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Opinión

El cálculo político de Dina Boluarte

En mensaje a la nación, reclama porque el Congreso no autorizó su viaje a NY.

larepublica.pe
EDITORIAL

“No cederemos al cálculo político”, dice en una alocución desde Palacio de Gobierno, Dina Boluarte, quien ha hecho del cálculo político su forma de sobrevivencia.

Si no, cómo se explica su permanencia desde diciembre del 2022, luego de 49 muertes de civiles indefensos, cifras pésimas en todas las materias que corresponden al gobernar y una caída libre en las encuestas, hasta llegar al 6% de aprobación.

Ha sido el cálculo político el que ha marcado sus pasos. Uno a uno. De ser una adversaria furibunda del fujimorismo, pasó a convertirse en la mejor amiga e intérprete del libreto dictado por sus aliados, a quienes complace con leyes, empleos como cancha y concesiones, con tal de que no voten por la temida vacancia.

Ha organizado homenajes, participado en ellos y obligado a su obsecuente equipo ministerial a inclinar la frente, en señal de obediencia. Rolex más o Rolex menos, también ha obtenido que el MEF saque millonarias partidas para mantener la adhesión de algunos Gobiernos regionales, con los que mantiene una relación de puro cálculo político adornada por frases como “mi wayki”.

En esta ocasión, la mandataria no ha dado un mensaje a la nación cuando se está incendiando irremediablemente la Amazonía, además de otros distritos en otras regiones, o porque se están dando nuevas leyes en el Congreso que van a afectar al sistema de justicia. No, habla porque no la están dejando ir a Nueva York, a la sesión periódica de las Naciones Unidas.

Habría que pensar qué recibimiento esperaba recibir en esta ocasión. Para alguien tan cuestionada por los organismos internacionales que rechazan los graves daños a la democracia, al equilibrio de poderes, a la independencia del sistema de justicia, a la lucha contra la corrupción y a los derechos humanos, tanto empeño en ir parece inexplicable.