Ex seminarista confiesa que encubrió a sacerdote acusado de violación [VIDEO]

Pecados imperdonables VIVerdad amarga. Gilberto Huamán Yuca admitió que el cura ayacuchano Félix Pariona Huacre, protegido por el arzobispo Salvador Piñeiro, lo obligó a declarar a su favor ante el Ministerio Público a cambio de trabajo bien remunerado y vivienda estable en el Seminario San Cristóbal de Huamanga. Huamán también revela que el cura lo acosó sexualmente.,Ex seminarista confiesa que encubrió a sacerdote acusado de violación [VIDEO],Ex seminarista confiesa que encubrió a sacerdote acusado de violación [VIDEO],Ex seminarista confiesa que encubrió a sacerdote acusado de violación [VIDEO],Hay una persona a la que el ex seminarista Gilberto Huamán Yuca teme como a nadie en el mundo: el sacerdote ayacuchano Félix Pariona Huacre. Huamán había sido presentado por Pariona ante la fiscalía como testigo de su honorabilidad e inocencia, con el propósito de desmentir a la menor A.L.L, que lo acusaba de abuso sexual dentro de las instalaciones del Seminario San Cristóbal de Huamanga. Casi temblando, el ex seminarista Gilberto Huamán decidió confesar que el sacerdote Pariona lo usó para que mintiera ante las autoridades. Entrevistado por La República, Gilberto Huamán, de 26 años, declaró que aceptó el pedido del cura Félix Pariona por miedo. No hay otro motivo. Miedo. Solo miedo. PUEDES VER Pedro Barreto: "Cada obispo es libre de presentar posición de Iglesia en su jurisdicción" “Le tenía miedo al padre Félix Pariona, yo no sé de lo que es capaz de hacer. Sí, aún le tengo miedo. (Doy este testimonio) porque desde el principio he estado arrepentido (de haber mentido en la fiscalía). Y porque también empezó conmigo, si yo fuese mujer hace tiempo (el sacerdote Félix Pariona) me hubiera violado. La verdad nos hará libres”, dijo Gilberto Huamán. A pesar de los sucesivos desmentidos del padre Félix Pariona, y del respaldo que ha recibido del arzobispo de Ayacucho, Salvador Piñeiro García Calderón, una de las emblemáticas figuras de la Iglesia católica, A.L.L ha mantenido sus acusaciones de abuso sexual. El testimonio de Gilberto Huamán es clave porque respalda las imputaciones de la víctima. Entre los años 2010 y 2015 Gilberto Huamán estudió en el Seminario Antonio Abad, en Cusco, su región natal. Un año más tarde llegó al Seminario San Cristóbal de Huamanga por recomendación de los sacerdotes cusqueños que le dijeron que en Ayacucho necesitaban el mayor número de religiosos. En este lugar estudió desde febrero a noviembre del 2016, durante el mismo año en que la joven A.L.L reveló a La República que fue violada varias veces por el cura Félix Pariona en el interior del Seminario, cuando tenía 17 años de edad. Algo le sorprendió al entonces seminarista. Vio a la joven en el seminario, era A.L.L. Está seguro de eso. Los padres de la menor trabajaban en el lugar. Palabras mayores “Una mujer no puede entrar fácilmente a un Seminario porque es una formación para futuros sacerdotes. Por eso cuando vi a A.L.L me sorprendí. Yo la veía con su uniforme (de colegio)”, dijo. Pero algo más lo sorprendió e incluso asustó. Gilberto Huamán recordó que vio acercamientos sospechosos de Pariona hacia A.L.L en varias ocasiones en el cuarto del sacerdote y una vez en la cocina del Seminario. “Desde mayo del 2016 vi cosas extrañas en el Seminario. Veía a A.L.L entrando con un baldecito de agua o también con una escoba en el cuarto del padre. (También) la vi adentro del cuarto con su uniforme (de colegio), el padre Félix (Pariona) estaba cerca de ella, cerca estaban. El padre me vio y no me dijo nada. A.L.L estaba seria, me miró con miedo. Seguí mi camino. (También escuchaba) que el padre le decía cosas como: ‘Flaca, ven’, ‘Entra’, ‘Mamacita, ven’”, declaró el ex seminarista. “(En una ocasión) vi al padre Félix sentado en la banca (de la cocina) y A.L.L estaba a su lado. Él la abrazaba y le decía: ‘Tú eres una buena mujer, buena chica’, y su mano poco a poco iba hacia su cintura. A.L.L estaba seria, incómoda, hasta yo me sentía incómodo. Estaba terminando de tomar mi agua y el padre me dijo: ‘Oye, cholo, vaya a estudiar’, me lo decía como gritando. Entonces yo me salí”, relató Gilberto Huamán. El 21 de febrero del 2017, los padres de A.L.L denunciaron a Félix Pariona por tocamientos indebidos a su hija. Aún no por violación sexual porque A.L.L no les contó por vergüenza. Un mes más tarde se amplió la denuncia. El ex seminarista Gilberto Huamán sabía que A.L.L fue asaltada sexualmente por Pariona desde antes de la denuncia. Fue la primera persona que supo, de boca de A.L.L, el delito cometido por el cura. “Su mamá me dijo: ‘Gilberto, quiero contarte algo, mi hija se ha vuelto… parece que tiene el demonio, ha cambiado totalmente mi hija’. Su mamá me dijo que hable con ella”. A.L.L. estaba sufriendo en silencio los abusos del sacerdote. “Poco a poco me fui volviendo amigo de A.L.L. Una mañana A.L.L me dijo: ‘Quiero contarte, yo confío en ti. Ya no aguanto, no soporto, tampoco saben ni mi papá ni mi mamá. Nadie sabe, solamente tú vas a saber’. Se puso a llorar y me dijo: ‘Me ha violado el padre, varias veces me ha violado. Por miedo yo no he contado nada, nada, nada. Ni a mi papá ni a mi mamá’. Yo le dije: ‘¿Pero cómo el padre te va a violar?’