“Esto refleja lo que estaba pasando en el país, mientras tú discutías en Twitter”, escribió una periodista luego de conocerse los resultados de la primera vuelta. Y tiene razón. La realidad una vez más nos demuestra que las redes sociales no reflejan lo que piensan ni lo que quieren la mayoría de los peruanos, los de ese “Perú profundo” que ni siquiera es tan profundo, sino que no lo hemos querido ver.
Como ella, algunos otros hombres y mujeres de prensa han compartido expresiones similares: “nadie lo vio venir”, “el Perú no está en las redes”, pero no dejo de pensar en todas las veces que las discusiones banales, la agresión, la difamación y las mentiras que inundaron las redes sociales ocuparon espacios en noticias y titulares, dejando de lado el análisis y la lectura correcta del país. ¿Y ahora se preguntan qué pasó?
A los periodistas, en general, nos disgusta la crítica, peor aún “el periodismo de periodistas”. Pero creo en la necesidad de la autocrítica con el único propósito de mejorar. ¿Cuántos medios, por ejemplo, incluyeron en sus análisis voces regionales? Algunos lo hicieron, pero apenas en el tramo final. ¿Cuántos de nosotros seguimos de cerca el trabajo de medios y analistas regionales? Yo, solo a algunos. ¿Cuántos debates de candidatos hemos visto transmitidos a nivel nacional desde las regiones? ¿Por qué los debates no contaron con intérpretes en lenguas originarias para que realmente todos los peruanos pudieran seguirlos? Seguimos tratando de entender al país desde Lima.
La mayoría de medios de cobertura nacional, sobre todo la TV, tiene una importante red de corresponsales, ¿a cuántos de ellos los hemos visto en coberturas especiales, además del día de las elecciones, o sumados a las mesas de debate? A lo largo de mi carrera he conocido a periodistas de la talla de Doris Cornejo y Pocho Torres en Arequipa, el gran Guillermo Zora en Cusco o la acuciosa Perla Villanueva en Trujillo. Opciones hay.
Ojalá la mirada de los medios y los periodistas en general se amplíe porque, efectivamente, Lima no es el Perú, el país no está en las redes ni la prensa debe mirarse el ombligo.