La actual coyuntura no ha permitido que la próxima elección del presidente del Poder Judicial de la República tenga en la agenda pública la importancia que le corresponde.Este 6 de diciembre se decidirá el destino de una institución que, siendo pilar del Estado constitucional, atraviesa circunstancias complejas y preocupantes debido a los sucesos que toda la ciudadanía conoce.Cabe puntualizar que son elecciones dentro de un marco extraordinario en que el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial ha resuelto que los presidentes y/o presidentas de las cortes superiores que asumieron responsabilidades hace pocos meses, puedan ser inmediatamente reelegidos y/o reelegidas para el periodo ordinario.La dirección de un barco que navega en medio de las tormentas y los arrecifes es lo que se define en estas elecciones.Lo que resulte será crucial para el destino de la administración de justicia que el Perú reclama.En momentos sumamente aciagos, Víctor Prado tomó el timón de la nave y hasta ahora la ha sabido conducir con prudencia, valentía, tesón y, principalmente, decencia.El balance de lo hecho es positivo. El Poder Judicial se está reposicionando bajo su dirección y con el trabajo de la mayor parte de jueces y juezas; así como de colaboradores y colaboradoras judiciales y administrativos.Un cambio de capitán en este preciso momento se justificaría si y solo si el actual defeccionara o rehusara irreductiblemente a seguir llevando el timón o si se propusiera, con señera claridad, una ruta totalmente nueva para resolver los problemas institucionales; por cuanto un cambio circunscrito a algún matiz no tendrá el peso suficiente, de cara al gran reto que ya se está afrontando.Por ello, creo que las expectativas personales de las y los candidatos para presidir inmediatamente la suprema corte deben ceder, anteponiendo los intereses institucionales.No se encuentra nuestra institución –que está reposicionándose lentamente ante la colectividad– para matizaciones individuales.Estimo innecesario que el Poder Judicial asuma los diversos riesgos del reinicio, en medio aún de las borrascas.Es precisamente por ello que hago público mi respaldo al actual presidente del Poder Judicial, Dr. Víctor Prado Saldarriaga, para que continúe ejerciendo la alta responsabilidad que extraordinariamente asumió, ahora en el periodo ordinario que empezará el año entrante, siguiendo la obra de reestructuración del Poder Judicial de manera limpia y transparente.Respetuosamente, me permito compartir con las y los colegas de la Sala Plena estas reflexiones en el afán de no perder el paso ni desandar el camino recorrido, poniendo los intereses del Perú por encima de cualquier otra consideración. ❧