El cabaret de la casa de Pilatos

Sobre la falsa ¿e interesada? moralina que habría en el TC.,La sanción aplicada a un miembro del Tribunal Constitucional (TC) por cuatro de sus colegas es una vergüenza que podría responder a una falsa moral usada como biombo de cabaret de baja estofa para ocultar la politización de la entidad y su uso al servicio de intereses económicos particulares. Ricardo Uceda describió anteayer en El Informante la sanción que, con los votos en contra de Eloy Espinoza-Saldaña y Marianella Ledesma, aplicaron Ernesto Blume, José Luis Sardón, Augusto Ferrero y Manuel Miranda a su colega Carlos Ramos Núñez por ir a una discoteca de Trujillo en la madrugada del domingo 26 de mayo. La sanción fue una severa amonestación escrita y pública, el retiro de la confianza para presidir la Sala Primera, y la cancelación de su representación alterna ante la Comisión de Venecia. Sardón y Ferrero pidieron, además, sin lograrlo, su destitución como director del Centro de Estudios Constitucionales, función para la que Ramos parece bastante calificado como erudito historiador del derecho. A Blume, Sardón, Ferrero y Miranda –que parecen participar en un renacido Tribunal de la Santa Inquisición– no les importó que Ramos estuviera en la discoteca fuera de horas de oficina, que no utilizara recursos públicos, y que no cometiera ningún desmán. Uceda se pregunta, sin encontrar respuesta, la base legal o reglamentaria que esos cuatro usaron para sancionar a Ramos, pues, hasta donde se sabe, ir a un puticlub no viola ninguna norma más allá de acariciar la moral personal de los muy honorables señorones Blume, Sardón, Ferrero y Miranda. Pero también se podría especular que este zafarrancho de algunos tribunos guardianes de su moralina coincide con el intento de politizar el TC para ponerlo al servicio del fujiaprismo y cobrar el favor con una reelección. O, también, que coincide con el fallo del TC en dos casos –el de una universidad defendida por un estudio cercano a un magistrado contra la Sunat, y el de un hotel cusqueño defendido por un buen amigo de la casa– en los que se juega mucho dinero y donde el sancionado Ramos tendría un voto decisivo. ¿De qué puticlub estamos hablando, entonces, el de la ciudad de Trujillo o el de la muy visitada Casa de Pilatos?