*Profesor Centrum PUCP
Una variable económica importante en el Perú es el precio del dólar, dados los efectos de variaciones de este sobre los precios internos, la actividad económica y decisiones de política monetaria por parte del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
Lo paradójico es la forma poco informada de cómo algunos comentaristas económicos abordan el tema, en el que solo aluden a factores internos como la estacionalidad generada por pagos de impuestos como el de renta —que ya se viene en mayo— y la necesidad de liquidez en soles resultante; o las decisiones de especuladores locales. En realidad, el tema es un poco más complejo.
Si incluimos, además, a factores externos —que no manejamos— como, por ejemplo, lo que ocurre en la economía de Estados Unidos, o las evaluaciones de las calificadoras de riesgo, las conclusiones apresuradas de quien ignoran estos factores terminan siendo insuficientes. A continuación, haré una breve explicación actualizada sobre este asunto.
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En la práctica, se olvida considerar un indicador externo muy conocido sobre el precio del dólar, es el índice del valor del dólar norteamericano (DXY), en relación con una canasta de principales monedas (yen, euro, libra, dólar canadiense, franco suizo y corona sueca). En la evolución de este indicador influyen factores macroeconómicos, como el crecimiento económico, la situación económica de cada país y las políticas monetarias y fiscales de los bancos centrales.
Hacia la segunda semana de abril, el DXY aumentó 0,7 por ciento como producto de las expectativas en los mercados que a la vez son una respuesta a las decisiones de la Reserva Federal (Fed), la cual mantendría, por más tiempo, su política monetaria restrictiva. Al sostener lo anterior más allá de lo previsto, no habría en lo inmediato reducciones de tasas de interés a la vista, reduciéndose a solo 2 el número de estas rebajas al 2024. Todo esto en un contexto definido por una lenta convergencia de la inflación hacia su meta.
Todo esto refuerza la proyección de no inminencia de nuevas reducciones de la tasa de interés por parte de la Fed. Esta información se entiende en tanto el Departamento de Comercio de EEUU señaló que el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (conocido por sus siglas en inglés como PCE) ha experimentado un incremento del 2,7% interanual en marzo (del 2,6% esperado por el mercado y 2,5% en febrero). Este es un indicador preferido por el Sistema de la Reserva Federal ya que mide la evolución promedio de los precios de todo el consumo personal interno.
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Asimismo, el PCE subyacente (que excluye los precios de alimentos y energía) se incrementó 2,8% interanual en ese mismo mes (igual que en febrero, siendo 2,6% la expectativa del mercado). Por lo tanto, dado al aumento mayor del PCE a lo esperado, empresas de servicios financieros como Citigroup Inc. revisaron a la baja su proyección de recortes de la tasa de interés del Sistema (Fed) a 100 puntos básicos (pb) a partir de julio, habiéndose pronosticado anteriormente 125 pb a partir de junio.
Por otra parte, haciendo más complejo el contexto que enfrenta, las expectativas inflacionarias se vieron sobrepasadas en EEUU, donde según una encuesta realizada por la Universidad de Michigan, las expectativas de inflación de los consumidores a 12 meses aumentaron al 3,2% en abril (3,1% esperado por el mercado y 2,9% en marzo), —la más alta desde noviembre de 2023—.
De manera similar, la confianza del consumidor en la actividad económica descendió a 77,2 en abril (del 77,8 esperado por el mercado y siendo 79,4 en marzo).
Por otro lado, alejando más la posibilidad de reducciones de la tasa de interés en lo inmediato, la actividad económica en EEUU gradualmente se fortalece.
Las empresas tecnológicas estadounidenses han presentado sus informes financieros para el primer trimestre del 2024, presentando utilidades superiores a las esperadas. De las 156 compañías incluidas en el S&P 500 que reportaron, 125 superaron las estimaciones de los analistas en cuanto a ganancias por acción.
Y frente a este contexto no manejable por nosotros, ¿qué ha estado pasando con el tipo de cambio nominal venta en el país? Como podemos recordar y verificar, cerró en S/ 3,73 por dólar el 24 de abril, siendo ese tipo de cambio menor en 0,4 por ciento a la cotización realizada el 17 del mismo mes. Esto ha generado una depreciación del sol de 0,7% con respecto al cierre del año pasado.
Hasta abril del 2024, el BCRP —para evitar que se debite más el sol— efectuó operaciones venta spot en mesa de negociaciones por US$235 millones. Eso causó que se subaste swaps cambiarios venta y Certificados de Depósito Reajustables (CDR BCRP), debiéndose mencionar que el saldo de estas operaciones se incrementó en US$3.204 millones. Pero el mercado cambiario local no fue esquivo a la tendencia externa, por lo que, a partir de los factores externos mencionados, el dólar escaló de s/3,733 a s/3,755, con lo que se acumula en el año una depreciación de 1,29%.
Una inflación alta y alejada del objetivo de la Fed de EEUU (2%) probablemente obligaría a esta a retrasar el inicio de los recortes a su tasa de interés, hoy en 5,5%. Incluso hay instituciones que proyectan que esa tasa referencial no se reduciría este año.
Ante tales perspectivas, el dólar gana fortaleza, pues tasas de interés altas en esa moneda provocarían un movimiento de capitales desde países emergentes, como es el caso del Perú hacia EEUU que, a su vez, presionaría al alza a la divisa extranjera.
Adicionalmente, localmente, los extranjeros demandaron dólares en los últimos días para proteger sus inversiones en bonos del Gobierno peruano en soles frente a una mayor depreciación de la moneda local.
Otro factor externo que podría generar mayor volatilidad cambiaria es la reciente reducción en la calificación de BBB a BBB- de la deuda soberana a largo plazo en dólares.
La agencia S&P Global Ratings también bajó las calificaciones crediticias de seis importantes instituciones financieras en Perú. Las calificaciones revisadas son las siguientes: Credicorp Ltd. (de «BBB» a «BBB-«), Banco de Crédito del Perú (BCP) (de «BBB» a «BBB-«), Mi Banco de La Microempresa SA (de «BBB» a «BBB-«), Scotiabank Perú SAA (de «BBB» a «BBB-«), Banco BBVA Perú (de «BBB» a «BBB-«) e Intercorp Servicios Financieros (IFS) (de «BBB-» a «BB+»). Esta acción llevó a IFS a perder el grado de inversión y ha dejado a las demás al borde de perderlo.
S&P refirió que es poco probable que estas entidades no se vean afectadas por la evolución económica y que el complejo panorama político del país podría persistir hasta el proceso electoral del 2026. En suma, la evolución cambiaria —en mucho— está asociada a factores externos, poco conocidos, pero no por ello inexistentes.