El expresidente uruguayo José Mujica analizó la derrota del candidato Andrés Arauz en Ecuador y pidió al candidato Pedro Castillo mirarse en el espejo ecuatoriano.
¿Qué es lo que pasó en el Ecuador que ha alertado a los movimientos progresistas de la región? Después de 15 años, el correísmo –la corriente afín al expresidente Rafael Correa– ha sido derrotado. Y en esa derrota han contribuido activamente dos organizaciones políticas afines a la izquierda. Producto de esta división en el campo popular, el movimiento CREO, del banquero Guillermo Lasso, alcanzó la victoria por 52,36% frente a 47,64% de Andrés Arauz.
Este es el tercer intento de Lasso, quien en dos ocasiones fue derrotado primero por Rafael Correa y luego por Lenín Moreno, actual presidente y protagonista de la ruptura y persecución a su exsocio, que se mantiene en Bélgica cercado por procesos judiciales y condenas bajo cargos de corrupción.
En la primera vuelta, Arauz se ubicó en el primer lugar de las preferencias, seguido por Lasso. El movimiento indígena representado por Yaku Pérez peleó voto a voto su pase a segunda vuelta y un partido novísimo, la Izquierda Democrática, con Xavier Hervas a la cabeza, obtuvo un nada despreciable 15.68%, con lo que se ubicó en el cuarto lugar.
Tanto Yaku Pérez, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), que llamó a su organización al voto nulo, como la Izquierda Democrática, de Xavier Hervas, quien dijo que votaría por Lasso, bloquearon las posibilidades de Arauz de ganar en esta ocasión.
¿Por qué ambos movimientos políticos se alejaron del correísmo? En esta coyuntura en la que Ecuador se debate en medio de una crisis sanitaria, crisis económica y falta de gobernanza, la población quiere soluciones y poco o nada valen las ideologías.
Lo ocurrido en Ecuador puede ser un espejo del que hay que tomar enseñanzas para la segunda vuelta en el Perú. Por lo pronto, es un muy buen ejemplo el ofrecido tanto por el ganador Guillermo Lasso, quien en su discurso de agradecimiento señaló que busca el sosiego político y que no habrá persecución; mientras Arauz y el propio Rafael Correa han señalado que le darán al nuevo gobierno la gobernabilidad que requiere para enfrentar la peor crisis de su historia.