Guardo respeto y admiración por la carrera Los Caminos del Inca que, en mi humilde opinión, le lleva varias horas de ventaja al insufrible y sobrevalorado rally Dakar.,Si la memoria no me falla, creo que fue Juanito Rumi, el inolvidable personaje de la novela El retoño, de Julián Huanay, quien explica su fascinación por llegar a ser chofer para conducir esos buses y camiones que lo trasladarán a Lima huyendo de la pobreza y los abusos en su patria chica. El auto es a Rumi lo que el barco a los migrantes de la época. En mi caso, también me sirvió para explicar mi atracción de infante por los fierros. De ahí que uno de los reportajes que más disfruté fue cuando hice de copiloto de Sergio Baigorria en uno de los primeros rallys cuatro por cuatro, a mediados de los años 90, en la que también figuró como tripulante a una niña linda e hiperactiva, Alejandra –hija de Sergio– que nos hizo reír todo el camino con sus inteligentes ocurrencias. La ruta fue Lima, Pasco, La Oroya, Chupaca, Yauyos, Lunahuaná. Inolvidable. Desde entonces guardo respeto y admiración por la carrera Los Caminos del Inca que, en mi humilde opinión, le lleva varias horas de ventaja al insufrible y sobrevalorado rally Dakar. El Perú son sus caminos, desde el Qapac Ñan hasta la autopista Panamericana, pasando por esos caminos de herradura al borde de abismos que nos hacen entender la magnitud y sobrecogedora belleza del paisaje andino. Y esos caminos bien merecen un rally. Será por eso que celebro el triunfo de Richard Palomino en el reciente Caminos del Inca. Al timón de su fierrazo EVO X, el piloto andahuaylino demostró la caña y calidad de los equipos provincianos que ya le perdieron el miedo a los “team” limeños. Ni la ausencia de los capos y experimentados equipos de Fuchs y Orlandini le restaron mérito al triunfo de Palomino. Caminos del Inca también sirve para conocer el denominado “Perú profundo”, pero por sobre todo, para comprobar que esa bucólica visión centralista de pueblitos esparcidos en la cordillera de los Andes contrasta con el fervor y atracción que provoca el paso de estos bólidos. La difusión internacional de este rally sería una de las mejores ventanas para al Perú como destino turístico.