ginecóloga Corina Hidalgo nos explicó que el hecho de presentar algún tipo de incomodidad durante el acto sexual se debe a diversos factores.
“Puede ser sequedad vaginal porque no ha habido un foreplay (juego previo), la paciente tiene alguna patología en la vulva, alguna dermatosis, atrofia vaginal o el antecedente de algún traumatismo como los desgarros”, detalló la especialista.
El dolor al momento de sostener relaciones sexuales se pueden deber a muchos motivos, entre los cuales pueden ser preocupaciones psicológicas. Foto: Unsplash
Al respecto, la sexóloga Eirelyn Gómez, en diálogo con La República, explicó que la disforia postcoital “es un síndrome caracterizado por la presencia de tristeza, miedo, melancolía y malestar después de experimentar el orgasmo durante el sexo o masturbación”.
No obstante, la especialista aclara que deben ser frecuentes este tipo de sensaciones durante las relaciones sexuales para poder hablar de una patología.“Hay que considerar que esto nos puede pasar a cualquiera alguna vez en nuestras vidas. Sin embargo, cuando ocurre de manera frecuente en la mayoría de las relaciones sexuales se puede decir que es una disfunción sexual”, agregó Gómez.