. Me dijo: ‘Sí, de verdad, me ha violado varias veces. No sé, ya no aguanto, creo que le voy a decir a mi mamá’. Y yo le dije: ‘Eso ya depende de ti, avísale si no te sientes bien’”, declaró Gilberto Huamán. Como en otras ocasiones, La República pidió al sacerdote Félix Pariona que ofreciera su versión. Pero esta vez no contestó. Además, el arzobispo Salvador Piñeiro se encontraba en el extranjero. Pacto de silencio Algunos meses después que Félix Pariona fue denunciado ante el Ministerio Público, aproximadamente en mayo del 2017, el sacerdote le pidió a Gilberto Huamán que fuera a declarar en la fiscalía a favor de él, a cambio de darle un trabajo estable y muy bien remunerado y vivienda todo el tiempo que deseara dentro del Seminario. En un principio Gilberto Huamán no aceptó, se sintió mal, dudó. Pero, finalmente, agobiado por necesidades, admitió la propuesta de Pariona. Es importante mencionar que Gilberto Huamán ya contaba con un trabajo dentro del seminario, pero ante la promesa del sacerdote de que su estadía y trabajo dentro del recinto religioso se volvieran estables y mejor remunerado, además de no expectorarlo del trabajo, el ex seminarista aceptó la propuesta. “El padre Félix me dijo: ‘Gilberto, vas a ir a declarar. ¿Me puedes ayudar en eso? Voy a decir tu nombre para que vayas a declarar, para que te llegue la notificación. Pero cuidado con decirles todo lo que has visto, tú di solamente que el padre es un hombre de respeto, virtuoso, que el padre no es mujeriego’. Yo le respondí: ‘Padre, ¿les voy a decir que los he visto juntos?’. Me dijo: “No, cuidado que digas eso, porque, huevón, yo te boto del trabajo. Ya no les expliques nada más, porque puedes meter la pata’. El padre tenía miedo de que yo dijera la verdad, lo que había visto, porque el padre bien claro sabe que yo lo he visto varias veces. Me dijo: ‘Vas a decir al revés, no lo que has visto. Si haces esto te voy a dar trabajo las 24 horas, te voy a pagar y vas a trabajar hasta donde tú quieras, hasta tu muerte vas a trabajar si quieres’. Todo eso me dijo el padre Félix”, relató el ex seminarista Gilberto Huamán. El remordimiento perseguía a Gilberto Huamán, sobre todo por las noches, cuando tenía más tiempo para pensar en lo sucedido. Se arrepiente pues sabe que ha lastimado a A.L.L y a él mismo con la mentira. “Por conseguir trabajo (estable) le obedecí y mentí. Como yo no soy de acá (Ayacucho), yo no tengo casa ni familia acá, lo hice. A veces pensaba en las noches, ¿qué estoy haciendo?, ¿por un trabajo voy a decir esta mentira? No sé, pero lo hice. Llegó la notificación (de la fiscalía), el padre me dijo que vaya, fui y declaré en contra de A.L.L, diciendo todo lo que me dijo el padre (…) Más adelante vi al papá de A.L.L y a ella pasando por ahí, y al mirarlos me dolió bastante. Estaba triste por lo que hice, porque yo sé que algún día también me puede pasar a mí. Ya no la veo a A.L.L, no sé dónde estará, yo no sé”, se lamenta. El caso contra el sacerdote Félix Pariona se encuentra en manos del Ministerio Público en la fase de investigación preparatoria para determinar la responsabilidad del acusado. “(Con el tiempo) de solo ver al padre Félix me sentía incómodo, no me gustaba ni conversar ni que se acercara. Y él me decía: ‘¿Qué te pasa, te veo medio raro? Tengo miedo, Gilberto. Tengo miedo de que tú algún día hables la verdad, mejor yo te propongo una cosa: vaya buscando un cuartito y poco a poco vete retirando del Seminario. No quiero tener problemas contigo’, me dijo. Empezó a desconfiar porque me veía conversando con el papá de A.L.L (en el Seminario), pensaría que estaba a favor de ellos. Al final terminó botándome del trabajo en abril de este año”, declaró el ex seminarista. Es la hora de la verdad. “Me abrazaba como si fuera mujer, me agarraba mis tetillas” Cuatro meses después de que Gilberto Huamán mintiera en la fiscalía (setiembre 2017) empezó a sufrir maltratos sexuales de su empleador, el sacerdote Félix Pariona. “Otro día en la cochera también me bajó el pantalón (y mi prenda íntima). Como es sacerdote no le dije nada. También me abrazaba como si fuera mujer. Me agarraba mis tetillas, me abrazaba y me decía: “Oye, te violaría oye". Eso es lo que más me incomodaba a mí. No sé cuál sería su intención, si estaría acostumbrado a eso, no sé. Yo me callaba, sentía miedo de que quizás algún día pudiera ir más allá”, testimonió el ex seminarista. “También fui objeto de burlas siempre alusivas al sexo. Me decía delante de otros: “Eres un cabro, a este le gusta el plátano no más, la salchicha, yo te hago comer mi salchicha”. Si se tratara de otra persona yo le mando unos golpes, pero como era mi jefe, si yo lo mandaba a la 'm' me botaba del trabajo. Yo a veces reía, pero en realidad me iba a mi cuarto y lloraba”, recordó. Gilberto Huamán realizó una denuncia contra el sacerdote Félix Pariona ante la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (mayo del presente año). Lo acusó, entre varias cosas, de vulnerar su derecho a la dignidad dentro del Seminario.,